¿De dónde viene esa inspiración en las carreras? Los fanáticos de Laurent Ferrier sabrán que es totalmente legítimo: Ferrier y su socio comercial, François Servanin, han competido en numerosos eventos de carreras, llegando a ganar la categoría de prototipos de dos litros en las 24 Horas de Le Mans de 1977. Este Grand Sport Tourbillon Pursuit es, en esencia, un reloj deportivo diseñado por un ganador de Le Mans. Observad que, sin embargo, carece de un cronógrafo o de la consabida escala taquimétrica. El Laurent Ferrier Grand Sport Tourbillon Pursuit adopta un enfoque bastante más poético: a ambos les encanta recordar el momento perfecto del día para estar detrás del volante en el famoso circuito de Sarthe: el amanecer. Cualquiera que haya tenido el privilegio de ver, asistir o competir en la carrera de las 24 Horas de Le Mans sabrá que cuando el cielo comienza a iluminarse después de una noche agotadora y aparentemente interminable, esta es la luz al final del túnel para cada conductor.

Aunque Laurent Ferrier llama a esto una esfera rosa salmón, probablemente un término más identificable para su base de clientes coleccionistas, la marca afirma que su color fue elegido cuidadosamente para imitar el resplandeciente cielo rosado resplandeciente cuando sobrepasas la recta de Mulsanne: “Una vez que me encontré con este tono rosado, cualquier noción de victoria o derrota, fatiga o ardor, incluso la ambición por el ranking final, se desvaneció. Sólo quedaba una inmensa alegría y la emoción de imaginar que eran los únicos espectadores privilegiados de este extraordinario ballet de luz. Fue un momento más allá del tiempo, un breve oasis de paz en medio del ritmo frenético de la carrera”.

La rica esfera opalina tiene el acabado degradado habitual pero sobrio en un tono rosa anaranjado cálido y camaleónico. Las manecillas de Assegai todavía me parecen una de las más bellas de la relojería, esta vez combinadas con la aplicación de luminiscencia blanquecina e índices aplicados de geometría lenticular. Manteniendo la discreción habitual, Laurent Ferrier decide no mostrar el tourbillon en la esfera, y sólo la discreta inscripción ubicada por encima del pequeño segundero delata que el Grand Sport Tourbillon esconde esta Gran Complicación.

El diseño de la caja de titanio de 44 mm de ancho y 13,40 mm de grosor también se inspiró en las curvas de los autos de carrera. Usando diferentes acabados cepillados (circular en el bisel, vertical en el centro de la caja y el brazalete), también hay áreas pulidas a espejo en los laterales del bisel, el centro biselado de la caja y los eslabones centrales del brazalete.

Un bisel en forma de cojín encajan con una caja bastante más curvilínea que engaña a la vista: ¿estamos ante un reloj redondo o cuadrado? Son las dos formas al mismo tiempo. Por el contrario, las asas integradas crean una imagen mucho más familiar a lo que hemos visto en muchos otros relojes en estos días, pero podría decirse que es genial tener una estética tan «deportiva» en un reloj que contiene verdadera alta relojería en su interior.

Protegido por un cristal de zafiro en la parte delantera y trasera y con una hermeticidad de 10 bar (100 matros), el calibre de cuerda manual LF619.01 es el corazón del Grand Sport Tourbillon Pursuit. Oscilando a a 21.600 alternancias por hora, ofrece unas impresionantes 80 horas de reserva de marcha, y los puentes están acabados con un tratamiento de rutenio ennegrecido que le confiere una estética más deportiva en consonancia con el carácter del reloj.

En cuanto a su tourbillon, no se trata de una implementación convencional ya que viene equipado con una espiral doble. Esta arquitectura de dos espirales neutraliza el desplazamiento lateral en el eje del volante, lo que se complementa con la compensación que ofrece el tourbillon de las posiciones verticales. Toda esta sofisticación micromecánica permite que este calibre y en consecuencia el Laurent Ferrier Tourbillon Grand Sport esté certificado como cronómetro por el prestigioso Observatorio de Besançon. El precio del Laurent Ferrier Grand Sport Tourbillon Pursuit es de 175.000 CHF.

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Este verano, la firma presentó su tercer modelo de la Série Atelier., que incluye relojes producidos en cantidades muy limitadas y vendidos exclusivamente desde el sitio web de la marca, lo que hace que sean muy coleccionables. Basado en el Classic Traveller, el punto focal de ese reloj era su esfera verde, el color últimamente de moda, aunque muy coherentemente con su estilo discreto, Laurent Ferrier eligió una tonalidad muy poco saturada, lo que infundía al reloj una indiscutible elegancia. Ahora, este color se ofrece con la más clásica de sus referencias: os presentamos el Laurent Ferrier Classic Micro-Rotor Magnetic Green.

La colección Laurent Ferrier “Série Atelier” comenzó en 2020 con el Classic Origin Green, con una esfera también verde pero en un tono muy diferente, mucho más saturado y combinado con detalles en amarillo. Continuó en 2021 con una versión azul y naranja del calendario anual del Montre École y, a principios de este año, con el Classic Traveler Magnetic Green. La idea detrás de esta colección es dar un giro ligeramente diferente a la colección existente ofreciéndolos con diferentes colores y materiales. La firma explica: “No es ningún secreto que, a nivel mundial, la industria relojera ha disfrutado de un buen repunte durante algún tiempo. Pero esto último a veces puede poner en desventaja a los coleccionistas debido a la accesibilidad reducida a los relojes. Aunque Laurent Ferrier no tiene una solución milagrosa a este problema de suministro, la Série Atelier permite que algunos coleccionistas puedan obtener un Laurent Ferrier en menos de dos meses.»

El Classic Micro-Rotor Magnetic Green es una fusión de dos elementos previamente conocidos. Por un lado, es el reloj más clásico de la marca, un reloj elegante, discreto, refinado, pero mecánicamente complejo, que ha sido la piedra angular de LF durante más de diez años. Por otro lado, tenemos la esfera verde magnética y la caja de titanio, vista anteriormente en el Classic Traveler. Y al mezclar estos dos elementos se obtiene un reloj realmente atractivo.

Visualmente, el Classic Micro-Rotor Magnetic Green tiene la forma de un guijarro, con una caja ultraplana fabricada en titanio pulido sin una sola línea recta o arista viva. Todo es abovedado y curvo, incluida la corona en forma de cebolla o el cristal de zafiro. Esta suavidad de las formas es un elemento característico del ADN de Laurent Ferrier. El reloj mide unos razonables 40 mm de diámetro con una altura de 10,70 mm, y complementando el esquema de color de la esfera (aunque en contraste), se entrega una correa de piel nobuk verde bosque.

Como venimos destacando desde el inicio de este artículo, el principal atractivo de este Micro-Rotor Magnetic Green es su esfera. Es idéntico al Traveller en color y acabado, con ese sutil color verde casi menta que susurra discreción. Con cepillado de rayos de sol en el centro y cepillado circular en la periferia, el dial se complementa con elegantes índices en forma de gota y manecillas Assegai, todo ello en oro blanco. El pequeño segundero se dispone a las seis horas, está ligeramente empotrado y presenta un patrón azuré que aporta dinamismo.

