Tudor Black Bay Ceramic

Junto a los sorprendentes Fifty Eight en caja de oro o plata, los protagonistas de Tudor en el pasado Watches & Wonders fueron los nuevos Black Bay Chrono. Pocas semanas después e incidiendo en la misma colección de relojes de buceo, la firma de la rosa nos desvela un as que se había guardado en la manga, el Black Bay Ceramic. A pesar de que este guardatiempo destaca a primera vista por su caja cerámica y aspecto monocromático, hemos de reivindicar que su principal interés radica en ser el primer Tudor en ostentar el certificado METAS que lo acredita como Master Chronometer.

Una caja cerámica en la colección estrella de Tudor era de esperar. Por un lado, ya tenía un cronógrafo en este resistente material, el poco conocido Fastrider Black Shield. Pero el antecedente más cercano es el exclusivo Black Bay Ceramic One, una pieza única que se vendió por 350.000 CHF en la subasta benéfica Only Watch 2019.

Hasta ahora, solo Omega tenían movimientos certificados por el METAS (Instituto Suizo de Metrología) con la designación “Master Chronometer”. Los relojes –las pruebas se llevan a cabo con el calibre montado en la caja final– son sometidos a pruebas de precisión durante y después de su exposición a campos magnéticos superiores a los 15.000 gauss, y tendrán que superarlas con una tolerancia de 0 y +5 segundos por día, con autonomía (funcionando sin darles cuerda, haciendo la medición en horas) y resistencia al agua. Este certificado no nació con la intención de ser exclusivo de Omega, y cualquiera que fabrique relojes Swiss Made podría solicitar la certificación “Master Chronometer” (un término propiedad del METAS, no de Omega) para sus productos. Ahora, Tudor se ha unido a Omega para ofrecer movimientos certificados, y el Black Bay Ceramic 2021 es el primer ejemplo de ello. Según afirma Tudor, el proceso de certificación se realiza a través del laboratorio instalado en sus oficinas de Ginebra.

Manteniendo los 41 mm habituales, el Black Bay Ceramic es ligeramente más delgado, con un grosor de 14,40 mm respecto a los 14,75 mm de los modelos de acero. La carrura de cerámica se complementa con un bisel de acero con tratamiento en PVD negro (igual que la trasera, la corona y la hebilla) y un anillo de cerámica negra graduado con una escala de buceo grabada.

Junto al «Master Chronometer», otra novedad de la esfera es que es el primer Black Bay que luce su nombre, en este caso sobre el del certificado en dos únicas líneas. Recordemos que, habitualmente, los Black Bay muestran tres líneas con la clasificación de profundidad y el «Chronometer Officially Certified». Personalmente, creo que el cambio le sienta la mar de bien

El reloj se suministra con dos correas, una de caucho con cubierta de cuero y una correa de tela estilo NATO, cada una con su propia hebilla de acero revestida de negro: desplegable para la de caucho y con pasador en el caso de la NATO.

Dentro del Black Bay Ceramic encontramos el calibre MT5602-1U, un movimiento automático manufacturado por Tudor. El mecanismo está revestido con un tono de color negro para que coincida con la imagen dark del reloj. La decoración del movimiento nunca ha sido un aspecto importante para Tudor, lo que hace que el MT5602-1U sea inusual: además de su color negro, sus puentes están decorados con un patrón estriado que se combina con superficies arenadas. El movimiento cuenta con un escape de silicio, late con una frecuencia de 4 Hz y ofrece una excelente reserva de marcha de 70 horas.

El MT5602-1U es una variante del MT5602 que implementan los Black Bay de 41 mm, así como en el Black Bay Bronze. Al igual que todos los calibres patentados de la marca, que en su mayoría son producidos por Kenissi, el MT5602-1U se prueba tanto en la empresa como en el COSC.

El precio del Tudor Black Bay Ceramic es de 4.400 €, un excelente precio para un diver cerámico con un movimiento certificado por el METAS.