Relojes Legendarios – Watch Test https://watch-test.com Watch Test: noticias, análisis y opinión sobre relojes, actualizado a diario. Fri, 04 Feb 2022 07:32:23 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.8.7 Speedmaster Apollo 11 50th Anniversary. Omega celebra el 50 Aniversario de la llegada a la Luna. https://watch-test.com/omega/speedmaster-apollo-11-50th-anniversary-omega-celebra-el-50-aniversario-de-la-llegada-a-la-luna/ https://watch-test.com/omega/speedmaster-apollo-11-50th-anniversary-omega-celebra-el-50-aniversario-de-la-llegada-a-la-luna/#comments Thu, 14 Mar 2019 11:36:31 +0000 https://watch-test.com/?p=57087 Era cuestión de tiempo. Todos los aficionados a la relojería, a Omega y al Speedmaster (que son muchos) estaban esperando este momento. Que este 2019 sea el año del 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna suponía una oportunidad a la que Omega no podía renunciar bajo ningún concepto. Al fin y [...]

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Era cuestión de tiempo. Todos los aficionados a la relojería, a Omega y al Speedmaster (que son muchos) estaban esperando este momento. Que este 2019 sea el año del 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna suponía una oportunidad a la que Omega no podía renunciar bajo ningún concepto. Al fin y al cabo, este momento de la historia de la humanidad forma parte indisoluble de la de Omega por motivos de sobra conocidos. Así pues, cumpliendo con esta cita inevitable, Omega lanza el Speedmaster Apollo 11 50th Anniversary en una edición limitada a 1.014 unidades y con una serie de interesantes particularidades.

Los que nos leéis habitualmente sabéis de nuestro estilo editorial. Nos gusta explicaros las cosas con nuestras propias palabras. Pero esta ocasión será una de aquellas excepciones que confirma la regla. Y es que cuando una nota de prensa es tan impecable como la que ha publicado Omega para este reloj y transmite todo lo que hay que transmitir sobre una pieza conmemorativa, no tiene demasiado sentido el complicarse la vida buscando otras palabras que pretendan decir exactamente lo mismo. Así que, con alguna que otra modificación y anotación de cosecha propia, vaya por delante que la columna vertebral del artículo con el que os dejo responde mayormente al comunicado de la marca. Al César, lo que es del César …

Omega-Speedmaster-Apollo-11-50th-Anniversary

BA145.022. El modelo, la inspiración.

En 1969, el éxito del Apolo 11 se celebró con entusiasmo en todo el mundo. El 25 de noviembre de aquel año, tuvo lugar en Houston, Texas, una «Cena de agradecimiento a los astronautas», como homenaje a los héroes del alunizaje.

Omega-Speedmaster-BA145.022-Mood

BA145.022 Original

Durante la cena, Omega entregó un Speedmaster ciertamente peculiar a cada astronauta del programa espacial de la NASA. Este Speedmaster se había producido bajo la referencia BA145.022 y respondía al primer Speedmaster construido en oro. Adicionalmente, el bisel adoptaba un inédito color burdeos y en el fondo de la caja podía leerse la inscripción: «to mark man’s conquest of space with time, through time, on time». El movimiento que latía en su interior era el conocido 861. Para completar este conjunto exclusividades, el BA145.022 se convertiría en la primera edición conmemorativa numerada de Omega de la que se producirían 1014 ejemplares entre 1969 y 1973.

Omega-Speedmaster-BA145.022-Views

El primero de esta serie de relojes numerados fue entregado al presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon y, el segundo, a su vicepresidente Spiro Agnew. Ambas piezas fueron devueltas al finalizar sus mandatos, de acuerdo al estricto protocolo del gobierno de los Estados Unidos.

Los guardatiempos numerados del 3 al 28 se entregaron a los astronautas de la NASA. Entre ellos se incluían los diecinueve de los que estuvieron presentes en la cena de gala en Houston, además de tres relojes adicionales otorgados a título póstumo a los tres tripulantes que murieron durante el proyecto Apolo I: Virgil Grissom, Ed White y Roger Chaffee.

Omega Speedmaster BA145.022 Live

Imagen de uno de los ejemplares que quedan localizados (el del Museo Omega en Biel) y que tuve oportunidad de tener en mi muñeca durante un evento de la manufactura.

Los relojes 29 a 32, sin ningún número grabado, se destinaron a líderes del sector suizo de relojería y a políticos.

Las piezas numeradas entre los números 33 y 1.000 fueron las que llegaron al mercado convencional, al público. A pesar de la inscripción del fondo de la caja era distinta a la implementada en las 32 primeras unidades “OMEGA SPEEDMASTER”, “APOLLO XI 1969” y “Ω THE FIRST WATCH WORN ON THE MOON”, estos guardatiempos nunca dejaron de ser objetos de culto para los coleccionistas. Y no solo los relojes, sino también el exclusivo estuche en forma de cráter lunar con el que se entregaban.

Finalmente, y para completar el destino de esta serie limitada, los números del 1.001 al 1.008 se entregaron posteriormente a los astronautas de las misiones Apolo 14 y 17, en tanto que los comprendidos entre el 1.009 y el 1.014 se reservaron para otras personalidades.

Speedmaster Apollo 11 50th Anniversary Limited Edition.

Para conmemorar el 50 aniversario del primer alunizaje Omega lanza una edición limitada, de nuevo a 1.014 ejemplares, de un Speedmaster que toma como modelo de referencia al BA145.022 de 1969. De manera adicional a la exclusividad implícita a cualquier edición limitada, más si el número de unidades es tan reducido, el Speedmaster Apollo 11 50th Anniversary se convierte en el primer Omega en utilizar en la construcción de su caja y brazalete una nueva aleación de oro a la que la manufactura ha bautizado como oro Moonshine™. También el calibre implementado es nuevo y se convierte en un recién llegado a la familia Master Chronometer, el 3861 de remonte manual.

Omega Speedmaster Apollo 11 50th Anniversary Mood

La caja, el brazalete, la esfera, los índices y las agujas de horas y minutos se han construido tomando la nueva aleación de oro Moonshine™ como material. Esta nueva aleación presenta un tono más pálido al que nos tiene acostumbrados el oro amarillo convencional además de disfrutar de una elevada resistencia a la pérdida de color y brillo consecuencia del paso del tiempo. Con un diámetro de 42 mm y un valor de estanqueidad de 5 bar (50 metros), la caja del Speedmaster Apollo 11 50th Anniversary repite también el color burdeos en el bisel, aunque en esta ocasión el material que sirve para su construcción es la cerámica y el grabado de la escala taquimétrica en Ceragold™.

Omega-Speedmaster-Apollo-11-50th-Anniversary-Detalle

Siguiendo las líneas de la primera generación de la escala taquimétrica de los Speedmaster, con una graduación hasta 500 unidades por hora, el nuevo Speedmaster Apollo 11 50th Anniversary alberga un punto de marcación por encima del 90, también conocido como “Dot Over 90” o “DON”. En cuanto a la morfología, se repite la caja de tipo asimétrico de la cuarta generación de los Speedmaster, combinando las superficies pulidas con las cepilladas. El brazalete, por su parte, repite los tipos de acabado de la caja e implementa el diseño de cinco eslabones arqueados por fila con un cierre acanalado y logotipo de época en aplique.

Omega Speedmaster Apollo 11 50th Anniversary 1969 vs 2019

Comparativa 1969 vs 2019

En la esfera, todo sigue en el sitio que históricamente le corresponde. Sobre una base de oro macizo cepillado verticalmente se implementa todas y cada una de las indicaciones a las que el Speedmaster nos tiene acostumbrados. Las agujas de horas y minutos comparten el eje central con la trotadora de los segundos del crono. Las dos primeras, construidas en oro amarillo con la parte central barnizada en negro, la tercera completamente barnizada al igual que sucede con las albergadas en los diales subsidiarios para el pequeño segundero y contadores de 12 horas y 30 minutos del crono a las 9, a las 6 y a las 3 respectivamente. De igual modo, los índices horarios han sido construidos enmarcados en oro y con ónice facetado en su interior.

Omega-Speedmaster-Apollo-11-50th-Anniversary-Esfera

El aro exterior del fondo de la caja sirve de soporte para la leyenda «1969-2019» acompañada del número de edición limitada, ambos grabados y en el mismo color burdeos que el de la cerámica del bisel.

Omega-Speedmaster-Apollo-11-50th-Anniversary-Caseback

Por lo que respecta al aro interior responde a un anillo manufacturado en Moonshine™ sometido a dos procesos distintos además de dos tratamientos de color PVD en azul y negro. El resultado de esta combinación ha desembocado en un océano en color azul y acabado mate que rodea un mapamundi parcial del continente americano en acabado pulido con una vista aérea del lugar de lanzamiento del cohete de la misión, Cabo Cañaveral (Cabo Kennedy de 1963 a 1973). Fuera de este mapamundi, el color negro toma el fondo del anillo para resaltar las inscripciones “APOLLO 11 – 50th ANNIVERSARY” y “THE FIRST WATCH WORN ON THE MOON”. Finalmente, y diametralmente opuesta al mapamundi, se ha incrustado un fragmento de meteorito lunar en forma abovedada que representa a la Luna. La proporción entre la representación de la Tierra y su satélite es de 3,67 a 1, es decir, exactamente idéntica a la real.

Finalmente, y al respecto del calibre que late en el interior de este Speedmaster Apollo 11 50th Anniversary, responde al Master Chronometer con certificado METAS de referencia 3861. Un nuevo movimiento de esta familia con remonte de tipo manual y reserva de marcha entregada de 50 horas. Algunos de los componentes se han bañado en oro Moonshine™ y los puentes se han decorado con un patrón de Côtes de Genève.

Bajo la única referencia 310.60.42.50.99.001 y a partir del mes de julio de este 2019 (recordemos que la misión Apollo 11 fue lanzada el 16 de julio de 2019, el alunizaje tuvo lugar el 20 de julio a las 20:17:40 UTC y que Armstrong pisó la Luna el 21 a las 2:56 UTC) el Speedmaster Apollo 11 50th Anniversary estará disponible con un precio de venta recomendado de 32.300 €, impuestos incluidos. El reloj se entregará con un estuche inspirado en el original del modelo BA145.022 de 1969. Los paneles de esta caja son de cerámica gris con impresión tridimensional de la superficie lunar. Puesto que cada uno de los paneles se ha estructurado de un modo distinto, ningún estuche será igual a otro. Finalmente y en el panel superior, cada caja lleva impresa la imagen del Mar de la Tranquilidad con un representación del lugar de alunizaje del Apollo 11.