Su trasera de zafiro nos permite admirar el fantástico calibre FBN 229.01, un movimiento de remonte automático con micro-rotor, que implementa un escape de doble impulso sobre el volante y áncora de silicio, lo que repercute en beneficio de su precisión cronométrica y en poder entregar una excelente reserva de marcha de 72 horas. Con un diámetro de 14” (31,60 mm) y un grosor de sólo 4,35 mm, excelente para tratarse de un movimiento automático, su frecuencia de vibración es de 21.000 alternancias por hora (3 Hz). Además, en consonancia con sus virtudes mecánicas, hemos de sumarle el impresionante nivel de sus acabados, sencillamente inmejorables: Côtes de Genève en los puentes, biselado, perlado de la platina, cabezas de los tornillos están achaflanados y pulidos…  y todo ello realizado artesanalmente.

El Laurent Ferrier Classic Micro-Rotor Magnetic Green es una edición limitada de 20 piezas con un precio de 49.500 CHF. Como ya hemos comentado, únicamente podremos comprarlo desde el sitio web www.laurentferrier.ch .

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No obstante, no se puede negar su atractivo estético y su exuberancia, dos cualidades subjetivas a las que aspiran los compradores de este tipo de reloj. Por tanto, es obvio que atendiendo a cuestiones de mercado, su existencia está plenamente justificada.

La base del Grand Sport Tourbillon Golden Brown, tanto técnica como estéticamente, es la misma que la de la primera versión de este reloj, presentada en mayo del 2019 (artículo). Pero para ser más precisos, deberíamos tomar como antecesor de este Golden Brown a la segunda versión de este Grand Sport, anunciada en abril del 2020 (artículo) puesto que ya equipaba por primera vez un brazalete metálico integrado.

La caja mantiene sus dimensiones, de 44 milímetros de diámetro por 13,4 de grosor. Tanto la caja como el brazalete están realizados con oro rojo 5N, la aleación que proporciona un tono más rojizo. Los acabados son satinados en todos estos elementos externos, salvo por sus cantos a los que se aplica una terminación pulida. La hermeticidad también se mantiene en unos notables 10 bares.

Acorde con la gama tonal de la caja y del brazalete, Laurent Ferrier decide recurrir al color marrón para el fondo opalino de su esfera. Tanto los índices horarios como las agujas están elaborados con el mismo oro rojo 5N empleado en la caja y el brazalete.

El mecanismo tampoco sufre variación alguna. Así, en el interior del Grand Sport Tourbillon Golden Brown encontramos el calibre LF619.01, un movimiento de carga manual con regulador tourbillon, cuyo volante oscila a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora y ofrece una más que generosa reserva de marcha de 80 horas.

El Grand Sport Tourbillon Golden Brown se ha creado para conmemorar el 12 aniversario de Laurent Ferrier como marca. Se emitirá en formato de edición limitada, a tan solo 24 unidades. Su precio es de 225.000 CHF sin impuestos. El precio final dependerá de las tasas impositivas de cada país y de la adecuación de cada divisa con respecto al franco suizo.

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De todos modos, vaya por delante que la esfera de meteorito que ha implantado Laurent Ferrier en el Classic Traveller Meteorite no disminuye ni un ápice la proverbial elegancia que caracteriza todos sus relojes.

La placa usada como base de la esfera proviene del meteorito de nombre «Muonionalusta». Se calcula que este meteoroide impactó contra la tierra aproximadamente 1 millón de años a.C. Concretamente, el impacto se produjo en la península escandinava, al oeste de la frontera entre Suecia y Finlandia.

Originalmente de color antracita, el azul de esta placa de meteorito se obtiene sumergiendo el fragmento en un baño galvánico que le proporciona el elegante y a la vez espectacular color azul metalizado que vemos en las imágenes. El material elegido para elaborar la caja es titanio con acabado pulido, lo cual le otorga unas cualidades perfectas de ligereza y discreción. Esta opción de caja de titanio ya la vimos recientemente en el Classic Traveller Magnetic Green (artículo).

La base arquitectónica y estética de este Traveller es la misma que ostenta este espectacular reloj, presentado en el 2013. Por aquel entonces, el nombre de esta colección era «Galet» y ahora se denomina Classic, pero este es el único cambio que encontraremos en estos relojes. En este enlace podéis consultar el extenso artículo que publicamos sobre el Galet Traveller ya que, salvo el material de la esfera, todo lo demás es plenamente aplicable al Classic Traveller Meteorite.

También se mantiene lógicamente el exquisito mecanismo que lo equipa. Se trata del calibre LF 230.02, un movimiento de carga automática mediante microrrotor, cuyo volante oscila a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora y ofrece una generosa reserva de marcha de 72 horas. Una de las grandes particularidades de este calibre es su escape de doble impulso directo, el cual envía dos impulsos al volante con cada oscilación.

El Classic Traveller Meteorite es el tercer reloj que se presenta en pocos días con una limitación geográfica en su distribución, en este caso a, y cito textualmente «North American continent». Desconozco si se trata del típico error de redacción en el comunicado, pero si no es así, Laurent Ferrier está afirmando que estará disponible en Canada, los EE.UU y Méjico. De esta edición solo se producirán 15 piezas y, de momento, Laurent Ferrier no ha comunicado su precio.

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Tengo que admitir que cuando empezaron a aparecer los primeros relojes con esfera verde pensé que se trataría de algo muy temporal y que se limitaría a pocas marcas. Es obvio que estaba equivocado, por lo menos en cuanto a lo de las marcas, ya que incluso las más conservadoras han presentado uno o más relojes con esfera verde.

La prueba más evidente de ello es este Classic Traveller “Série Atelier” Magnetic Green, un reloj firmado por Laurent Ferrier, una firma en la que la discreción y la estética clásica forman parte de sus genes. De todos modos, todo tiene sus matices, especialmente los colores y muy coherentemente Laurent Ferrier ha elegido una tonalidad muy poco saturada, lo que infunde al reloj una indiscutible elegancia, apartándose en todo momento de la imagen llamativa que transmiten la mayoría de relojes con esfera verde.

Las características físicas y técnicas de esta versión Magnetic Green se mantienen inalteradas con respecto a la primera versión lanzada en el 2013, a la que dedicamos este exhaustivo análisis. Por tanto, las dimensiones de la caja se mantienen en 41 milímetros de diámetro por 12,64 de grosor. Lo inédito, que además añade un particular interés, es que para elaborar la caja se ha utilizado titanio grado 5 con acabado pulido. Así, además del oro y del acero ya existentes en esta colección, ahora tenemos un tercer metal para elegir.

En el interior de la caja encontramos el excelso Calibre LF230.02, un movimiento de carga automática mediante micro-rotor cuyo volante oscila a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora y ofrece una generosas 80 horas de reserva de marcha.

Este movimiento aúna dos conceptos que no tienen porque ser antagónicos. Así, a su clasicismo le añade conceptos técnicos avanzados, como son el escape de doble impulso directo, el áncora elaborada con silicio y las ruedas de escape realizada con una aleación de nickel producida mediante el proceso LIGA. Como en todo reloj Laurent Ferrier, los acabado de los elementos externo y del movimiento son excelsos, a los que encontrarles un fallo puede devenir en una tarea imposible.

