De forma inesperada, Rolex acaba de presentar el Oyster Perpetual Deepsea Challenge 12606. Desde hace casi 70 años, Rolex ha creado relojes que se han convertido en iconos y auténticas referencias en el ámbito del buceo, como el Submariner (presentado en 1953), el Sea-Dweller (1967) o el Rolex Deepsea (2008). Evolucionado a partir del reloj de buceo experimental del mismo nombre presentado en 2012, el Deepsea Challenge es el primer reloj de pulsera Rolex de titanio producido en serie. Concebido como «el último reloj de las profundidades» gracias a garantizar una hermeticidad de 11.000 metros, el Deepsea Challenge, sin embargo, «ha sido diseñado pensando en el uso diario». En otras palabras, su tamaño es enorme, con un diámetro de 50 mm y un grosor que supera los 20 mm, pero gracias a que tanto la caja como el brazalete son de titanio, su comodidad y usabilidad son mejores de lo que sus dimensiones amenazan.
La primera pregunta que se me pasa por la cabeza es si otros modelos de Rolex adoptarán el titanio. Sinceramente, no creo que eso suceda, ya que el uso de la aleación para el masivo Deepsea Challenge tiene el claro objetivo de aligerar su peso, y este beneficio deja de ser tan relevante en relojes de dimensiones mucho más convencionales.
James Cameron
Rolex y la exploración de las mayores profundidades del mundo es una historia que se remonta a la década de 1950, cuando los Piccard (padre e hijo) llevaron el batiscafo Trieste hasta la Fosa de las Marianas con un reloj Rolex muy especial adherido a su exterior. Conocido como Deep Sea Special N°3, descendió 10.916 metros hasta llegar al fondo de la Fosa de las Marianas en 1960. El Trieste y el Deep Sea Special Nº3 se exhiben actualmente en el Instituto Smithsonian en Washington DC.
Oyster Perpetual Rolex Deepsea (2012), Oyster Perpetual Deepsea Challenge (2022), Deep
Sea Special (1960), Rolex Deepsea Challenge (2012) y Oyster Perpetual Submariner (1986). Trieste. Detrás, el batiscafo Trieste.
Pero no se acaba ahí la historia, ya que en 2012, Rolex volvió a batir el récord junto con el director de cine James Cameron, proporcionando un Deepsea Challenge experimental desarrollado en unas pocas semanas (puesto a prueba para soportar una profundidad de 15.000 metros) que lo acompañó en su histórico descenso de 10.908 metros con el Deepsea Challenger unido a su brazo articulado. Y lo que hasta ahora eran prototipos se ha convertido en realidad con el Oyster Perpetual Deepsea Challenge 126067, el primer Rolex totalmente fabricado en titanio.
El Deepsea Challenge de producción conserva la misma resistencia al agua (tiene una clasificación de 11.000 m pero está probado a 13.750 m) pero en una caja más compacta. Tanto la caja como el brazalete están hechos de titanio RLX, una aleación de titanio de grado 5 que lo hace un 30 % más liviano que el reloj experimental. Con un acabado cepillado mate en la mayoría de las superficies, la caja tiene un bisel pulido a lo largo del borde superior, un detalle que recuerda a los antiguos relojes deportivos de Rolex. Según la firma, esto se hizo para resaltar el perfil curvo de las asas. Aunque alguna vez fue un estándar en todos los relojes deportivos de Rolex, el biselado de la caja ahora es exclusivo del Deepsea Challenge.
Su fondo de titanio luce la inscripción «Mariana Trench», además de las fechas «23-01-1960» y «26-03-2012» grabadas en el fondo. Todo un homenaje a dos inmersiones históricas en la fosa de las Marianas en las que Rolex tomó parte activa.