Omega-Speedmaster-Apollo-11-50th-Anniversary-Estuche

Para acabar, y para todos aquellos que queráis dar un paseo por la historia del Speedmaster, os dejo con el link al artículo “Omega Speedmaster. 60 años en imágenes” publicado en 2017 y en el que recorríamos sus seis décadas de existencia a través de 60 modelos de este icónico guardatiempos.

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Piaget Altiplano: el ultra-plano por excelencia https://watch-test.com/piaget/piaget-altiplano/ https://watch-test.com/piaget/piaget-altiplano/#comments Mon, 02 Nov 2015 04:00:01 +0000 https://watch-test.com/?p=32135 El Piaget Altiplano merece sin duda un lugar en nuestro restringido club de “Relojes Legendarios”, un club cuyos miembros deben cumplir dos parámetros esenciales: el haber creado un hito en la historia de la relojería y el de perdurar un amplio periodo de tiempo sin perder su esencia. El Altiplano cumple con creces ambas exigencias, [...]

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El Piaget Altiplano merece sin duda un lugar en nuestro restringido club de “Relojes Legendarios”, un club cuyos miembros deben cumplir dos parámetros esenciales: el haber creado un hito en la historia de la relojería y el de perdurar un amplio periodo de tiempo sin perder su esencia. El Altiplano cumple con creces ambas exigencias, pues en el año 1957 apostó y abogo por el concepto de reloj extra-plano cuando la mayor parte del sector huía de él, una decidida apuesta que perdura hasta nuestros días, hasta el punto que el Altiplano es, tanto por importancia como por volumen, la principal colección del catalogo de relojes de Piaget.

En este primer artículo dedicado a los relojes ultra-planos de Piaget, trataremos el periodo que comprende desde 1957 (año de lanzamiento del calibre 9P) hasta los años 90, cuando los relojes ultra-planos de Piaget, ya dentro del grupo Richemont, se reagrupan en una nueva colección con el nombre de Altiplano. En un próximo periodo trataremos la evolución del Altiplano, desde que se le concede este nombre hasta nuestros días.

El reloj ultra-plano: consideraciones previas

No me cansaré de insistir en la trascendental importancia del grosor de un reloj en este mundo tan difuso que denominamos con excesiva benevolencia «Alta Relojería». Desde los inicios del reloj de pulsera, las pocas e históricas firmas de Alta Relojería se han basado en dos conceptos irrenunciables en sus creaciones: los acabados deben ser irreprochables y el reloj, independientemente de las complicaciones que ofrezca, debe ser lo más plano posible.

El primer parámetro, el de la calidad, es de una lógica obviedad en cualquier producto de alta gama. La exigencia de delgadez en un reloj se basa en el principio evidente de que la finalidad básica de un reloj de pulsera es ser ceñido a la muñeca de su propietario con la máxima comodidad y elegancia posibles, dos parámetros que dependen directamente de su tamaño, que se mide en dos ejes: su diámetro y su grosor.

Cuando analizamos el parámetro de la comodidad, evidentemente el diámetro es importante, ya que un  reloj que supere los 44 milímetros difícilmente podrá calificarse de elegante, pero también hay que resaltar que existen relojes de gran diámetro que debido a su contenido grosor resultan cómodos de llevar. Este principio no se puede aplicar a la inversa, ya que un reloj de gran grosor, independientemente de su diámetro, no resulta ni elegante ni cómodo.

Piaget Atelier Altiplano

El problema conceptual se inicia con el moderno «boom» de la relojería mecánica, que originó la aparición en el escenario de multitud de nuevas marcas, al tiempo que el volumen del catálogo de las marcas históricas se incrementaba exponencialmente. Ello, unido a la urgente necesidad estratégica de abastecerse de sus propios movimientos, originó que la mayoría de firmas del sector decidiesen olvidar la exigencia de delgadez en sus nuevos calibres.

El motivo de esta decisión es simple y se basa en la practicidad, ya que cuanto mayor es el espacio vertical existente entre los distintos componentes de un movimiento mecánico mayores son sus tolerancias, lo que permite obtener la imprescindible fiabilidad con mucho menor esfuerzo, tanto desde el punto de vista de «know how» como de ejecución y por tanto de coste.

La excepción a esta política la encarnan firmas legendarias como Patek Philippe o Vacheron Constantin, pues a lo largo de toda su historia han intentado minimizar el grosor de cualquiera de sus creaciones, por mecánicamente compleja que sea. El gran mérito de Piaget ha sido llevar este precepto al límite, volcando todas sus investigaciones y conocimientos en la creación de relojes ultra-planos. Los datos, como siempre, son explícitos y en este caso impresionantes: hasta el año 2014, del total de 37 movimientos desarrollados por Piaget, 25 son calibres ultra-planos y 14 de ellos han batido récords absolutos de delgadez.

Piaget Altiplano: los orígenes

Para buscar los orígenes y la causa primera de que Piaget se convirtiera en el gran especialista de los relojes ultra-planos deberíamos remontarnos a la misma fundación de la firma en 1874, pero esto ya entraría en otra temática que trataría la historia de esta legendaria firma relojera y que requeriría como mínimo un artículo dedicado a ello.

Piaget Manufacture La Côte-aux-Fées 1950

Manufactura PiagetLa Côte-aux-Fées (1950)

Siendo más concretos, debemos centrarnos en el año 1945, la fecha clave que originará a corto plazo la aparición de los primeros calibres ultra-planos manufacturados por Piaget, los calibres 9P y 12P. Este es el año en el cual se funda la nueva Manufactura Piaget, construida en la población de La Côte-aux-Fées, cuya máxima prioridad será producir y desarrollar calibres ultra-planos, una especialidad que a partir de entonces se convertirá en signo identitario e inseparable de Piaget.

1957: El calibre 9P

El año 1957, con el lanzamiento del calibre de carga manual 9P, marca el inicio de la leyenda de Piaget como especialista en movimientos y relojes ultra-planos. Inevitablemente, tanto el diámetro como el grosor de un reloj están condicionados, en sus mínimos, por las dimensiones del movimiento que alberga y por ello, el calibre 9P con sus impresionantes 2 milímetros de grosor permitió a Piaget manufacturar los relojes más delgados del mercado.

Como veremos a continuación, tanto la estructura mecánica como los datos técnicos que ofrece el calibre 9P fueron diseñados y desarrollados para ofrecer la máxima simplicidad, una característica que beneficia la fiabilidad y durabilidad de cualquier movimiento mecánico.

Piaget calibre 9P

 

  • Movimiento mecánico ultraplano Manufactura Piaget de cuerda manual
  • Grosor del movimiento: 2 mm
  • Dimensiones de la caja: 9’’’ (20,5 mm)
  • Número de rubíes: 18
  • Frecuencia: 19.800 alternancias/hora (2,75 Hz)
  • Reserva de marcha: aprox. 36 horas
  • Acabado: Côtes de Genève verticales, platina perlada circular, puentes biselados y prolongados
  • Funciones: Horas y minutos

 

Piaget Ultra-Plano con calibre 9P (1960)

Piaget Ultra-Plano con calibre 9P (1960)

Los primeros relojes en equipar el calibre 9P se distinguían por una caja de forma redonda con un bisel de reducido tamaño, otorgando todo el protagonismo a su esfera. Dicha esfera se caracterizaba por su fondo plateado, sobre el que transcurren su marcha unas finas agujas que nos indican el tiempo mediante unos índices también extremadamente finos.

Todas estas son las características básicas que distinguen a cualquier reloj que quiera destacar por su elegancia, una cualidad que Piaget había cuidado al extremo a lo largo de su historia, incluso antes de la aparición de estos movimientos ultra-planos.

Pero lo importante en términos de identidad es que todas estas características de diseño del primer Piaget ultra-plano se mantienen en los Altiplanos actuales, algo imprescindible para que un reloj pueda ser calificado de Legendario. Si comparamos el reloj de la imagen de la derecha con un Altiplano del presente 2015 apreciaremos de inmediato que son relojes que tienen mucho en común y que transmiten los mismos códigos identitarios.

1960: El calibre 12P

La popularización de los relojes automáticos en la década de los 60, un mecanismo patentado por John Harwood en 1923, llega al punto de que para el gran público un reloj de calidad debe estar equipado obligatoriamente por este tipo de movimiento. Ninguna marca es ajena a esta demanda del mercado, pero las grandes firmas siguen manufacturando movimientos de carga manual para mantener su principio histórico de que los relojes deben ser lo más finos posible, pues precisamente el inconveniente intrínseco de los movimientos automáticos es que su rotor central les añade un grosor adicional.

La solución, ideada por Buren en 1954, es un micro-rotor descentrado que se integra en la estructura del movimiento en lugar de sobresalir por su reverso. Piaget no puede ser insensible a las exigencias del mercado y tan solo tres años después de crear el calibre 9P lanza el calibre automático 12P. Naturalmente, debido a su clara estrategia de especialización en relojes ultra-planos, opta por la solución del micro-rotor para su automatismo de carga.

Piaget calibre 12P

 

  • Movimiento mecánico ultraplano de cuerda automática Manufactura Piaget
  • Grosor del movimiento: 2,3 mm
  • Dimensiones de la caja: 12’’’ (28,1mm)
  • Número de rubíes: 30
  • Frecuencia: 19.800 alternancias/hora (2,75 Hz)
  • Reserva de marcha: aprox. 36 horas
  • Acabado: Côtes de Genève verticales, platina perlada circular, puentes biselados
  • Funciones: Horas, minutos

 

Como no podía ser de otro modo, el nuevo 12P, con sus increíbles 2,3 milímetros de grosor se convierte en el calibre automático más delgado del mundo, lo que permite a Piaget producir toda una serie de relojes de carga automática que mantienen la exigencia de máxima delgadez iniciada con los relojes equipados con el calibre de carga manual 9P.

Publicidad Piaget automático

Publicidad Piaget automático ultra-plano

Con una clara coherencia estética e identitaria, los relojes Piaget de carga automática mantienen al máximo todos los genes de diseño de los relojes manuales desarrollados a partir del 9P. En la imagen superior, de un anuncio de la época de Piaget, vemos que resulta realmente difícil diferenciar ambos tipos de reloj. Tan solo la inevitable inscripción «Automatic» debajo de la marca «Piaget» permite distinguirlos, ya que tanto el fondo plateado con decoración «soleil» como sus finos índices y agujas son prácticamente idénticos.