El Laurent Ferrier Classic Traveller “Série Atelier” Magnetic Green se emitirá en formato de edición limitada, a tan solo 15 piezas. Se entrega con correa verde de piel nubuck y su precio es de 62.000 CHF, una cifra a la que habrá que aplicar la conversión a la divisa pertinente y añadir el impuesto del país del comprador.

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El nuevo Laurent Ferrier Sport Auto es el tributo de Ferrier a sus aventuras automovilísticas vividas junto a su amigo Francois Servanin en las 24 Horas de Le Mans. En 1979, casi derrotan al equipo Porsche de Paul Newman y lograron subir al podio. El nuevo Laurent Ferrier Sport Auto es el reflejo de una amistad que va más allá del automovilismo y su pasión común por los relojes.

Caja almohadillada de 41,50 mm… en titanio

Después del exclusivo Grand Sport Tourbillón, la firma lanza una versión mucho más básica a nivel mecánico pero también más coherente con su carácter deportivo, prescindiendo del delicado tourbillon y ofreciendo las indicaciones de horas, minutos segundero central y fecha. Y sí, me viene a la mente el Nautilus 5711, aunque quizás influenciado por el pasado de Laurent Ferrier y su trabajo en Patek Philippe durante más de 30 años.

Con un diámetro de 41,50 mm, la caja presenta una geometría almohadillada rematada por un ancho bisel de geometría rectangular con lados convexos y una clásica corona en forma de cebolla ligeramente hundida en la carrura para que ésta haga el trabajo de los tradicionales protectores. A pesar de ser un tamaño correcto por sus características, creo con un milímetro menos mejoraría su elegancia al tiempo que mantendría su deportividad.

Uno de los grandes aciertos ha sido la elección del titanio para fabricar tanto la caja como el exquisito brazalete integrado de tres eslabones, proporcionándole una ligereza y comodidad que combina a la perfección con su preciosa estética. El acabado satinado de las superficies se combina con el pulido de los cantos, logrando un bello contraste de reflejos que enfatiza y dinamiza el juego de suaves líneas cóncavas y convexas de la caja. Asimismo, prescinde de las típicas asas mediante la prolongación de la carrura, al tiempo que se aplica una apertura en su zona central. La caja está rematada por un cristal de zafiro suavemente ahumado y un fondo atornillado que permite una correcta resistencia al agua de 100 m.

Esfera simple pero tremendamente atractiva

Básicamente, la esfera mate azulada y suavemente degradada mantiene los elementos del Grand Sport Tourbillon, con manecillas assegai de horas y minutos en oro blanco y los índices horarios aplicados en forma de gota (sobredimensionados en las posiciones cardinales) rellenos con Super-LumiNova en un color ligeramente verdoso, una escala de minutos con índices más largos de lo habitual y una cruz plateada que la divide en cuartos.

El pequeño segundero ligeramente empotrado a las seis horas se complementa con el poderoso atractivo visual de la ventana biselada de fecha a las 3 horas. Podemos debatir sobre las preferencias personales respecto a la inclusión o no de esta complicación, pero lo que es innegable es que en este caso, su diseño y ejecución es fascinante, aportando un fuerte toque de personalidad que lo diferencia de cualquiera de sus competidores (también su diseño parece inspirada en el automovilismo).

Calibre LF270.01

Tan fascinante como la caja y la esfera es el nuevo mecanismo que late en su interior, el LF270.01. Este movimiento automático que vibra a 4 Hz (28.800 alternancias por hora) y puede almacenar hasta 72 horas de reserva de marcha, está equipado con un micro-rotor que no representa una sorpresa por sí mismo (es habitual en la firma), sino por el hecho de estar fabricado en platino, un metal cuya elevadísima densidad le confiere una mayor eficacia de carga. Basado en el calibre de los modelos Galet , Montre Ecole y Square, ha sido diseñado, decorado y ensamblado por Laurent Ferrier.

Con la misma excelencia de acabados que caracteriza las creaciones de la marca, refuerza su deportividad y robustez al sustituir el fascinante pero sensible escape natural por un clásico y más resistente escape de áncora suizo, mientras que el tradicional sistema de trinquete del rotor ha sido reemplazado por un mecanismo de rodamiento de bolas unidireccional. Los grandes puentes lucen un atractivo y moderno acabado en rutenio de color ennegrecido y un satinado horizontal.

Con número de referencia LCF040.T1.C1GC5, el Laurent Ferrier Sport Auto Titanium Bluena no es una edición limitada, sino que se lanza como parte de la colección permanente. Su precio antes de impuestos es de 46.000 francos suízos. Si, no es un precio asequible, e incluso supera con creces el de los iconos de Patek Philippe y Audemars Piguet. Y a pesar de que tampoco tiene su pedigrí ni su misticismo, podemos considerarlo una alternativa real, sobretodo después de la discontinuidad del 5711 (¿veremos un nuevo Nautilus en titanio?) y sus exhorbitantes precios de reventa, o la novedad del recién presentado Royal Oak Jumbo 16202 y las previsibles y a la vez desesperantes listas de espera. Espero refrendar la excelente impresión que me ha causado en el próximo Watches & Wonders (¡por fin presencial!) dentro de siete semanas.

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Gran parte de la atención del Laurent Ferrier Hommage II se centra en el diseño escalonado de su caja de acero de 40 mm. A pesar de que rara vez la encontramos en la relojería actual, esta inusual geometría era común en la época en que se inspira Laurent Ferrier. Gracias a su construcción a dos niveles, el Homage II logra disimular la considerable anchura de su bisel, mientras que el acabado cepillado general contrasta con el pulido de sus asas para suavizar su aspecto y conferirle un toque de elegancia. Además un tamaño superior al estándar de la época, Laurent Ferrier también lo actualiza con un fondo de zafiro.

Laurent Ferrier ofrece el Hommage II con dos versiones de esfera sectorial diferenciadas por su color, de forma que ambas tiene un carácter bastante diferente. El más deportivo modelo con esfera negra mate muestra manecillas en forma de espada volando sobre un anillo exterior, que incluye la escala horaria con numerales arábigos conectados por guiones y ribeteada por una escala perimetral chemin de fer en plateado. A las seis horas se dispone el pequeño segundero con decoración azuré que, junto a las delicadas líneas perpendiculares que dividen en cuartos el centro de la esfera, complementan el diseño de la función de horas y minutos.

Sin embargo, es el modelo con esfera blanca plateada el que me resulta más cautivador gracias a su preciosa y elegante paleta de colores: el anillo horario adopta un inusual pero atractivo color salmón que se acompaña de unas clásicas manecillas lanceoladas azuladas. Esta tonalidad azul oscuro marca la pauta del texto serigrafiado, escalas e índices. Si bien son muy poco frecuentes en los diseños modernos, las esferas rosa y salmón eran una opción habitual durante la primera mitad del siglo XX.

Ambas variantes utilizan el calibre de remonte manual LF 116.01. Para esta ocasión, su platina y los grandes puentes que lo cubren casi por completo adquieren un acabado dorado esmerilado que encaja a la perfección con la estética del Homage II. Su reserva de marcha es de 80 horas y late a 21.600 alternancias por hora.