El secreto de esta increíble resistencia a la presión se encuentra literalmente dentro de la caja de titanio. El sistema Ringlock patentado consiste en un anillo de compresión de acero que rodea el movimiento. Un fondo de caja de titanio flexible se atornilla en la base del anillo, mientras que su parte superior se conecta al cristal de zafiro ligeramente abombado. Esta construcción tiene el fin de reducir la tensión en la caja al desviar la enorme presión ejercida sobre la gran superficie del cristal a este anillo interior.. Dado que el Ringlock absorbe la peor parte de la presión, la caja puede ser más delgada de lo que este sistema. Tanto la parte posterior como el cristal se flexionan ligeramente hacia adentro bajo presión, lo que aumenta la fuerza sobre las juntas y mejora el sellado de la caja, mientras que el Ringlock sirve para proteger el movimiento y la esfera. Además, implementa una válvula de helio que deja escapar de forma segura las moléculas de este gas también presente en la mezcla que respiran los buceadores. De otra forma, durante las fases de descompresión, si el helio queda atrapado dentro de la caja puede dañar y romper el cristal frontal.
Para garantizar que el Deepsea Challenge esté a la altura, Rolex aprovechó la experiencia del especialista en buceo de saturación Comex (abreviatura de Compagnie Maritime d’Expertises) para desarrollar una cuba de ultra-alta presión capaz de ejercer una presión de prueba equivalente a la que reinaría a 13.750 metros de profundidad, o sea, un 25 % más que los 11.000 m para proporcionar un margen de seguridad.
Presentada en 1970, la corona de cuerda Triplock consta de dos zonas de hermeticidad en el interior del tubo y una tercera en el fondo. Este sistema de triple hermeticidad confiere una impermeabilidad reforzada que se identifica por una triple marca situada bajo el emblema de Rolex en la superficie de la corona. En este caso, la combinación punto-raya-punto es el código que delata la construcción en titanio del Deepsea Challenge.
En cuanto a su diseño, el Deepsea Challenge mantiene los códigos típicos de Rolex para sus relojes de buceo. Pero al contrario del modelo experimental de 2012, prescinde de la función de fecha, dando como resultado una esfera más limpia y simétrica. También es inusual la esfera mate de «negro intenso» que contrasta con el acabado brillante que se encuentra en la mayoría de los relojes deportivos de Rolex. Los índices horarios redondos y las manecillas son de oro blanco, y la legibilidad de las indicaciones en condiciones de poca luz queda asegurada con el relleno con Chromalight y su característico brillo azul. Por supuesto, está equipado con un bisel unidireccional. Su escala de 60 minutos está grabada en un inserto de Cerachrom negro y rellenada con platino.
El Deepsea Challenge se entrega con un brazalete Oyster de 3 eslabones en titanio RLX, con superficies completamente cepilladas (incluso los laterales de los eslabones), y un cierre de seguridad Oysterlock con un sistema de extensión Rolex Glidelock y un enlace de extensión Fliplock. De forma inteligente, Rolex ha diseñado el brazalete en sus eslabones iniciales lo bastante anchos para que sean proporcionales con el gran tamaño de la caja, lo que sin duda aportará un plus de comodidad a aquellos usuarios capaces de lucir un reloj de 50 m.
El movimiento que late en su interior es el Calibre 3230, un mecanismo de última generación que cuenta con la mayor parte de la última tecnología de Rolex, incluido el escape Chronergy, que combina un alto rendimiento energético con una gran seguridad de funcionamiento. Este escape, fabricado en níquel-fósforo, es insensible a los campos magnéticos. Este movimiento cuenta también con una versión optimizada de la espiral Parachrom azul, fabricada en una aleación paramagnética y está provista, además, de una curva final Rolex, que garantiza la regularidad de la marcha en todas las posiciones. Por su parte, el oscilador está montado sobre amortiguadores de golpes Paraflex que ofrecen al movimiento una resistencia mayor a los golpes. Este mismo mecanismo lo encontramos en el Explorer o el Submariner sin fecha, vibrando a una frecuencia de 4 Hz y con una reserva de marcha de 70 horas, además de disponer del certificado COSC.
El nuevo Rolex Deepsea Challenge 126067 en Titanio RLX tiene un precio de 25.750 €.