1964 – La creatividad de Piaget

Hasta ahora hemos incidido en la delgadez sin precedentes de los calibres y relojes Piaget, pero si observamos las características técnicas de los calibre 9P y 12P, veremos que su diámetro también es mucho menor de lo habitual hoy en día, de 9 (20,5 mm) y 12 líneas (28,1 mm) respectivamente. Ello tenía toda su lógica en la época en que fueron creados, ya que los diámetros de los relojes de la segunda mitad del siglo XX eran mucho menores de lo habitual hoy en día. Lo común en un reloj de caballero era un diámetro de entre 34 y 36 milímetros.

Piaget - Reloj Brazalete - calibre 9P (1970)

Piaget – Reloj Brazalete – calibre 9P (1970)

Este reducido diámetro, sin olvidar nunca su reducido grosor, permitió a Piaget adentrase en ámbitos creativos que poco tenían que ver con un reloj convencional. De todo ello nacen los relojes moneda, los relojes broche, los relojes brazalete e incluso el reloj anillo.

El reloj brazalete es probablemente el más característico entre los relojes femeninos artísticos de Piaget durante la década delos 60 y 70. El reducido tamaño y grosor de los calibres Piaget permitía integrar la caja del reloj de forma armoniosa en la estructura, siempre de oro, de estos célebres reloj-brazalete de la firma suiza.

Aunque extremo, el ADN del diseño del reloj-brazalete de Piaget se ha convertido en intemporal. Prueba irrefutable de ello es que la actual reedición de este reloj-brazalete de Piaget acaba de ser premiado como vencedor en la categoría «Revival» del Grand Prix d’Horlogerie de Genève 2015.

El reloj moneda es otra de las creaciones artísticas legendarias de Piaget. Cierto es que no se trata de una exclusiva de Piaget ya que a mediados del siglo XX encontramos versiones de este tipo de reloj realizado por diversas marcas, entre ellas las probablemente más conocidas son las de Vacheron Constantin  y Corum. Pero la especialización absoluta de Piaget en la producción de relojes ultra-planos le permite realizar este tipo de reloj con una regularidad y variedad sin competencia.

Piaget - Reloj Moneda 20 dólares de oro, calibre 9P (1980)

Piaget – Reloj Moneda 20 dólares de oro, calibre 9P (1980)

Una muestra del dominio de Piaget en esta especialidad es que además del típico reloj encajado en una moneda de oro de 20 dólares, su intensa y creciente relación con el mundo cultural derivó en creaciones que surgieron de colaboraciones con algunos de los más renombrados artistas de la época, entre los que podemos citar a Andy Warhol y Salvador Dalí.

Catálogo Piaget Dali d'Or (1966)

Catálogo Piaget Dali d’Or (1966)

De la estrecha relación de Piaget con Salvador Dalí nace el famoso Dalí d’Or, un reloj encajado en toda una serie de monedas diseñadas por el excéntrico artista, que con el tiempo se convertirán en pequeñas y preciadas obras de arte. Naturalmente, todas estás monedas-reloj están realizadas en oro, el metal precioso por excelencia que Piaget ha adoptado para todas sus creaciones artísticas relojeras.

La saga continua y sigue batiendo récords

La eficacia y fiabilidad de los calibres 9P y 12P les permite una gran vigencia en el tiempo, hasta el punto que debemos esperar 41 años para que Piaget considere que puede desarrollar nuevos calibres que los mejoren. Así, en el año 1998 ven la luz los nuevos calibres 430P de carga manual y 500P de carga automática que los sustituyen. Pero antes de ello, en el año 1975, Piaget se atreve incluso a lanzar una edición esqueleto del 9P que adquiere el nombre de 9S.

Piaget calibre 430P - calibre 504P

calibre 430P – calibre 504P

La principal y común diferencia técnica entre estos dos nuevos calibres y sus antecesores es el aumento de la frecuencia de oscilación hasta las 21.600 alternancias por hora. De ellos, veremos aparecer evoluciones en los años 2001 y 2005 con las denominaciones de 450P (carga manual) y 504P (carga automática). Pero, tal y como se aprecia en la imagen superior, la nueva familia de calibres automáticos sufre un gran cambio a nivel estructural. Desaparece el micro-rotor descentrado y es sustituido por un rotor central convencional, algo que volverá a revertirse en futuros desarrollos de Piaget.

A partir de esta fecha clave de 1998, se sucede casi frenéticamente la aparición de nuevos calibres ultra-planos de Piaget, que desde entonces y a lo largo de más de medio siglo, no han cesado de batir records de delgadez. Pero todo esto ya pertenece a la etapa en la que se oficializa la denominación de Altiplano para los relojes que equipan los calibres ultra-planos que produce Piaget, un periodo al que dedicaremos el segundo de los artículos dedicados a este legendario Piaget Altiplano.

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Omega Seamaster 300 Master Co-Axial. Los orígenes. https://watch-test.com/omega/omega-seamaster-300-master-co-axial-los-origenes/ https://watch-test.com/omega/omega-seamaster-300-master-co-axial-los-origenes/#comments Mon, 07 Jul 2014 05:00:05 +0000 https://watch-test.com/?p=19704 Por segundo año consecutivo una de las novedades de mayor calado que Omega presentó durante la celebración de Baselworld respondió a una versión de una de sus piezas históricas y legendarias en el seno de la manufactura en particular y en el mundo de la relojería en general. Si en 2013 fue la Colección Speedmaster’57 [...]

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Por segundo año consecutivo una de las novedades de mayor calado que Omega presentó durante la celebración de Baselworld respondió a una versión de una de sus piezas históricas y legendarias en el seno de la manufactura en particular y en el mundo de la relojería en general. Si en 2013 fue la Colección Speedmaster’57 la protagonista de la marca, en este 2014 el privilegio recae en la reedición del más ilustre de sus relojes de buceo: el Omega Automatic Seamaster 300. Dejando a un lado la importancia que ambos relojes atesoran en la historia de la marca, existe una estrecha relación entre ambos dado que fueron dos de los tres guardatiempos que Omega lanzó al mercado en el año 1957 bajo un enfoque de uso profesional. El tercero de los componentes de esta serie fue el Railmaster cuya principal característica respondía a su antimagnetismo. Teniendo en cuenta la secuencia de reediciones en estos últimos dos años y considerando que el Railmaster no ha sido objeto de modificación alguna durante un periodo relativamente largo de tiempo, quizás no sea del todo descabellado considerar que se trate del centro de atención de la manufactura en un futuro próximo.

7-Seamaster300-Legendario

Anuncio de los tres guardatiempos creados en 1957, publicado en el nº 2 de la revista profesional «Journal Suisse d’Horlogerie et de Bijouterie» (año 1958)

En la mayoría de los casos en los que la novedad responde a una reedición de una antigua pieza, la noticia terminaría aquí y se limitaría al lanzamiento de un guardatiempos estética, morfológica y dimensionalmente análogo al primogénito de la serie albergando un calibre que rara vez coincide con el original dada la práctica imposibilidad de reproducirlo y que, en su defecto, es sustituido por alguno de los contemporáneos de la marca. En este caso en particular y como ya ha sucedido en cada una de las novedades que Omega ha ido presentando año tras año, los nuevos guardatiempos han ido incorporando los avances tecnológicos que, mecánicamente, ha cosechado la manufactura. Si el Speedmaster’57 albergaba la tecnología Co-Axial y la espiral de silicio en el órgano regulador, el Seamaster 300 hace lo propio con la nueva colección de calibres Master Co-Axial. Presentada el pasado año 2013 con el Seamaster Aquaterra como pionero e industrializada en este 2014, esta colección de calibres añade a la tecnología Co-Axial una protección del movimiento del reloj frente a campos magnéticos de hasta 15.000 Gauss de intensidad. Este elevado registro no se consigue gracias a la habitual solución de albergar al movimiento en una caja interior de hierro dulce, sino que se debe a la utilización de materiales no magnetizables en los componentes del calibre susceptibles de este nocivo efecto en el funcionamiento del reloj.

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Modelo del año 1959, con el Radio como sustancia luminiscente, aguja de los minutos «Broad Arrow» y extremo del segundero en forma de pequeño círculo.

Aunque no existe duda alguna respecto a que la nueva tecnología Master Co-Axial representa uno de los pilares de mayor importancia en el nuevo Seamaster 300 dada la optimización que supone respecto de las prestaciones mecánicas del guardatiempos, no podemos olvidar la componente histórica de esta pieza sobre la que recae la esencia y razón de ser de esta reedición. Es por este motivo que dedicaremos dos artículos al análisis del Seamaster 300 Master Co-Axial: el primero de ellos, el que estáis leyendo, con unas breves pinceladas sobre el origen de este reloj y, el segundo, en el que analizaremos el nuevo modelo desde todos los puntos de vista.

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Modelo del año 1957.

Como os comentaba al inicio del artículo, 1957 fue el año en el que Omega lanzaba el primer Omega Automatic Seamaster 300, un reloj de buceo ciertamente atípico cuya primera curiosidad se encontraba en el nombre con el que fue bautizado y que se presentaba al mundo como “un diver diseñado especialmente para submarinistas profesionales y amateurs” con una estanqueidad garantizada hasta una profundidad de 200 metros. Y he aquí la curiosidad ya que contrariamente a lo que la lógica apuntaba y que hubiera concluido en el nombre de Seamaster 200, el nuevo guardatiempos fue bautizado como Seamaster 300 ya que su rendimiento y efectividad eran notablemente superiores aunque no cuantificables con exactitud dado que los equipos de test de la época estaban limitados a registros máximos de presiones iguales a 20 Kg/cm2, es decir, 200 metros.

Este excepcional resultado en lo que a prestaciones de estanqueidad se refiere se consiguió básicamente gracias a la alta resistencia ofrecida por dos de los componentes del reloj: el cristal y la corona, elementos que permitían además una resistencia a la deformación correspondiente a una altitud de 32.000 metros.

9-Seamaster300-Legendario

Imagen de Alain Julien, un buzo comercial francés que, de manera conjunta con dos de sus colegas, pusieron a prueba el Seamaster 300 usándolo a diario entre 1958 y 1959. Durante la realización de estos ensayos el Seamaster 300 se sometió a más de 1.500 inmersiones.

El primero de estos componentes, el cristal que cubría el dial, era de zafiro abombado de triple espesor sellado desde el interior por un anillo atornillado y hermético presionado por el bisel gracias a una junta hermética “O-ring”. Esta junta estaba basada en el mismo desarrollo que el aplicado a una válvula de la época diseñada para submarinos y cuyo principio de funcionamiento era idéntico al de la corona de este Seamaster 300: la corona Omega Naïad, el segundo de los componentes que hacía posible las altas prestaciones en cuanto a estanqueidad de las que el reloj hacía gala.