Para consolidar su look vintage, ambas versiones se entregan con correas de cuero envejecido. Para el modelo con esfera blanca, la marca se decanta por la gamuza en un cálido marrón tabaco, mientras que la versión de esfera negra adquiere una correa de piel jaspeada en un llamativo tono amarillo azafrán.

Con una producción limitada a únicamente 16 unidades de cada referencia, los Laurent Ferrier Hommage II «estaban» disponibles exclusivamente a través de la boutique Phillips Perpetual a un precio de 32.000 CHF, antes de impuestos. Y sí, digo estaban, porque actualmente ambos modelos ya han colgado el SOLD.

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Su geometría y dimensiones son los habituales en esta colección presentada en 2015, o sea, una caja cuadrada almohadillada de líneas curvadas, con unas medidas de 41 x 41 mm, un contenido grosor de 11,10 mm (sin el cristal) y un acabado totalmente pulido, esta vez disponible en acero u oro rojo. Sin duda, la elección del material determinará el carácter del reloj, más formal en oro rojo, o con un toque de polivalencia si optamos por el acero. Las correas de aligator con que se entregan ayudan a reforzar esta personalidad: en gris oscuro para el oro y en un acertado y sorprendente tono caqui de suave tacto aterciopelado para el acero. Mantiene su corona en forma de cebolla al mismo tiempo que sigue prescindiendo de cualquier tratamiento anti-reflectante en su abovedado cristal de zafiro.

Pero el verdadero protagonista de los Square micro-rotor retro son las dos esferas blanca plateada o gris carbón que, hasta cierto punto, nos recuerdan a las ediciones especiales Square Swiss Finetiming “Vintage America I” lanzadas hace cinco años. A diferencia de los Clásicos Square, no implementa índices aplicados en forma de gota, sino que en su lugar encontramos un anillo en sector satinado combinado con tres numerales arábigos de tipografía Art Deco (enfocados hacia el centro) y una minutera perimetral chemin de fer. El resultado son esferas de mayor calidez y detalle respecto al frío e impecable habitual minimalismo de la firma. Por suerte, seguimos encontrando las hermosas manecillas assegai características de Laurent Ferrier. Además, el pequeño segundero sigue ubicándose a las 6 horas, aunque esta vez exhibe un acabado azuré central y los mismos elementos que la esfera: numerales Art Deco, un anillo en sector y una escala chemin de fer.

Su trasera de zafiro nos permite admirar el fantástico calibre FBN 229.01, un movimiento de remonte automático con micro-rotor, que implementa un escape de doble impulso sobre el volante y áncora de silicio, lo que repercute en beneficio de su precisión cronométrica y en poder entregar una excelente reserva de marcha de 72 horas. Con un diámetro de 14” (31,60 mm) y un grosor de sólo 4,35 mm, excelente para tratarse de un movimiento automático, su frecuencia de vibración es de 21.000 alternancias por hora (3 Hz). Además, en consonancia con sus virtudes mecánicas, hemos de sumarle el impresionante nivel de sus acabados, sencillamente inmejorables: Côtes de Genève en los puentes, biselado, perlado de la platina, cabezas de los tornillos están achaflanados y pulidos…  y todo ello realizado artesanalmente.

Contrariamente a lo podríamos pensar en dos piezas que se aleja estéticamente del estándar de la marca, los Laurent Ferrier Square micro-rotor retro no son ediciones limitadas, y se incorporan a la colección permanente. Los precios antes de impuestos son de 45.000 CHF para la versión en acero y de 55.000 CHF para la de oro rosa.

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Presentado en julio del año pasado, el Classic Origin es una de las creaciones de Laurent Ferrier que más me gustan (el espectacular Gran Sport Tourbillon es mi nº 1). En primer lugar tenemos una caja de 40 mm (un diámetro ideal para un reloj de este estilo) y formas fluidas, con el detalle de la corona en forma de cebolla y fabricada en titanio. En segundo lugar, la minimalista esfera es cuasi perfecta, una simétrica mezcla de clasicismo con un justo toque de modernidad en la que destacan las típicas y deliciosas manecillas assegai junto a la cruz que la divide en cuartos, los estilizados índices aplicados, el pequeño segundero a las seis horas y el detalles de los subíndices de la escala 12-24 en contratante color.

Y por último, implementa el nuevo calibre LF 116.01, un nuevo calibre de remonte manual que es una versión simplificada del LF 126.01, tanto en funciones como en decoración. Aunque menos complicado, mantiene el elevado nivel al que nos tiene acostumbrado Laurent Ferrier con la ventaja de su menor precio. Las Côtes de Genève y el perlado han sido sustituidos por un rodiado negro microarenado (mantiene el biselado de los cuatro puentes), mientras que, técnicamente, el escape de silicio de doble impulso ha sido reemplazado por un más simple y tradicional sistema de áncora suizo. Por suerte, recurre al mismo y antiguo sistema de rochete con trinquete largo que se ha acabado convirtiendo en uno de los signos distintivos de la firma ginebrina, además de ofrecer una excelente reserva de marcha de 80 horas.

La novedad más significativa de esta edición ‘Hope’ Only Watch es, como hemos apuntado antes, su caja fabricada en acero, un lógico paso adelante de Laurent Ferrier que esperamos ver implementada en la colección Classic Origin habitual (no olvidemos que es el entry level de la firma).

Por lo que respecta al color, el verde aguamarina es un tonalidad inusual en relojería. Según la marca, «este color suave y refrescante pretende representar la juventud, la renovación y el optimismo». Con la correa a juego, el único punto de contraste es el pequeño segundero en blanco, su particular forma de «honrar la resistencia de toda la profesión médica después de un año difícil». El intervalo estimado por el que será subastado es de entre 29.000 y 39.000 CHF.

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Para celebrar su décimo aniversario, este año ha lanzado el Classic Origin Opaline, inaugurando así una nueva línea dentro de la colección Classic que se caracteriza por su caja Galet e implementar un nuevo movimiento de remonte manual menos complicado que los anteriores Tourbillon, Micro-Rotor o Traveller. Seis meses después presenta su segunda versión, el Classic Origin Green, una edición limitada a 30 unidades que, como bien anticipa su nombre, luce una espectacular esfera verde que le sienta como un guante.

Seleccionado entre los finalistas de la categoría de reloj masculino en el GPHG 2020 (un galardón que finalmente recayó en el Voutilainen 28SC), el Classic Origin Green recurre a la preciosa caja Galet de 40 mm. Si bien conserva las mismas formas suaves y redondeadas y su tradicional corona en forma de cebolla de los Galet anteriores, este modelo, igual que el primer Origin Opaline, está fabricado en titanio pulido.

Si su “exterior” no presenta novedad alguna, no podemos decir lo mismo de su esfera, que a su ya de por sí arrebatador diseño clásico y minimalista le suma ahora un atractivo fondo verde y detalles en amarillo. El color es suave y discreto, como era de esperar de la marca, pero también aporta un bonito toque de originalidad y modernidad a esta pieza ultraclásica y elegante, un porte al que sin duda colabora su caja de titanio.

