La primera caja fabricada por Michel Parmigiani cuando fundó su marca homónima en 1996 fue la Toric, un elegante y clásico diseño que actualmente aloja las grandes complicaciones del relojero nacido en la Val-de-Travers. Repetición de minutos, horas satelitales o calendario perpetuo retrógrado son algunas de ellas, además de incluir referencias que ostentan el apreciado sello de Qualité Fleurier. En cambio, el tourbillon es una gran complicación hasta ahora reservada para la colección Tonda y sus Tourbillon y Tourbillon 1950, aunque tenemos la excepción del Toric Tecnico, un portentoso reloj que al tourbillon le suma un calendario perpetuo y la repetición de minutos. Dispuesto a dar mayor protagonismo a este complicadísimo dispositivo, Parmigiani Fleurier aprovecha la plataforma digital del Watches & Wonders para presentar el Toric Tourbillon Slate, un reloj que aúna el tourbillon con una bella caja ultra-delgada de diseño clásico y una esfera de color pizarra decorada con un precioso guilloché.
Aunque Parmigiani ha trabajado con diseños más contemporáneos como los Kalpa o Bugatti, su verdadera personalidad reside en el estilo clásico que hace referencia a Breguet y otros grandes del siglo pasado con los que Parmigiani está familiarizado desde que en 1976 fundó su propio taller dedicado a la restauración. Es por ello que la colección Toric es, para mí, el estandarte que atesora toda la esencia de la marca.
Caja de oro rojo y esfera gris pizarra con acabado guilloché
Cuando Michel Parmigiani diseña un reloj, comienza con el perfil. Al hacer esto, los elementos de diseño esenciales de la marca se respetan de manera armoniosa y cada nuevo reloj honra y perpetúa la identidad de la marca. Es por ello que las curvas del Toric están inspiradas en la proporción áurea y sus enlaces con la famosa secuencia de Fibonacci.
La caja tripartita fabricada en oro rosa de acabado pulido mantiene el bisel estriado característico de los Toric, un estilo distintivo que se ha convertido en uno de los sellos estéticos de la marca. Si su grosor de 9,45 mm nos permite calificarlo como reloj ultra-plano, su diámetro de 42,80 sobrepasa las medidas que tradicionalmente asociaríamos a un reloj de corte clásico y elegante.
Manteniendo la combinación y acabados de los Parmigiani Fleurier Toric presentados el año pasado, los Chronomètre, Hémisphères Rétrograde y Quantième Perpétuel Rétrograde, la caja de oro rojo acoge una esfera de color slate o gris pizzarra y caracterizada por su precioso guillocheado realizado artesanalmente. Su patrón de «grano de arroz» imita los patrones concéntricos que se pueden encontrar en una piña o en un girasol, y que siguen, de nuevo, la espiral de Fibonacci. El efecto es sensacional y consigue captar la completa atención del portador del reloj, pudiendo incluso dejar en un segundo plano la consulta de las indicaciones.
Sobre ella se disponen, aplicados, los numerales arábigos horarios en oro rojo que acompañan las dos manecillas semi-esqueletadas en forma de jabalina, con las puntas rellenas de sustancia luminiscente. A las 7 horas se abre la ventana del auténtico protagonista de este reloj, el tourbillon volante de 60 segundos, rodeado por un anillo graduado que tiene por misión lograr que actúe como pequeño segundero. Personalmente me gusta mucho este descentrado, ya que le confiere cierto dinamismo que rompe con la pausada elegancia simétrica de la esfera.
Si hay algo que pudiera cambiar sería el texto «Tourbillon 60 Secondes» impreso en el arco superior. Y más que cambiarlo, directamente lo eliminaría, ya que juega claramente en contra de la armonía y nitidez de la esfera.
El Calibre PF517 se une a la colección Toric
Como cabía esperar a primera vista por la ubicación del tourbillon a las 7 horas, Parmigiani Fleurier ha recurrido al calibre PF517 para dar vida al Toric Tourbillon. Este mecanismo debutó en el interior de los Tonda 1950 en 2015, un reloj que en su momento ostentó el título de tourbillon volante automático con micro-rotor más delgado del mundo, gracias a un grosor de únicamente 3,40 mm. Actualmente, el tourbillon automático más delgado corresponden a los hasta hace poco inimaginables 1,95 mm del Calibre BVL 288 del Bvlgari Octo Finissimo Tourbillon Automatic. Aunque no dispone de micro-rotor (su remonte se realiza mediante una masa oscilante perimetral, con el consiguiente ahorro de espacio) y su tourbillon no es volante, el grosor de ese reloj es de únicamente… ¡3.95 mm!, casi un 60 % más delgado que el Toric Tourbillon que hoy os presentamos.
Gracias a estar integrado directamente sobre la platina base, evita sumar una capa adicional al calibre, ahorrando así cualquier grosor suplementario. Para complementar este componente, Parmigiani realizó un tourbillon “volante”, cuya caja de titanio de únicamente 0,255 gramos presenta la particularidad de ir suspendida, estando unida a la pletina mediante un único puente longitudinal inferior en forma de mariposa.
Con 32 mm de diámetro, su frecuencia de oscilación es de 21.600 alternancias por hora (3 Hz), está formado por 207 componentes y tiene una reserva de marcha de 48 horas. Igual que su nivel mecánico, su decoración y acabados realizados a mano son impecables: placa base con perlage, Côtes de Genève circulares sobre los sus cuatro puentes biselados y un grabado guilloché con motivo de cebada en el micro-rotor.
El Parmigiani Fleurier Toric Tourbillon Slate se entrega con una correa de aligator marrón Habana fabricada por Hermès. Esta edición limitada a 25 unidades tiene un precio de 130.000 CHF, exactamente el mismo coste que supone adquirir el Tonda 1950 Tourbillon. Dos opciones de igual precio y un mismo calibre: el Tonda, de look más contemporáneo y un diámetro de 40,20 mm, y el Toric, de estética más clásica y elegante a pesar de sus 42,80 mm.