11-Seamaster300-Legendario

Campaña promocional de la referencia ST 165.024. Año 1965.

Esta corona Naïad funcionaba por un principio de presión y no respondía a las del tipo roscado a las que hoy en día estamos más acostumbrados. Se definía como una corona auto-sellante al funcionar del siguiente modo: a más profundidad de inmersión más presión de columna de agua, lo que desembocaba en más presión ejercida por la corona contra el sello del tubo de ésta. No obstante, la corona Naïad presentaba un problema para valores bajos de profundidad de buceo, en los que la presión no era suficiente y el agua podía pasar a través del sello.

Curiosamente, ya por el año de su lanzamiento, el Seamaster era poseedor de una de las características por las que en este 2014 se presenta como una pieza ciertamente excepcional. Aunque con el principio de implementación de una caja interior de hierro dulce, el guardatiempos ya era anti-magnético. El modelo original se albergaba en una caja de 39 mm de diámetro, sensiblemente inferiores a los 41 de la reedición, fabricada en acero Staybrite y con las asas pulidas al estilo Speedmaster y con una morfología completamente simétrica, carrura cepillada satinada y la ya mencionada corona Omega Naïad y su rigurosa estanqueidad. Es más que probable que a muchos de nuestros lectores les pueda sorprender el término “Staybrite” acompañando al acero en lugar de otros a los que estamos más acostumbrados como “fino” o “inoxidable”.

5-Seamaster300-LegendarioCon 80 años de historia a sus espaldas, el nombre Staybrite está relacionado con el origen del acero inoxidable resistente a la corrosión. El primer producto reconocido como de alta calidad bajo esta marca fue el Staybrite 18/8, el acero en base cromo-níquel 1.4301 más popular y que en Suiza se convirtió rápidamente en sinónimo de prestigio en el seno de la industria relojera experimentando su evolución más importante durante los años 60 y utilizándose sobretodo en los 70. Posteriormente la industria relojera suiza escogería el Staybrite 1.4435 como su estándar aunque actualmente está siendo sustituido por el acero inoxidable puro suizo conocido como Staybrite 1.4435NCu. Este nuevo grado presenta unas excelentes propiedades de pulido a la vez que es el único patentado en Suiza con un uso exclusivo centrado en la Alta Relojería.

La esfera del Seamaster, cuyo color y acabado se definían como “negro mate oxidado” presentaba una escala perimetral lindante con el bisel e integrada por marcadores triangulares de alta luminosidad en las posiciones horarias e índices del tipo bastón transferidos en el resto de la minutería. En un segundo círculo imaginario y más cercano al centro del dial, las posiciones correspondientes a los cuartos se reforzaban con la implementación de numerales arábigos. Las indicaciones de horas, minutos y segundos eran llevadas a la esfera gracias a tres agujas en las que la morfología de flecha, conocida como “Broad Arrow”, era la predominante. La sustancia luminosa aplicada a los índices y zonas internas de la agujas para mejorar su visibilidad, y por tanto su legibilidad, en ambientes con una iluminación precaria era el radio, que posteriormente desaparecería dados sus efectos nocivos y se vería sustituido en la mayoría de los casos por la archiconocida hoy en día Super-LumiNova.

6-Seamaster300-Legendario

Seamaster 120 creado en 1966 y lanzado en 1967 bajo la referencia ST 166.027. Albergaba el calibre 565 que añadía el fechador por ventanilla a las 3.

El bisel giratorio unidireccional con una seguridad de tres puntos permitía controlar el tiempo exacto de la duración de la inmersión. Otra de las curiosidades que atesora la historia de este guardatiempos es precisamente su bisel y, más concretamente, la escala grabada sobre él puesto que el primero de los modelos Seamaster, el que respondía a la referencia CK 2913, presentaba la escala invertida, es decir, si se realizaba la lectura en sentido horario el orden de los múltiplos era 50, 40, 30, … así pues, la escala de inmersión era también del tipo invertido. Sin embargo, la experiencia demostró que los buceadores precisaban conocer por encima de todo el tiempo exacto que llevaban bajo el agua y, por este motivo, se introdujo la escala de graduación directa en 1959. Este tipo de escala, que es el que se ha generalizado y estandarizado, actúa como un contador de minutos ubicando el 0 del bisel en la posición a la que apunta la aguja de los minutos en el momento de la inmersión.

2-Seamaster300-Legendario

Mr. Kendall – buzo americano, aviador, cineasta y fotógrafo profesional – usando su Seamaster 300. Año 1962.

Por lo que respecta a la trasera de la caja era del tipo atornillado y grabada con la leyenda “Certified High Pressure Waterproof Seamaster” acompañada del medallón con el hipocampo que siempre ha caracterizado a esta colección de relojes. El brazalete estaba manufacturado en acero, semi-extensible e implementaba un cierre de tipo desplegable. Como sucesores inmediatos del Seamaster original con la referencia CK 2913, verían la luz la CK 14.755 en 1960 con el calibre 522 que, finalmente, desembocaría en la ST 165.014 de 1962. Obviamente no acabaría aquí la saga de esta colección sino que se prolonga hasta nuestros días con multitud de referencias que responden a distintas configuraciones y funciones implementadas. Desgraciadamente, el texto que resultaría de intentar hablar de todas ellas aunque sólo fuera de manera resumida llenaría demasiado espacio y haría que, inevitablemente, nos desviáramos del propósito de este artículo.

10-Seamaster300-Legendario

Campaña promocional de la referencia ST 165.024. Año 1966/67.

Todavía no hemos hablado del componente que daba vida al Seamaster en su modelo de 1957: el Calibre 28 SC-501. Este calibre, de remonte automático, pertenecía a la familia de movimientos integrada por las referencias 470, 490 y 500, diseñados por Edouard Schwaar y lanzados en el año 1955. Estos calibres fueron los primeros concebidos para ser albergados por relojes masculinos con un rotor Omega: el 470 tenía un diámetro de 25 mm e implementaba las funciones de horas y minutos con un segundero central, el 490 de 28 mm de diámetro cambiaba la indicación de los segundos para albergarla en un dial subsidiario (reemplazaba al archiconocido hasta entonces 28.10 mm lanzado en 1943) y, finalmente, el 500 de 28 mm de diámetro implementaba un segundero central con un rotor más efectivo que la masa oscilante con topes del 28.10 mm. Las versiones de cronómetro de este calibre 500 – 501, 504 y 505 – sustituyeron a los anteriores 352 y 354 con topes (buffers) equipando a los famosos modelos Constellation de la manufactura. Las familias 470 y 490/500, fabricadas hasta 1957 y 1960 respectivamente, formaron parte de la misma serie de la que se produjeron un total de 1.075.000 unidades. Así pues y en resumen al respecto del 28 SC-501, se trataba de un movimiento de 28 mm de diámetro con certificado de cronómetro con remonte automático implementando una masa oscilante de mayor rendimiento que los calibres anteriores y con las indicaciones de horas, minutos y segundero central.

12-Seamaster300-Legendario

La imagen que aparece sobre estas líneas está relacionada con las estanqueidades de las cajas de los relojes y de las pruebas a las que estas eran sometidas para su comprobación. Probablemente única en el momento en el que fue tomada, el año 1966, esta fotografía muestra el espectógrafo de masas que el laboratorio de Omega tenía a su disposición por aquel entonces y cuya función respondía a la detección de las fugas de Helio. Este sistema de análisis era, de largo, muy superior a cualquier otro de los existentes. ¿Por qué Helio? Porque en aquella época Omega desarrollaba cajas para relojes estancas no sólo al ingreso de moléculas de agua sino también a los átomos de Helio que eran mucho más pequeños que los del líquido elemento.

8-Seamaster300-Legendario

Anuncio del «Seamaster 300» publicado en el catálogo de Omega G 630 de 1958

El Helio es un gas inerte que ocupa la segunda posición en la tabla periódica de los elementos, por detrás del Hidrógeno, y que responde, por tanto, al segundo elemento más ligero de la Tierra. Se utiliza en sistemas de respiración para altas profundidades marinas (sets de buceo o cámaras de buceo y de descompresión) con el objeto de disminuir el riesgo del submarinista de sufrir náuseas o vómitos. En una cámara de descompresión, el reloj del submarinista está directamente expuesto a este gas y, si la caja y los sellos no han sido diseñados para ser impermeables a él, el Helio podría penetrar en el interior de la caja causando un aumento de la presión interna que, durante la descompresión, podría separar el cristal de la caja. Un segundo método para restringir o reducir este problema potencial es dotar a la caja del reloj con la ya conocida válvula de escape de Helio. De manera adicional, el laboratorio de Omega desarrollo también dispositivos para determinar la fiabilidad de coronas y pulsadores por lo que cada nuevo componente debía ser severamente probado antes de incorporarse a uno de sus relojes.

Hasta aquí lo que representa una breve introducción acerca de los orígenes del Seamaster 300. En el próximo artículo hablaremos de la reedición que Omega ha lanzado en este 2014 y comentaremos desde las similitudes con la pieza original hasta los detalles de la nueva tecnología Master Co-Axial que el nuevo guardatiempos alberga en su interior.


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Rolex Daytona, una historia de 60 años (2ª parte) https://watch-test.com/rolex/rolex-daytona-una-historia-de-60-anos-2a-parte/ https://watch-test.com/rolex/rolex-daytona-una-historia-de-60-anos-2a-parte/#comments Wed, 09 Jan 2013 06:00:17 +0000 https://watch-test.com/?p=5426 Seguimos hoy con la segunda parte del artículo que estos días hemos dedicado al RolexDaytona, uno de los iconos de la relojería mundial. Retomemos su evolución donde lo dejamos ayer, con las referencias «sesentas»: 6262, 6263, 6264 y 6265, con calibre Rolex 727. Las dos impares aguantaron hasta 1987, año en que el Daytona dio [...]

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Seguimos hoy con la segunda parte del artículo que estos días hemos dedicado al RolexDaytona, uno de los iconos de la relojería mundial. Retomemos su evolución donde lo dejamos ayer, con las referencias «sesentas»: 6262, 6263, 6264 y 6265, con calibre Rolex 727. Las dos impares aguantaron hasta 1987, año en que el Daytona dio un salto evolutivo que resultó ser decisivo para poder incluirlo actualmente entre los relojes más legendarios jamás fabricados.