La esfera degrada desde el verde translúcido en su centro hacia el verde más profundo en su perímetro. Sobre ella vuelan las dos manecillas de oro blanco de horas y minutos, cuya forma assegai (en forma de jabalina) es todo un símbolo de Laurent Ferrier, mientras que los índices horarios aplicados a las 3, 6 y doble a las 9 horas, ofrecen una silueta similar. La minutera chemin de fer perimetral incluye las horas P.M. (de las 13 a las 24 horas) en amarillo, un color que también encontramos en la escala del pequeño segundero y que le confiere un sutil toque de originalidad y dinamismo. Como vimos en el Annual Calendar, una cruz atraviesa el centro de la esfera.

Una diferencia importante con el Micro-Rotor Galet se encuentra dentro de la caja; este modelo está equipado con el calibre LF 116.01, un movimiento de remonte manual que aún cuenta, por suerte, con su trinquete de hoja larga, responsable de producir el delicioso sonido y tacto distintivo al dar cuerda al reloj. 

El mecanismo oscila a 3 Hz y ofrece una excelente reserva de marcha de 80 horas. La decoración es una mezcla de modernidad, como el acabado de los puentes suavemente arenados y rodiados en negro, con técnicas tradicionales como en biselado, el anglage o el pulido a mano.

El Laurent Ferrier Classic Origin Green se entrega con una hermosa y suave correa de cuero marrón claro que le aporta un aspecto más informal. El reloj tendrá un precio de venta de 28.500 francos suizos (sin impuestos), y es el primer reloj de la firma en venderse únicamente online desde su sitio web.

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Diez años después, Laurent Ferrier celebra su décimo aniversario con el Classic Origin Opaline. En muchos sentidos, esta nueva referencia es una versión minimalista de ese galardonado Galet Classic y sus suaves formas, pero esta vez fabricado en titanio (por primera vez en la firma) e implementando un nuevo movimiento de remonte manual significativamente más simple, lo que posibilita ofrecerlo a un precio bastante inferior. Manteniendo la típica estética de LF, exhibe una preciosa, sobria y elegante esfera rematada con el toque sport que le confieren los detalles en burdeos.

Caja Galet, rebautizada ahora como Classic.

Con cinco cajas disponibles, las fluidas formas redondeadas de la Classic son las más identificadas con la marca, por lo que resulta normal que haya sido la elegida para celebrar su 10º aniversario.

El Classic Origin Opaline tiene una caja de titanio de acabado pulido de 40 mm de alto y 10,7 mm de grosor, ostentando el mismo diámetro pero es un poco más delgado que el Galet (Classic) Micro-Rotor. Con estas medidas y el hecho de estar fabricado en titanio, su comodidad debe ser absoluta. Como cabía esperar, la corona tiene una forma clásica de cebolla, uno de los elementos que, al igual que mis siempre admiradas manecillas sagaie, lucen todas las creaciones de Laurent Ferrier.

Simple, detallista, proporcionada, discreta, elegante… la esfera es un buen ejemplo del diseño clásico atemporal de Laurent Ferrier.

Con una simetría perfecta, la esfera opalina de color blanco plateado está dividida en cuadrantes delimitados por una fina cruz que une los puntos cardinales marcados por índices de oro blanco aplicados a las 3 y 9 horas, que son dobles a las 12. El resto de posiciones horarias son ocupadas por delgados y largos índices serigrafiados.

En la periferia se dispone la escala chemin de fer de horas y minutos en gris pizarra, que incluye los números arábigos del 13 al 24 (quizás lo único que cambiaría en este reloj) en color burdeos . El hecho de incluir detalles cromáticos no es habitual en Laurent Ferrier; hasta ahora, el único reloj que implementaba este recurso estético es el Montre Ecole Annual Calendar, otro delicioso guardatiempo presentado en 2018 con el que también comparte la división en cuartos de la esfera. Esa misma tonalidad burdeos es la que adoptan los 60 índices del pequeño segundero que, levemente encajado y decorado en azuré, se ubica a las seis horas.

Un nuevo movimiento de remonte manual, el calibre LF 116.01.

Cuando observamos las imágenes, descubrimos claramente que estamos antes una versión simplificada del calibre LF 126.01 que implementan los antes citados Montre École Annual Calendar. Además de prescindir de la parte mecánica correspondiente a la complicación de calendario anual, las principales diferencias las encontramos en la ausencia del indicador circular de reserva de marcha, la decoración en Côtes de Genève de los puentes y el perlado de la platina, ambas sustituidas por un contemporáneo rodiado negro micro-arenado que mantiene el biselado pulido de los cuatro puentes.

Además, el escape de silicio de doble impulso de los Micro-rotor ha sido reemplazado por un más simple y tradicional sistema de áncora suizo. En casi cualquier otro reloj, esta mecánica y sus acabados serían geniales, pero debido al altísimo estándar al que nos ha acostumbrado Laurent Ferrier, sobretodo con sus primeros movimientos (el LF 229.01 del Galet Micro-Rotor y el LF 619.01 del Galet Tourbillon), el LF 116.01 del Classic Origin Opaline se sitúa a un nivel inferior. La ventaja de esta simplificación es que repercute directamente en el precio.

Por suerte, recurre al mismo y antiguo sistema de rochete con trinquete largo que se ha acabado convirtiendo en uno de los signos distintivos de los calibres de la firma ginebrina.

El trinquete o retén es una palanca provista de un pico que penetra en el dentado del rochete de remontuar (rueda dentada sujeta al árbol de barrilete) para inmovilizarlo en el sentido del desarmado. A medida que vamos cargando el reloj, el salto continuo de este trinquete largo al paso de cada diente produce un agradable sonido de «clic» más profundo que la habitual baja sonoridad de un sistema con trinquete corto.

Con un diámetro de 31,60 mm (14’’) y un espesor de 4,35 mm, el LF 116.01 late a una frecuencia de 3 Hz (21.600 alternancias por hora) y dispone de una excelente reserva de marcha de 80 horas.

El Laurent Ferrier Classic Origin Opaline (Ref. LCF036.TI.G1G) se entrega con una correa de piel de becerro Barbialla de color marrón claro con costuras blancas y una hebilla de titanio. Su precio se sitúa en 28.500 CHF antes de impuestos, lo que lo convierte en el reloj más accesible del portafolio de Laurent Ferrier.

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El Laurent Ferrier Grand Sport Tourbillon es un reloj de 44 mm, grande para el estándar de la firma que se sitúa entre los 40 y 41 mm, fabricado en acero y con una geometría almohadillada rematada por un ancho bisel y una corona en forma de cebolla. El acabado satinado de las superficies se combina con el pulido de los cantos, logrando un bello contraste de reflejos que enfatiza y dinamiza el juego de suaves líneas cóncavas y convexas de la caja. Asimismo, prescinde de las típicas asas mediante la prolongación de la carrura, al tiempo que se aplica una apertura en su zona central. La caja está rematada por un cristal de zafiro suavemente ahumado y un fondo atornillado que permite una resistencia al agua de 100 m.