Ref. 16520

La popularidad de Daytona se convirtió en un fenómeno cuando Rolex anunció que los modelos anteriores se interrumpirían y que un nuevo modelo pronto sería lanzado. Es dentro de este contexto que el Rolex lanzó en 1988 el nuevo Daytona 16520. Tenía una gran caja de 40 mm para los estándares de la época, con protectores de corona y cristal de zafiro. Asimismo,  fue equipado con el movimiento Zenith El Primero Cal. 400, rebautizado como Calibre Rolex 4030. Fue el primer Daytona automático, y el único modelo de acero inoxidable con certificación cronométrica. Así, Rolex agrego a su esfera las palabras «Oyster Perpetual» y «superlative chronometer oficially certified«. Este modelo tenía múltiples combinaciones de materiales y esferas: 16523, 16528, 16518 y 16519 (podéis ver sus características en el cuadro final), todas ellas vigentes hasta el año 2000. Desde el 1997, las novedades presentadas se limitan a relojes joya y sus múltiples combinaciones.

Ref. 116520

La relación con Zenith duró sólo diez años, hasta el año 2000, cuando Rolex ya implementó su propio calibre manufactura 4130, presentando al público cinco nuevos modelos: 116520, 116523, 116528, 116518 y 116519. Como veis, las referencias coinciden con las vigentes hasta el momento. La principal diferencia estética radica en el intercambio de posiciones entre el subdial de los segundos, antes a las 9 horas y ahora situado a las 6, y el subdial de las horas, antes se encontraba a las 6 horas y ahora a las 9.

También vieron la luz varias versiones joya, con engastes de esmeraldas, zafiros o diamantes, combinados con esferas opalinas y de madreperla, o incluso versiones con la esfera de meteorito.

El diseño actual prácticamente no ha variado en estos 12 años, exceptuando el uso de nuevos materiales y combinaciones. La principal novedad ha sido la introducción en 2011 del bisel cerámico (Cerachrome) en un nuevo modelo con referencia 116515.

A continuación, podéis observar las diferencias entre los cuatro diferentes calibres utilizados a lo largo de la historia del Rolex Daytona, dos de carga manual y los dos últimos de carga automática tal como hemos descrito con anterioridad:

La siguiente tabla trata de hacer un breve resumen de la evolución del Daytona, con las referencias hasta ahora nombradas y sus principales características, entre los años 1961 y 2000, diferenciados en tres etapas muy bien definidas por los movimientos que implementaban:

  • 1963-1988: caja de 37 mm y movimiento Rolex 722 y 727 (Valjoux) de carga manual.
  • 1988-2000: caja de 40 mm y movimiento Rolex 4030 (Valjoux) de carga automática.
  • 2000-         : caja de 40 mm y movimiento Rolex 4130 manufactura.

PAUL NEWMAN

Varios de los modelos producidos entre los años 60 y 80 (ref. 6239, 6241, 6262, 6263, 6264 o 6265), todos ellos con calibre de origen Valjoux y disponibles con el dial exótico,  se los conoce como Daytona Paul Newman.

Con el Daytona, Rolex ofrece un dial llamado «exótico» como opción: un diseño con un anillo perimetral en el exterior de la esfera que implementaba una escala de 1/5 segundos, y con los índices de los subdiales cuadrados. Además,  el subdial situado a las 9 horas presentaba números arábigos en los minutos 15, 30, 45 y 60, en lugar de los 20, 40, y 60 de la línea regular. Este diseño se considera un reloj mucho más raro que el de la línea regular y por lo tanto goza de un valor mucho más alto entre los coleccionistas.

Estas son las referencias y combinaciones posibles de un dial Exótico:

6239 y 6241:

  • Esfera negra, subdiales blancos, carril exterior blanco y escala roja.
  • Esfera blanca, subdiales negros, carril exterior negro y escala roja.

6240, 6263, 6265, 6262 y 6264

  • Esfera negra, subdiales blancos, carril exterior blanco y escala negra.
  • Esfera blanca, subdiales negros, carril exterior negro y escala blanca.

La definición del Daytona Paul Newman es una simple asociación popular: realmente no hay un modelo exacto con este nombre. La verdad es que el actor era un gran fan de los Rolex Daytona. Tenía varios de su propiedad, llevando por lo menos 5 diferentes modelos en su vida. Popularmente se le atribuye este sobrenombre gracias a que lucía un Daytona en la película Winning (en España, 500 Millas), estrenada en 1969. En realidad no aparece ningún Daytona, y además, la película está ambientada en el circuito de Indianápolis. El equívoco viene dado por la aparición del actor llevando un Daytona con dial exótico en los actos promocionales y fotos publicitarias posteriores.

Su primer Daytona se lo regaló su esposa, Joanne Woodward, en 1972, cuando él decidió convertirse en corredor profesional. “A partir de entonces –explicaría el actor– Joanne ya no compró ni joyas, ni ropa, ni zapatos. Se concentró en las pólizas de seguros”.

El Cosmograph Daytona ya no se separaría de él. Como amuleto de la suerte (jamás se accidentó) y símbolo de la volcánica conexión con su mujer, le acompañó por el resto de sus días. Fueron camaradas durante 36 años y sus nombres se fundieron en el imaginario popular. “He competido en Daytona. Suelo vestir un Rolex Daytona. Ambos, reloj y circuito, son ganadores”, dijo alguna vez sobre su inseparable reloj. Con él amarrado al pulso izquierdo, no sólo alcanzó el subcampeonato en Le Mans, también subió al estrado para recibir Globos de Oro, premios de la Academia y otros reconocimientos a su trabajo como intérprete y director. Y lo llevó puesto en todos los actos en los que se desdobló como filántropo silencioso, mucho antes de que las acciones para el bien común fueran un apéndice del marketing personal de los famosos.

EL FENÓMENO DAYTONA

Todos estos modelos tuvieron unas ventas muy pobres, con poca repercusión, provocando que las series fabricadas fueran escasas. Su dura competencia era el Omega Speedmaster lanzado en 1957, con un calibre Lemania de prestaciones similares al Valjoux 72, pero con un precio muy inferior y el añadido de ser el elegido por la NASA para las misiones espaciales.

No fue hasta finales de los 80, cuando se empezó a ver los primeros Daytona de carga manual como piezas de colección, debido al anuncio del cese de su fabricación y al lanzamiento en 1988 de la nueva versión. En cuestión de meses, el precio del Cosmograph Daytona se disparó. Los compradores fueron coleccionistas y comerciantes en su mayoría italianos. Hasta el año 1992, coincidiendo con la devaluación de la lira, el mercado italiano había sido el principal contribuidor a la inflación de los precios del Daytona. A partir de ese año, los mercados japonés y estadounidense recogen el guante de la locura por los Daytona, provocando que los precios continuaran subiendo. El glamour asociado a Paul Newman también puso su grano de arena.

Con una caja más grande de 40 mm, el nuevo 16520 implementaba por primera vez un calibre de carga automática, el movimiento Zenith El Primero 400, re-bautizado como Calibre Rolex 4030. Rápidamente se convirtió en uno de los modelos de producción regular más buscados, y pronto surgieron las listas de espera para los modelos de acero inoxidable. En la década de 1990 el Daytona se estaba convirtiendo en un éxito de Rolex, después de años de ser un modelo residual.

El fenómeno de la lista de espera de los Daytona se debió a varios factores. Las referencias de acero inoxidable fueron producidos en cantidades limitadas y sólo unos pocos fueron asignados a cada proveedor. Combinad esto con la reciente popularidad del Daytona y un precio relativamente atractivo para un cronógrafo de alta gama, y se termina con una lista de espera que podría extenderse a varios años para comprar un nuevo ejemplo en un distribuidor autorizado. Las cosas habían llegado al punto de partida para las Daytona, ahora no podía producir lo suficiente para satisfacer la demanda y los precios se mantuvieron altos. Se había convertido en un objeto de colección en su propio tiempo, y el ir a ver a los coleccionistas que buscan un moderno grado de inversión pieza. De todos modos, ya en años más próximos, el mito de las listas de espera ha sido alimentado por la marca, suministrando en cuentagotas las piezas para aumentar la leyenda.

Por último, comentar que parte de las fotos han sido extraídas  del libro  Rolex Daytona History, de Mondani Editores y que ya os presentamos en su momento.

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Hoy os hablaremos de uno de los iconos más importantes que ha dado la industria relojera, el Rolex Daytona,  y de como pasó de ser un reloj poco apreciado a principios de los 60, a triunfar y acabar siendo uno de las piezas más codiciadas y solicitadas jamás fabricadas. Pocos conocen el porqué de la historia, y en este artículo intentaremos dar  luz a los trazos más importantes de ella.

Para ello, nos remontaremos a los orígenes de la relación de Rolex con el mundo del motor hasta llegar finalmente al circuito de Daytona que da nombre al cronógrafo de Rolex. Seguiremos con la evolución del Cosmograph, repasando las diferentes referencias lanzadas por la marca desde el año 1963 hasta principios del siglo XXI. Y no nos olvidaremos de un personaje imprescindible en la historia del Daytona, Paul Newman, para finalizar con un breve resumen de la «fiebre» que desató el fenómeno Daytona y las famosas «listas de espera».

ROLEX Y EL AUTOMOVILISMO

La relación de Rolex con el automovilismo no es nueva en absoluto, sino un punto y seguido en una larga historia de vínculos con el motor. Hans Wilsdorf, el emprendedor y creador de Rolex a principios del siglo pasado, tenía muy claro que la mejor manera de conseguir ventas era mediante el desarrollo de las técnicas de marketing, de las que fue su principal valedor y siguen representando uno de los pilares de Rolex.

Su primer ejercicio de mercadotecnia fue aprovechar la hazaña de Mercedes Glietze en 1927, al convertirse en la primera mujer inglesa en cruzar a nado el Canal de La Mancha luciendo un Rolex Oyster en la muñeca. Su estrategia publicitaria posterior repercutió muy positivamente en sus ventas, por lo que siguió buscando eventos a los que asociar la idea de Rolex como reloj extremo, capaz de soportar todas las vicisitudes posibles.


Y cómo no, el recientemente creado deporte automovilístico estaba en su punto de mira. Ya durante los años 30, Rolex se asoció con algunas de las figuras más importantes de este universo, como por ejemplo Malcom Campbell, que rompió el récord mundial de velocidad 9 veces entre 1924 y 1935, logrados casi todos ellos en las playas de Daytona Beach.

Hans Wilsdorf, estaba muy impresionado con los logros de Sir Malcolm Campbell y su estilo de vida, que creía que simbolizaba el estilo de vida Rolex, así que se convirtió en el primer embajador verdadero de Rolex. Es cierto, Mercedes Glietze fue la primera embajadora de la marca, pero en realidad sólo representó a Rolex en un  evento, mientras que la asociación con Sir Malcolm Campbell se prolongó durante muchos años. Rolex incluso lanzó un modelo de Rolex Malcolm Campbell con su nombre en la esfera.

Después de romper esos 9 récords de velocidad en la arena de Daytona, Malcolm Campbell decidió dejar la arena de Daytona Beach debido al mal estado de la pista, con muchos agujeros e irregularidades que dificultaban enormemente conseguir las velocidades máximas previstas. Decidió trasladarse a Bonneville Salt Flats, una inmensa llanura salina situada en Utah, a finales de 1935. El 13 de setiembre de este mismo año, logró establecer su mejor marca de 301,13 mph (481,81 km/h) pilotando su Bluebird con un Rolex Oyster en la muñeca.

A causa de este récord, los pilotos comenzaron a utilizar el salar de Bonneville para sus intentos y dejaron de visitar el circuito playero de Daytona. Así pues, la ciudad de Daytona vio peligrar su situación de privilegio y reconocimiento que le ofrecía el automovilismo de alta velocidad. Frente a ello, las autoridades municipales volcaron sus esfuerzos en mantener a Daytona como el centro invernal de la competición americana.

En marzo de 1936, el piloto Sig Haugdahl organizó una carrera de stock cars en el circuito playero de Daytona. El circuito constaba de dos rectas de aproximadamente 3 km de longitud cada una: la Carretera Estatal de Florida A1A hacia el sur, y la playa hacia el norte; el circuito se recorría en sentido antihorario. El trazado tuvo una extensión de 5,1 km originalmente. En septiembre de 1937, Haugdahl volvió a organizar la carrera, esta vez con ayuda de Bill France Sr. Él comenzó a organizar más carreras los próximos años hasta 1941, cuando Estados Unidos ingresó en la Segunda Guerra Mundial.

Concluida la guerra, France volvió a organizar carreras en el circuito playero de Daytona a partir de 1946. En 1949 comenzó a disputarse la NASCAR Strictly Stock, hoy llamada Copa NASCAR, y Daytona recibió a la categoría en la segunda fecha de la temporada en julio. La carrera comenzó a disputarse anualmente en febrero de 1950. Dada la gran cantidad de público, en 1953 decidió mover la carrera a un circuito permanente. La playa albergó la última carrera en 1958, y las 500 Millas de Daytona comenzaron a disputarse en 1959 en el Daytona International Speedway, un superóvalo de 2 millas de largo. La playa continuó utilizándose para pruebas de velocidad máxima hasta 1961.

En 1959, Rolex inició su relación con el Daytona International Speedway, y desde 1992 es patrocinador oficial de la Rolex 24 At Daytona. Actualmente se ha convertido en una de las carreras más prestigiosas de su categoría junto a las 24 Horas de Le Mans, también patrocinada por Rolex desde el 2001.

 Cosmograph Daytona

Los inicios de los modelos cronógrafos de Rolex datan de los años 30, cuando lanza su primer Zerograph, basado en una maquinaria Valjoux con un solo pulsador, que marcaba tiempos continuos. La aceptación fue buena pero sus limitaciones fueron puestas en evidencia con su uso, por lo que su evolución fue rápida y a finales de 1930 lanzó un cronógrafo con dos pulsadores, el cual permitia parar el tiempo y continuarlo después sin tener que reiniciar la cuenta. Posteriormente, incorporó la famosa corona Oyster en el modelo 3462, marcando un antes y un después en la historia de Rolex.

Pero el primer Cronógrafo Oyster, con la concepción crono que tenemos hoy en día, no llegó hasta la creación del 4500 durante la Segunda Guerra Mundial, en el cuál ya se situaban los dos pulsadores, la corona central y el subdial de 30 minutos. La siguiente modificación fue añadir un tercer contador de 12 horas en su modelo 5034 a finales de los 40, fijando la estructura base del cronógrafo de Rolex.

Rolex 4500

El cronógrafo Rolex con referencia 6234 se introdujo en 1955, casualmente el mismo año que lanzó el Rolex GMT Master. Se fabricó desde 1955 hasta 1961, y durante estos 6 años lanzó un promedio de aproximadamente 500 unidades por año. Esta referencia es el verdadero abuelo del moderno Rolex Daytona.

Rolex 6234

A finales de 1950, Rolex se convierte en socio del circuito americano Daytona International Speedway de Florida, que en 1965, acabará dando nombre al legendario cronógrafo creado el 1963, el Daytona Cosmograph. El origen del nombre radica en su elección como cronómetro oficial del circuito. Algunas fuentes especulan que Rolex usó por primera vez la designación o apodo «Daytona» para capitalizar la popularidad creciente de las carreras de NASCAR. Lo que no todo el mundo sabe es que apunto estuvo de llamarse Le Mans, en honor a la carrera de resistencia más prestigiosa de la época. Incluso se presentó un prototipo en 1964. El anuncio inferior fue publicado originalmente en el programa de la Carrera de Sebring, en 1964. El Sebring International Raceway, es una pista de carreras ubicada en el centro de Florida, a 123 millas al sur-oeste de Daytona.

No obstante, un año después, en 1965, Rolex ya ha adoptado el definitivo nombre de Daytona, tal como vemos en el anuncio siguiente:

Esta no es la primera ni la última vez que Rolex  prueba un nombre y, a continuación, lo cambia de forma significativa. En 1955 tuvo un anuncio de lo que era y ahora es el Rolex «Submariner», pero bautizado como Rolex «Skin Diver».

Los cronógrafos no eran los modelos de Rolex más populares y fueron producidos en cantidades limitadas. Rolex no pudo popularizar el cronógrafo a pesar de la utilidad de sincronización para los corredores. En mi opinión, antes de que la producción de los movimientos cronógrafos se abaratara a finales de los años cincuenta, como el Valjoux 72, los clientes los consideraban como un lujo demasiado caro con poco sentido práctico. La utilidad de un instrumento de medición de intervalos de tiempo que no interfiere con la indicación de la hora del reloj, estaba reservada a unos pocos, tales como médicos, aviadores o pilotos deportivos. El primer Cosmograph fue la referencia 6238 (1961-1967), también conocido en Italia como el pre-Cosmograph Daytona. Fue el último Rolex con una escala taquimétrica en el dial, y el primero en llevar el nombre de Cosmograph.

Rolex 6238

En 1957, Omega Speedmaster lanzó el Speedmaster, reloj diseñado para los amantes del automovilismo, un cronógrafo tricompax de carga manual. Como podéis comprobar en la foto superior, el parecido entre el Rolex 6238 y el Omega Speedmaster es notable. Este parecido aumentará en referencias posteriores, cuando se traslada la escala taquimétrica del Cosmograph al bisel, a imagen y semejanza que su competidor fabricado por Omega.

Ref. 6239 y 6241

Dos años después, Rolex lanzó los primeros relojes de pulsera Cosmograph Daytona, el 6239 y el 6241, en los que  se implementa el taquímetro en el bisel, graduado hasta 300 «unidades por hora» en los relojes que datan de los primeros años de producción, y  hasta 200 «unidades por hora» en fabricaciones más tardías.La diferencia entre estos dos modelos radica en que el 6239 tenía el bisel de acero, mientras que el del 6241 era negro.

Rolex 6239 y 6241

La configuración de ambos relojes era la misma, pudiendo ser de esfera plata con sub-esferas negras o de esfera de color negro con sub-esferas blancas. La mayoría tenía la palabra añadida «Daytona» alrededor del subdial ubicado a las 6 horas, pero algunos diales tenía la palabra «Daytona» en una posición más elevada, justo debajo del «Cosmograph».

Los dos modelos se fabricaron en acero y oro de 14 y 18 quilates, al igual que el resto de modelos lanzados hasta el año 1988, excepto el 6240 (acero) y el 6269 (oro y diamantes).

Estos primeros Daytona fueron equipados con el movimiento Rolex 722 de carga manual, basado en el calibre Valjoux 72, con una reserva de marcha de 42 horas y un diseño clásico de rueda de pilares. Estos dos relojes no eran modelos Oyster, y no llevaban los pulsadores del cronógrafo roscados. Rolex pronto se dio cuenta de que era necesario lanzar un modelo Oyster.

Ref. 6240

El primer intento Rolex de lanzar un Cosmograph Oyster con los pulsadores roscados, ocurrió en 1965 con el lanzamiento del 6240, un modelo prototipo que, sin embargo, duró 4 años en el folleto, siendo sustituido finalmente por el 6263. La principal diferencia entre estos dos relojes es que el 6240 implementaba el calibre Rolex 722, mientras que el 6263 fueron equipados con el nuevo calibre Rolex 727. Además, el 6240 tiene un minutero más delgado. Una novedad estética es en la esfera, donde la palabra «Oyster» es ligeramente mayor que la «Cosmograph».

Rolex 6240

Ref. 6263 y 6265

Lanzado en 1970, el Rolex Oyster Cosmograph Daytona mantenía el mismo diámetro de 37 mm que sus predecesores, pero fue equipado con pulsadores cronográficos roscados  y un nuevo calibre, basado también en la fiabilidad del Valjoux 72, el calibre Rolex 727. El 6263 tenía un bisel de color negro mientras que el 6265 tenía un bisel metálico. Ambos relojes podrían tener un dial negro con sub-esferas blancas, o un dial plateado con sub-esferas negras (también conocido como Panda , si llevaba el bisel negro). Estos diales tenía la palabra «Oyster» precediendo a la de «Cosmograph». La resistencia al agua del reloj estaba muy mejoradas, pasando de 50 a 100 metros de estanqueidad. El roscado de los pulsadores impiden su accionamiento accidental en condiciones de buceo. Estas dos nuevas referencias reemplazaron los viejos 6239 y 6241. Sin embargo, Rolex mantuvo en su catálogo,  durante un breve período de tiempo, dos modelos con pulsadores sin roscar.

Fila superior, Rolex 6263, y fila inferior, Rolex 6265

Ref. 6262 y 6264

Estos dos modelos son idénticos a sus predecesores, manteniendo los pulsadores no roscados. Sin embargo debido a que fueron equipados con el nuevo calibre Rolex 727, la marca les dio nuevos números de referencia: el 6262 y el 6264 reemplazó a la 6239 y 6241, respectivamente. Estas dos nuevas referencias duraron alrededor de 2 años (1970-1972), ya que no eran tan populares como las nuevas referencias atornilladas. Entonces,  ¿por qué Rolex lanzó estos modelos sin rosca, un hecho que a primera vista parece desconcertante y quizás cuestionable, incluso en términos de estrategia de marketing?. Según parece, los anteriores 6239 y 6241 puede haber tenido muchos seguidores entre los usuarios que quieren activar el cronógrafo rápidamente sin tener que desenroscar los pulsadores  y no necesitaban esta resistencia al agua extra que sí tienen el 6263 y 6265.