El primer brazalete de Laurent Ferrier responde a las expectativas

Por primera vez, Laurent Ferrier ha equipado una de sus creaciones con un brazalete de acero, y como cabía esperar la integración con la caja es absolutamente perfecta. Con una estructura de tres eslabones de acabado satinado, la hilera central destaca poderosamente por su biselado pulido a espejo, agregando así profundidad a un diseño que de otro modo sería bastante tradicional.

Esfera minimalista en azul degradé y naranja

Aplicando la regla de armonía de color, de los análogos marrón y naranja del primer Grand Sport Tourbillon pasamos a una atractiva combinación de colores complementarios: el azul oscuro degradé de la esfera y el naranja intenso del Super-Luminova implementado en las manecillas assegai y los índices aplicados de geometría lenticular. ¿Qué se consigue con ello?. Aportar personalidad, contraste y dinamismo visual al mismo tiempo que equilibrarse e intensificarse mutuamente para conseguir la máxima legibilidad.

Manteniendo la discreción habitual, Laurent Ferrier decide no mostrar el tourbillon en la esfera, y sólo la discreta inscripción ubicada por encima del pequeño segundero delata que el Grand Sport Tourbillon esconde esta Gran Complicación.

Calibre LF 6919.01

Al igual que la primera versión, el Grand Sport Tourbillon con brazalete implementa el calibre LF 619.01, el mismo movimiento que debutó en el Laurent Ferrier Galet Classic Tourbillon Double Spiral, el reloj ganador del premio al mejor reloj masculino en el GPHG de 2010. Este movimiento de remonte manual oscila a 21.600 alternancias por hora y ofrece unas impresionantes 80 horas de reserva de marcha.

En cuanto a su tourbillon, no se trata de una implementación convencional ya que viene equipado con una espiral doble. Esta arquitectura neutraliza el desplazamiento lateral en el eje del volante, lo que se complementa con la compensación que ofrece el tourbillon de las posiciones verticales. Toda esta sofisticación micromecánica permite que el Grand Sport Tourbillon esté certificado como cronómetro por el prestigioso Observatorio de Besançon.

Como vemos, toda una delicia mecánica… que se remata con un nivel de acabados que rozan la perfección, destacando desde su trasera la visión del tourbillon y los puentes acabados con un tratamiento de rutenio ennegrecido en contraste con el latón de ruedas y engranajes.

Poca o ninguna crítica puedo escribir sobre este reloj, quizás únicamente una cuestión filosófica: la contradicción conceptual que supone crear un reloj deportivo en acero, robusto y resistente, y recurrir a un calibre con tourbillon, un dispositivo inherentemente delicado. ¿Podríamos esperar un futuro Grand Sport sin tourbillon, por ejemplo con el FBN 229.01, el mecanismo automático con micro-rotor, pequeño segundero a las 6 h. y un diámetro también de 14″?. Con un diseño que podría mantenerse prácticamente idéntico, su precio sería muy inferior a los 176.000 CHF (antes de impuestos) del Grand Sport Tourbillon. Puestos a especular, lo situaría entre los 40-45.000 CHF. Por suerte, soñar es gratis.

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El Galet Annual Calendar recupera el diseño creado por Laurent Ferrier en 1968 para el «Montre École”, su primera creación realizada para graduarse como relojero en la Ecole d’Horlogerie de Genèva. El resultado es un reloj de 40 mm de diámetro y 12,64 mm de grosor, de suaves formas perfectamente redondas a las que se unen un ancho bisel y delgadas asas, recuperando así la idea original de los primeros relojes de pulsera, que no eran sino guardatiempos de bolsillo a los que se les había soldado unas simples asas para sujetar la correa. Esta reminiscencia histórica se mantiene en el diseño estriado de la corona en forma de bola. Del mismo modo, el cristal de zafiro que protege la esfera muestra un bello abombado, la misma geometría que presenta, aunque suavizada, el zafiro de la trasera. De hecho, ambos cristales aportan el 20% del grosor total del reloj.

La funcionalidad comodidad de la configuración de las indicaciones es absoluta. El botón integrado en la carrura a las 10 horas permite actualizar el día de la semana. El remonte del reloj, la puesta en hora y la corrección de las indicaciones de fecha y mes se corrigen a través de la corona bidireccional. Por supuesto, como todos los relojes con calendario anual, requiere ser ajustado únicamente una vez al año: del 28 o 29 de febrero al 1 de marzo.

Su suave textura arenada consigue eliminar casi cualquier reflejo, lo que sin duda favorece su legibilidad y encanto. Las horas y minutos se indican mediante las bellísimas agujas assegai, ya todo un icono del relojero ginebrino, mientras que para el pequeño segundero ubicado a las 6 en punto recurre a una pequeña manecilla de tipo bastón. Como en la edición especial «Autumn», la aguja central que indica la fecha sobre la escala perimetral abandona su habitual color rojo y pasa a ser blanca. Puede parecer una nimiedad, pero es un detalle para mí muy acertado que juega a favor de su look más clásico.
La esfera se complementa con las dos ventanas biseladas que muestran el día de la semana y el mes, situadas bajo las doce horas, y las dos líneas perpendiculares que la dividen en cuartos.

Es de admirar la excelente proporcionalidad, nitidez y armonía de la esfera del Galet Annual Calendar, algo que no debería extrañarnos porque ésta es, precisamente, una de las cualidades presentes en todos los diseños de Laurent Ferrier: legibilidad, funcionalidad y equilibrio. Parece fácil, pero os aseguro que dar con la «receta» ideal es mucho más complicado de lo que aparenta.

El reloj funciona con el calibre LF126.01, un mecanismo de remonte manual que dispone de una reserva de marcha de 80 horas. Debido precisamente a esa recarga manual, es de agradecer esta excelente cifra de más de tres días, sobretodo si tenemos en cuenta que deberíamos configurar de nuevo, ademas de la hora, todo el elenco de indicaciones asociadas al calendario anual en caso de que el reloj se pare. Esta reserva de marcha se indica en el reverso del calibre mediante una rueda circular con acabado soleil.

Como en todos los Laurent Ferrier, los acabados son excepcionales: los cuatro puentes están decorados con côtes de Genève verticales y chapados en rutenio oscuro para realzar el contraste con las partes de acero y latón. La placa base está adornada con perlage, los lados y los ángulos interiores están achaflanados manualmente y todas cabezas de los tornillos están pulidos.

El LF126.01 recurre al mismo y antiguo sistema de rochete con trinquete largo que se ha acabado convirtiendo en uno de los signos distintivos de los calibres de la firma ginebrina. El trinquete o retén es una palanca provista de un pico que penetra en el dentado del rochete de remontuar (rueda dentada sujeta al árbol de barrilete) para inmovilizarlo en el sentido del desarmado. A medida que vamos cargando el reloj, el salto continuo de este trinquete largo al paso de cada diente produce un agradable sonido de «clic» más profundo que la habitual baja sonoridad de un sistema con trinquete corto.

El reloj se entrega con una correa de piel de cocodrilo color miel con forro de alcántara a juego. Esta edición limitada a sólo cinco piezas tendrá un precio de CHF 50.000 CHF antes de impuestos.

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En palabras del propio Laurent, y estamos totalmente de acuerdo, el calendario anual representa el mejor compromiso entre la belleza de un mecanismo complejo, la practicidad de no tener que ajustar el reloj, el coste, la seguridad durante los ajustes y la simplicidad de montaje.