Rolex 6262 y 6264

Mañana, en la segunda parte del artículo, seguiremos con el lanzamiento de la referencia  16520 en el año 1988, que con su nueva caja de 40 mm y equipado con un movimiento Zenith de carga automática, supuso un punto de inflexión muy importante en la historia y reconocimiento del Daytona.

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Reverso: el nacimiento de un icono. https://watch-test.com/jaeger-lecoultre/reverso-el-nacimiento-de-un-icono/ https://watch-test.com/jaeger-lecoultre/reverso-el-nacimiento-de-un-icono/#comments Tue, 12 Jun 2012 06:30:00 +0000 https://watch-test.com/?p=117 Los pasos exactos que conducen a la creación del Reverso siempre permanecerán, hasta cierto punto, en secreto. Los archivos no registran ni las conversaciones informales que tuvieron lugar, y que a menudo representan muchas de las más importantes, ni las inspiraciones súbitas que pertenecen a todas las innovaciones. Adicionalmente, las historias orales de los testigos [...]

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Los pasos exactos que conducen a la creación del Reverso siempre permanecerán, hasta cierto punto, en secreto. Los archivos no registran ni las conversaciones informales que tuvieron lugar, y que a menudo representan muchas de las más importantes, ni las inspiraciones súbitas que pertenecen a todas las innovaciones. Adicionalmente, las historias orales de los testigos son siempre algo subjetivo y, estas historias, casi leyendas, se elaboran y adornan a medida que avanzan las décadas y las anécdotas pasan repetidamente de boca en boca. Sin embargo, los distintos estudios de los archivos revelan, en efecto, una interrelación muy estrecha entre la génesis del Reverso y los orígenes de la marca Jaeger-LeCoultre.

En colaboración con la manufactura de LeCoultre, en el Valle de Joux, y Établissements Jaeger en París, de Trey (que estaba ansioso por atar todos los cabos del proyecto cuanto antes) y LeCoultre llegaron a un acuerdo mutuamente satisfactorio. A de Trey se le concedió la patente por un período limitado de tiempo, a cambio de lo cual accedió a fundar conjuntamente con LeCoultre una oficina de distribución que vendería los relojes de la manufactura incluyendo, por supuesto, el Reverso.

De Trey contactó con un ingeniero independiente, que depositó la patente del reloj reversible, dando así a René-Alfred Chauvot un papel de gran relevancia en el escenario de la relojería. Incluso antes de que la patente del Reverso fue reconocida oficialmente el 3 de agosto de 1931, de Trey ya había comprado los derechos a su inventor. Este y Jacques-David LeCoultre fundaron conjuntamente una empresa de distribución con sede en Lausana. El negocio, que era conocido como Spécialités Horlogères, no sólo promocionó el Reverso, sino también el resto de relojes de la Manufactura con el fin de introducir las marcas LeCoultre y Jaeger.

Spécialités Horlogères compró la patente del Reverso para transferirla posteriormente a las manos del Grupo SAPIC, que unió a LeCoultre y Jaeger en el seno de su organización. El nombre de la empresa cambió a «Jaeger-LeCoultre Distribution Company» en 1937, alcanzando así el final del camino que condujo a la fundación de la marca Jaeger-LeCoultre.

El Ministerio francés de Industria y Comercio dejó constancia de la recepción de solicitud de patente a las 13:15 del 4 de marzo de 1931. El contenido del documento aplicaba a «un reloj que es capaz de deslizarse fuera de su caja y girar por completo alrededor de sí mismo». Nada parecido había existido nunca antes, por lo que sus inventores estaban comprensiblemente ansiosos de recibir protección legal.

La aviadora Amelia Earhart usó un Reverso con un grabado en el fondo que reproducía la carta de ruta de su vuelo en solitario desde México a New York, el 8 de mayo de 1935.

La aviadora Amelia Earhart usó un Reverso con un grabado en el fondo que reproducía la carta de ruta de su vuelo en solitario desde México a New York, el 8 de mayo de 1935.

La autoridad gubernamental aceptó el documento, al cual le fue debidamente asignado el número de solicitud 712.868. Posteriormente, los burócratas responsables se vieron obligados a ocuparse por completo con la descripción detallada de una caja de acero inoxidable que «con la ayuda de ranuras de guía, cuatro pasadores de guía y las muescas correspondientes en su placa de base, podría ser desplazada de su posición y girar por completo alrededor de su propio eje». Por el bien de la clarificación, los funcionarios públicos encontraron 17 bocetos en los que se ilustraba, desde diferentes puntos de vista y en gran detalle, un mecanismo que fue extraordinariamente complejo para la época. Pero aún con todo esto, su inventor aún parecía insatisfecho: Chauvot posteriormente aumentó la documentación con dos apéndices.

JLC_Reverso_Legendario_2

Aún a riesgo de simplificar, el dispositivo en esencia puede ser descrito como una inteligente obra técnica que consta de dos partes separadas. Una placa base con asas para que se pueda asir a la muñeca del usuario. Para permitir el giro de la caja sobre su plataforma, la primera estaba equipada con dos pasadores de acero inoxidable posicionados exactamente uno frente al otro. Estos pasadores encajan en dos guías longitudinales, las cuales están perforadas en las partes elevadas de la placa de base.

El usuario del reloj, por lo tanto, podía no sólo girar la caja sobre su base sino también desplazarla lateralmente. En consecuencia, podría optar por dejar el dial y su frágil cristal, hacia arriba o, si las circunstancias lo requerían, podría girar el reloj y llevar la robusta parte de la caja fabricada en metal a la parte delantera con el fin de hacer frente a los posible golpes. Dos pequeñas esferas, elásticamente soportadas aseguran que la caja se mantenga firmemente en la posición deseada. Después de que la caja había sido articulada, las esferas respondían a una presión suave por deslizamiento en las ranuras apropiadamente fabricadas. «Gracias a esta invención, el reloj se puede usar ya sea en una o en otra de estas dos posiciones y, el cambio de una posición a la otra, es extremadamente simple y fácil», argumentaba el inventor.

La tarea de fabricar la primera caja para el Reverso fue confiada a la Wenger Company en Ginebra. Este experimentado fabricante de cajas tenía tanto la competencia como el potencial técnico para entregar un pedido inicial de 5.000 cajas a tiempo para el inicio de la campaña navideña de ese año. Todo lo que faltaba ahora era un movimiento adecuado. LeCoultre tenía varios calibres pequeños que podrían haber sido utilizados en el interior del reloj, pero su forma redonda no estaba en consonancia con la filosofía de la manufactura, que insistió en que el exterior y el interior debían estar expresamente concebidos para adaptarse el uno al otro: caja y calibre debían tener la misma forma para conseguir un conjunto armónico.

La cara trasera del Reverso ha sido objeto de personalización del reloj desde el año de su aparición en 1931. La imagen corresponde a un modelo femenino de 1933 con el escudo de armas del Eton College

La cara trasera del Reverso ha sido objeto de personalización del reloj desde el año de su aparición en 1931. La imagen corresponde a un modelo femenino de 1933 con el escudo de armas del Eton College

Después de un periodo de desarrollo que dura algo más de un año, se tomó la decisión de utilizar los movimientos preexistentes que habían sido fabricados por la Tavannes Watch Co. de Suiza. Cuando el año 1932 llegaba a su fin, los relojeros de LeCoultre & Cie se complacen en anunciar la finalización con éxito de su proyecto. A partir de ese momento, los relojes Reverso únicamente albergarían calibres propios de la manufactura. Los calibres LeCoultre 410 y 411 ofrecen (respectivamente) segundero central y pequeño segundero en subdial ubicado a las 6 horas en el dial. El calibre LeCoultre 404, más pequeño que los anteriores, estaba reservado para los modelos femeninos. En el curso de los años siguientes, estos calibres se perfeccionaron gradualmente para hacerlos cada vez más fiables y más precisos. Las complicaciones se añadirían por primera vez en 1991.

Por último, el guardatiempos precisaba de un nombre adecuado que pudiera impresionar y reclamar la atención de una clientela internacional. La palabra elegida para denominar a este modelo fue la latina «Reverso» por su clara identificación con el reloj. Este sobrenombre adquirió carácter internacional adicional a través de su similitud con la palabra inglesa «reverse». Difícilmente se hubiera podido encontrar un nombre más adecuado, por lo que se registró el 4 de noviembre de 1931.

Los primeros relojes Reverso fueron enviados a los jugadores de polo ingleses que habían proporcionado el impulso para la creación del modelo y que, según la leyenda, estaban muy entusiasmados con el nuevo reloj. Esta innovación cronométrica había dado de lleno en el clavo. Los golfistas y tenistas profesionales de Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia no estaban menos enamorados del reloj que sus homólogos en la India. Más allá del aspecto meramente funcional de la protección de su cristal, este reloj era también inconfundible: de estilo inimitable, el Reverso constituía una prueba irrefutable de que su propietario, ya fuera una dama o un caballero, era un verdadero “connoisseur”.

Calibre 438 – Modelo 201

Calibre 438 – Modelo 201

El Reverso era mucho más que un reloj deportivo. Los modelos, tanto masculinos como femeninos, no tardaron en aparecer en lugares para los que no habían sido originalmente concebidos, por ejemplo, en los conciertos, cenas de gala y otros eventos de la alta sociedad. Su éxito demostró que de Trey y LeCoultre habían acertado al haber considerado no sólo la técnica del reloj, sino también la elegancia de su forma.

El estilo del Reverso se adaptaba perfectamente a los tiempos. Además, el reloj ofrece un maravilloso tema de conversación. Sus aspectos no convencionales planteaban preguntas y estimulaban la comunicación. Todo lo que uno tenía que hacer era dar la vuelta a la caja y todos los ojos se volvían hacia su portador. El estilo del reloj estaba absolutamente en línea con las corrientes de la época: su diseño limpio, que se distingue por las líneas rectas y la ausencia de adornos, corresponde a las tendencias arquitectónicas y estilísticas de una década extraordinaria. Innovadores como Adolf Loos, Walter Gropius y Le Corbusier hicieron campaña en pos de un lenguaje de formas claro y sin adornos. Aunque no sin detractores, en última instancia, estos hombres lograron dar forma al estilo de una época y una generación. Un número cada vez mayor de gente se dio cuenta que los accesorios decorativos no garantizaban la belleza del objeto. De acuerdo con la filosofía del Art Déco, la buena forma se nutre de sus propios méritos intrínsecos y sin florituras innecesarias, porque una forma surge de – y debe expresar con claridad – la función para la que el objeto ha sido diseñado.