El concepto del calendario anual fue patentado por Patek en 1996 como un tipo de visualización de calendario intermedio y extremadamente práctico, con una complicación situada entre el calendario completo y el calendario perpetuo. Un calendario completo ofrece la visualización de la fecha, día y mes, pero requiere un ajuste al final de todos los meses con menos de 31 días, es decir, 5 veces al año. Por otra parte, el calendario perpetuo tiene en cuenta la duración de todos los meses, incluido febrero, ya sean 28 o 29 días, pero con el inconveniente de que son sumamente caros, frágiles y complejos de ensamblar.

Justo en medio de ambos, el calendario anual tiene en cuenta los meses con 30 o 31 días, y lo único que no hace es autoajustarse a fines de febrero. Por lo tanto, requiere que lo ajustemos manualmente una vez al año, una pequeña «molestia» que sin embargo queda compensado por su coste muy inferior al de cualquier calendario perpetuo.

En este contexto, el Galet Annual Calendar School Piece nos ofrece una excelente combinación entre un diseño clásico que recuerda a los relojes con calendario completo de la década de los 40 (ventanas a las 12 en punto y fecha indicada mediante una manecilla), y el moderno y técnico enfoque del calendario anual. No solo es útil y práctico en nuestro día a día, sino que también está mecánicamente muy bien concebido. Todas las operaciones se realizan mediante la corona y un único pulsador situado a las 10 en punto. El día de la semana se configura simplemente presionando el discreto pulsador, mientras que el resto de ajustes (mes, día del mes, hora y remonte) se realizan tirando y girando la corona. 

La fecha se indica mediante una escala periférica con 30 números arábigos azules (el 31 está en rojo) que es recorrida por una manecilla lacada en blanco, mientras que el día de la semana y el mes se muestran en dos aberturas rectangulares biseladas en la mitad superior de la esfera. En un plano ligeramente hundido, el pequeño segundero se encuentran en la posición tradicional de las 6 en punto. Como no podía ser de otra forma, mantiene una característica distintiva de los relojes Laurent Ferrier: la preciosa forma assegai de las agujas. Fabricadas en oro blanco, implementan un recubrimiento de rutenio.

Esta edición limitada a únicamente cinco ejemplares es bautizada como Autumn, un nombre al que Laurent Ferrier recurre para designar su esfera de oro rojo con matices cobrizos como ya hizo en una versión del Galet Square.

La esfera es bella, limpia, tremendamente armoniosa y bien proporcionada, con todas las indicaciones alineadas en el eje vertical. Su simetría queda reforzada por su división en cuadrantes, un elemento también típico de la época.

Su caja redonda bassiné de 40 mm está fabricada en acero se acompaña de una gran corona en forma de cebolla, un elemento de claras reminiscencias vintage que se complementa con los cabujones que implementan las asas. Su geometría rectilínea se contrapone a las limpias formas redondas de la caja de acabado pulido que, tal como nos indica su nombre galet, recuerda la suavidad de un guijarro de río. 

Esta caja se presentó por primera vez en el SIHH 2017 con el Galet Micro-rotor Montre École. Inspirada en las formas de los relojes relojes de bolsillo del siglo XIX, ese reloj recuperaba el diseño creado por Laurent Ferrier en 1968 para el «Montre École”, su primera creación realizada para graduarse comorelojero en la Ecole d’Horlogerie de Genèva.

Recordando cuando lo tuvimos en nuestras manos en el debut del Galet Annual Calendar en el SIHH 2018 y del lanzamiento de las versiones Opaline Black & White en el SIHH 2019,  los 40 mm se me antojan un tamaño ideal para este reloj, incluso si la complicación adicional del calendario anual implica «engordarla» hasta los 12,80 mm. Ciertamente, resultaría más elegante con un perfil algo inferior, pero en la muñeca resulta muy equilibrado y cabe perfectamente bajo el puño de una camisa.

Laurent Ferrier ha elegido deliberadamente usar una solución tradicional y fiable para la regulación, y centrarse así en las funciones del calendario. Una de las características del LF126.01 es que recurre al antiguo sistema de rochete con trinquete largo que se ha acabado convirtiendo en uno de los signos distintivos de los calibres de la firma ginebrina. El trinquete o retén es una palanca provista de un pico que penetra en el dentado del rochete de remontuar (rueda dentada sujeta al árbol de barrilete) para inmovilizarlo en el sentido del desarmado. A medida que vamos cargando el reloj, el salto continuo de este trinquete largo al paso de cada diente produce un agradable y embriagador sonido de clic más profundo que la habitual baja sonoridad de un sistema con trinquete corto.

HyperFocal: 0

En cuanto a sus datos técnicos, este calibre tiene un diámetro de 14’’’ (31,60 mm) y un grosor de 5,80 mm. Con 235 componentes, late a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora (3 Hz) y tiene una excelente reserva de marcha de 80 horas. Estos más de tres días se cuantifican mediante un indicador en su reverso, un elemento muy a tener en cuenta sobretodo en aquellos relojes que implementan un calibre de remonte manual. Como todas las creaciones de Laurent Ferrier, ostenta un intachable nivel de acabados que incluyen Côtes de Genève en los puentes biselados y graneado circular en la placa principal, todo ello realizado a mano.

El Laurent Ferrier Galet Annual Calendar School Piece Autumn Inspired «Geneva Edition» se entrega con una correa de aligator marrón y está asegurado a la muñeca con un doble cierre plegable o una hebilla tradicional. Su precio es de 50.000 CHF.

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Con la segunda parte de la afirmación; “un inesperado estilo deportivo”, no puedo estar más de acuerdo. En cierto modo me recuerda mucho a cuando F.P. Journe lanzo en el 2012 su LineSport. En ambos casos es absolutamente apropiado aplicar el término “inesperado” ya que son marcas que nacieron, en el buen sentido de la palabra, con un carácter absolutamente clásico. Nadie esperaba en el 2012 un reloj “deportivo” de F.P. Journe y tampoco se esperaba ahora un reloj Laurent Ferrier con este carácter.

El método utilizado para crear el Laurent Ferrier Tourbillon Grand Sport también es el mismo que utilizó F.P.Journe en su LineSport; tomar la base y la geometría de sus relojes clásicos y aplicarle el carácter deportivo a través de los materiales utilizados en cajas y en correas o brazaletes. Evidentemente es el método “fácil” ya que no implica partir de cero en el diseño de los elementos externos, algo que han intentado en numerosas ocasiones muchas firmas del sector relojero y que en pocos casos se ha saldado con éxito.

En este caso, aunque es una opinión muy particular, me parece más coherente este método en el Laurent Ferrier que en F.P. Journe. El motivo es simple ya que la geometría de los Octa de Journe es redonda y en el caso del Laurent Ferrier se recurre a la caja de los Galet Square, que son relojes “de forma”. Si tomamos los dos grandes referentes históricos de relojes deportivos/elegantes, el Royal Oak de Audemars Piguet y el Nautilus de Patek Philippe, veremos que aparte de compartir diseñador (Gerald Genta) también coinciden en que son relojes cuya geometría se aparta del clásico círculo. En consecuencia, Laurent Ferrier lo tiene más fácil que F.P. Journe aplicando este método y viendo el resultado parece confirmarse esta teoría.

La gran ventaja de la caja del Galet Square es su geometría denominada «de cojín», lo que permite que sea relativamente fácil acoplar a ella correas o pulseras con un gran sentido de integración, otro factor decisivo en todos los relojes deportivos/elegantes.

A pesar de ello, vemos que Laurent Ferrier ha tenido que modificar ligeramente la parte de la caja que se une a la correa. Se han eliminado las típicas asas y se ha alargado la carrura de la caja, al tiempo que se aplica una apertura en su zona central. Ello permite unirla a una correa de caucho con un gran sentido de integración. Partiendo de esta arquitectura, no es descartable en absoluto que más adelante veamos brazaletes en los futuros miembros de esta colección que inaugura el Laurent Ferrier Tourbillon Grand Sport.

Otro aspecto que se ha modificado con respecto a la caja original del Galet Square es el ancho del bisel, mucho mayor en este Tourbillon Grand Sport. Esta es una formula estilística relativamente sencilla y muy eficaz para transmitir mayor imagen de robustez a un reloj.

En plena coherencia con el carácter «deportivo» que Laurent Ferrier quiere aplicar en el Tourbillon Grand Sport, el material elegido para la caja es el acero. Este es un factor que diferencia las gamas más informales de muchas de las grandes marcas de carácter clásico, pero no es el caso de Laurent Ferrier. Antes de que algunas de estas marcas históricas dieran un ligero (o no tan ligero) cambio de filosofía, ofreciendo relojes clásicos con caja de acero, Laurent Ferrier ya lo hizo. De hecho, el primer Galet Square utilizó este material para su caja, una opción que siguen ofreciendo 8 de las 9 variantes actuales del Galet Micro-Rotor Square.

La esfera también se adapta a las exigencias mínimas de cualquier reloj con carácter funcional y/o deportivo. Sobre su fondo de color marrón destaca el tratamiento luminiscente de color naranja aplicado a los los índices horarios y a las agujas. Se trata de un  toque estético que evidentemente favorece la legibilidad pero que tiene la virtud de conservar la elegancia inherente a cualquier reloj firmado Laurent Ferrier.

La caja del Laurent Ferrier Tourbillon Grand Sport mide 44 milímetros de diámetro, bastante más que los 41 mm del Galet Micro-Rotor Square, aunque sin llegar a los, en mi opinión, exagerados 45,35 de las recientes variantes Opaline. Personalmente hubiera preferido los 41 mm, pero también es cierto que, debido al aumento del bisel, la esfera se habría reducido considerablemente y con ello su legibilidad.

Llegamos al movimiento y con ello a uno de los secretos que no desvela la esfera; estamos ante un movimiento con regulador tourbillon. A imagen y semejanza de los célebres relojes con tourbillon de Patek Philippe, Laurent Ferrier decide no mostrar el tourbillon en la esfera, tal y como hacen la práctica totalidad de marcas, recurriendo para tal efecto una abertura en ella. Solo la discreta inscripción ubicada por encima del pequeño segundero da indicios que el reloj esconde esta Gran Complicación.

Este calibre de referencia LF 619.01, es un movimiento de carga manual que oscila a 21.600 alternancias por hora y ofrece unas impresionantes 80 horas de reserva de marcha. Este mismo calibre lo encontrábamos ya en en el Galet Classic Square, aunque las terminaciones son distintas. A pesar de mantener el mismo código de LF 619.01, vemos que los puentes de la versión que equipa este Tourbillon Grand Sport están acabados con un  tratamiento de rutenio ennegrecido.

En cuanto a su tourbillon, no se trata de una implementación convencional ya que viene equipado con una espiral doble. Esta arquitectura de dos espirales neutraliza el desplazamiento lateral en el eje del volante, lo que se complementa con la compensación que ofrece el tourbillon de las posiciones verticales. Toda esta sofisticación micromecánica permite que este calibre y en consecuencia el Laurent Ferrier Tourbillon Grand Sport esté certificado como cronómetro por el prestigioso Observatorio de Besançon.

Observando el fondo de la caja del Laurent Ferrier Tourbillon Grand Sport podemos leer dos inscripciones. La primera de «1979 LE MANS 2019» puede engendrar cierta extrañeza, pero tiene su explicación. En la década de los años 70, Laurent Ferrier era más conocido por su pasión automovilística que por la relojera. Durante este periodo participó nada menos que siete veces en las 24 horas de Le Mans.

Fue en 1979 cuando, al volante de un Porsche 935T del Kramer Racing Team y formando equipo con su amigo François Servanin, consiguieron la tercera plaza absoluta de la legendaria carrera. Este extraordinario resultado cobra, si cabe, mayor relevancia si tenemos en cuenta de que ambos pilotos eran amateurs. Con este guiño al pasado deportivo de Laurent Ferrier, parece que la firma suiza quiera en cierto modo justificar la validez de su incursión en los relojes deportivos.

La segunda inscripción; ACIER X/12 no deja ninguna duda. Se trata de un reloj con caja de acero y su producción está limitada a 12 ejemplares, de los cuales imagino que ya no queda ninguno disponible.

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Estas esferas fueron introducidas en las dos versiones del Annual Calendar School Piece que os presentamos hace un par de meses como avance del SIHH 2019, completando así a los Laurent Ferrier Galet Traveler y Galet Micro-Rotor que hoy os mostramos. Esta es la única novedad que aportan, pero personalmente logran aportar un plus de elegancia que les va como anillo al dedo.

Este mecanismo de remonte automático con micro-rotor dispone de 72 horas de reserva de marcha. Las funciones se limitan a las de horas y minutos, mediante las exquisitas manecillas sagaie, y la de segundos, mostrada en un pequeño subdial a las seis horas. Las esferas se rematan con once delicados índices horarios aplicados y la serigrafía con el nombre de Laurent Ferrier y su sede, Ginebra.

Estas son las diferentes combinaciones entre cajas y esferas:

Galet Micro-Rotor, oro blanco y esfera opalina negra
Galet Micro-Rotor, oro blanco y esfera opalina blanca
Galet Micro-Rotor Square, acero y esfera opalina negra
Galet Micro-Rotor Square, acero y esfera opalina blanca
Galet Micro-Rotor Montre Ecole, oro blanco y esfera opalina negra
Galet Micro-Rotor Montre Ecole, oro blanco y esfera opalina blanca
Galet Micro-Rotor Montre Ecole, acero y esfera opalina negra
Galet Micro-Rotor Montre Ecole, acero y esfera opalina blanca

Por su parte los Galet Traveler (aquí podéis leer el artículo correspondiente) se limitan a dos nuevas referencias marcadas por las dos esferas, ambas con caja de oro blanco de 41 mm. Sus esferas incluyen una distribución parecida a los Galet Micro-Rotor, a la que suman las dos ventanas simétricas de segundo huso horario (a las 9 horas) y de fecha (a las 3). Ambas funciones se ajustan mediante los dos pequeños pulsadores ubicados en la carrura izquierda.
En su interior late el calibre LF230.02, un movimiento automático también con micro-rotor y 72 horas de reserva de marcha.

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