MontajeLa génesis y la historia de éxito del Reverso también se beneficiaron de la gran exposición internacional de arquitectura que se presentó en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1932. Junto a las formas clásicas redondeadas, los diseños angulares disfrutaron también de éxito. Relojes de pulsera rectangulares, entre ellos el Reverso, adornaban las muñecas de estrellas de cine, cantantes y celebridades de la clase alta de la sociedad. Ahora, si no antes, hasta los más recalcitrantes tradicionalistas se dieron cuenta de que el futuro pertenecía al reloj de pulsera. El Reverso, que contribuyó en no poca medida a convencer a los fanáticos, también representa uno de los capítulos más importantes en la historia de la relojería.

El hecho de que el gran éxito del Reverso tuviera lugar justo antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial ocasionó, a la finalización de ésta, un período de ausencia del modelo en el mercado dada la situación socioeconómica existente. Finalmente y después de años de nuevos estudios Jaeger-LeCoultre devolvió el guardatiempos al mercado en el año 1979 con una caja rediseñada y nuevos calibres. A partir de 1991 el Reverso daba un importante paso hacia adelante al incorporar complicaciones en sus mecanismos.


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El pasado año 2011 el Reverso de Jaeger-LeCoultre cumplía 80 años. En este primer artículo y en un segundo a publicar en breve intentaremos contaros la historia de los inicios de este icónico reloj, desde la concepción de la idea y la necesidad que la indujo hasta el lanzamiento de los primeros modelos y el éxito que éstos alcanzaron.

Innovación y tradición, dos conceptos quizás un tanto opuestos, se combinan en este guardatiempos. Probablemente ambos, unidos a la funcionalidad para la que fue diseñado, fueron y son las principales claves de que el Reverso sea, aún hoy en día, uno de los relojes más icónicos de la relojería mecánica.

El Reverso nació en el año 1931, inspirado por una propuesta de los oficiales británicos destacados en la India y que deseaban disponer de un reloj de pulsera que pudiera resistir las duras condiciones de un partido de polo.

Esta historia, que es casi tan antigua como el reloj que engendró, figura entre los mayores mitos de la relojería. En un sentido más amplio, el Reverso se desarrolló para una clientela cosmopolita que cultivaba unos gustos refinados, adoraba los deportes y anhelaba un reloj con tal polivalencia y versatilidad que permitiera combinar dureza y elegancia.

Considerado desde otro punto de vista menos conocido, la génesis de este histórico reloj está estrechamente conectada a los orígenes de la manufactura Jaeger-LeCoultre. Ambos proyectos, el reloj y la marca, localizan sus inicios en un encuentro entre un hombre de negocios que deseaba hacerse un nombre en el mundo de la relojería y una manufactura centenaria que era considerada como fuente de complicaciones y que se marcó el objetivo de distribuir sus propios relojes.

El marco de fondo de esta historia es la lejana India colonial, donde los militares británicos dedicaban parte de su tiempo libre a la práctica del polo. Este deporte ecuestre, que apareció por primera vez hace más de 2.500 años en las estepas de Asia Central, provocó el entusiasmo de príncipes y sultanes desde Arabia hasta el Tíbet. Poco después de que un teniente británico descubriera este deporte en 1859, el polo evolucionó hasta llegar a ser un pasatiempo característicamente inglés que ganó popularidad con una velocidad asombrosa. A medida que el siglo diecinueve llegaba a su fin y el siglo veinte iniciaba su marcha, existían unos 175 clubs de polo en el subcontinente indio, que por aquel entonces seguía bajo la administración británica. Alrededor de 1930 el número de estos clubs de polo se había incrementado de manera espectacular.

Jacques-David LeCoultre

Los oficiales discutían en los salones de los clubs, no solo sobre los mejores caballos, sino también sobre el equipamiento y los accesorios para la práctica del polo. El tema de los relojes aparecía a menudo en estas conversaciones y las opiniones diferían alrededor de este asunto. Aquellos que tenían las inclinaciones más conservadoras continuaban usando los relojes de bolsillo «savonnette» que, acomodados de forma segura en el bolsillo de un chaleco, raramente sufrían daños debidos a los golpes de la batalla ecuestre, pero tampoco podían ser consultados de manera rápida por su propietario para conocer la hora.

Otros oficiales defendían las ventajas de un nuevo tipo de reloj que podía usarse alrededor de la muñeca. Con el fin de proteger los cristales, desde la Primera Guerra Mundial se podían encontrar relojes que incorporaban sobre su dial rejillas metálicas o cubiertas, también metálicas, unidas por bisagras a la caja. Muchos fueron los que criticaron estos diseños puesto que opinaban que un “look” tan blindado no era elegante y, a buen seguro, tampoco la mejor solución.

Desafortunadamente los relojes de pulsera tradicionales sin este tipo de protección acababan con los cristales rayados, en el mejor de los casos, o rotos en el peor de ellos. Incluso golpes en principio relativamente inofensivos podían romper el cristal del reloj en pedazos. Obviamente, se estaba ante un problema que precisaba de una solución. Esta solución llegó en 1930, cuando César de Trey, pionero de Jaeger-LeCoultre, se embarcó en un viaje a la India.

La motivación de este hombre de negocios suizo no era otra que una insaciable sed por el descubrimiento. Uno de los principales motivos de su viaje era visitar a algunos amigos que estaban sirviendo al regente inglés como oficiales militares en la India colonial.

El lugar para el encuentro de esta visita era uno de los numerosos clubs de polo existentes. Después de intercambiar bromas y saludos, y de conocer las últimas noticias que venían desde Europa, los oficiales pusieron ante su invitado un artefacto destrozado que, después de un examen más detallado, fue identificado por de Trey como los restos de lo que alguna vez debería haber sido un reloj de pulsera. El propietario del malogrado objeto se quejó de que tales calamidades no eran, por desgracia, algo que sucediera en raras ocasiones.

Otros oficiales coincidieron en que, contratiempos de este tipo, no ocurrían únicamente durante la celebración de los partidos de polo sino que también eran habituales mientras se jugaba a otros deportes como el golf y el tenis. Todos coincidieron en el hecho de que la propensión a la rotura de los cristales de los relojes era intolerable. De Trey estaba involucrado profesionalmente con los relojes de pulsera, así que no fue una mera coincidencia que los oficiales destinados a la India le transmitieran sus quejas al respecto.


El encuentro de César de Trey con Jaques-David LeCoultre

Calibre 064 – Modelo 201
Los primeros modelos de Reverso
no incorporaban segundero

De Trey, heredero de una familia aristocrática del Cantón de Vaud en el oeste de Suiza, amasó una fortuna considerable en Suiza e Inglaterra al expandir la red de negocios de su familia, especializados en la fabricación de prótesis dentales, a nivel internacional. Sus productos se enviaban desde Londres a destinatarios de todo el reino así como a distintos importadores de los países europeos más importantes y Estados Unidos. Pero en 1926, de Trey abandonó este mundo con el fin de dedicarse a su gran pasión: la relojería. Estableció una empresa de distribución en Lausanne en 1927 y pronto abrió puntos de venta en Londres y París. Al mismo tiempo emprendió una búsqueda de relojes innovadores que tuvieran cierto potencial comercial.

Fue entonces cuando conoció a un hombre de negocios llamado Jaques-David LeCoultre, quién dirigía la manufactura LeCoultre & Cie. que esa época contaba ya con unos cien años de historia y que siempre se había caracterizado por su inventiva, lo que le había permitido adquirir un considerable crédito como empresa pionera de importantes avances en los campos de la precisión y las complicaciones. La manufactura era conocida con el sobrenombre de “la Grande Maison des Complications” ya que contaba por aquél entonces con más de 200 calibres de repetición y cerca de 200 movimientos de cronógrafo, así como con el calibre más delgado y pequeño del mundo.

Desde el siglo diecinueve, la manufactura había suministrado sus obras a las más reconocidas empresas de relojería de Suiza, Francia y Alemania. Pero el plan de LeCoultre era establecer una red de distribución que le permitiera vender sus productos bajo su propio nombre. No es sorprendente saber que de Trey y LeCoultre, a partir de su primera conversación, encontraron muchos puntos en común sobre los cuales emprender conjuntamente numerosos proyectos. LeCoultre confió a de Trey varios relojes de pulsera y de sobremesa que la manufactura había desarrollado en colaboración con su socio parisino, Établissements Jaeger. Cuando César de Trey se embarcó en su viaje a India, su equipaje incluía una colección de relojes Duoplan y varios relojes de péndulo procedentes de la manufactura LeCoultre.

Modelo colgante. Calibre 407.

De Trey estaba aplicando su mente creativa a una disciplina que más tarde sería conocida como “marketing”. En su opinión, sus competidores no eran especialmente listos en este campo. Las personas que tomaban las decisiones en los departamentos de ventas de las empresas de relojería ya asentadas tendían a ser extremadamente conservadoras y raras veces conseguían anuncios llamativos que convirtieran sus productos en el centro de atención. En realidad quedaba muy lejos de las estrategias de ventas profesionales.

Todo ello era un hueco muy tentador que de Trey estaba decidido a llenar. Su mente estaba llena de ideas brillantes las cuales estaba impaciente por transformar en realidades, eso sí, sobre una base financiera segura. De Trey había comprobado de primera mano lo que una buena campaña de marketing podía conseguir en Inglaterra, donde esta disciplina había progresado más de lo que lo había hecho en Suiza.

Durante el viaje de regreso a casa desde la India, la inventiva mente de de Trey no dejó de trabajar. Con el firme propósito de solucionar el desafío que las quejas de los jugadores de polo habían planteado, repasaba mentalmente las ideas para prevenir la ruptura de los frágiles cristales de los relojes. Consideró el estrecho abanico de opciones existentes, que iban desde rejillas de protección de aspecto militar a tapas con bisagras. Todas estas posibles soluciones compartían tres denominadores comunes: eran conocidas, inadecuadas e insatisfactorias. Ninguno de los recursos normales o corrientes era completamente aceptable puesto que, o bien no eran lo suficientemente elegantes, o completamente inviables.

Era preciso inventar algo completamente diferente: una solución que fuera a la vez simple e inteligente sin compromisos técnicos ni estéticos. De Trey sabía que no sería capaz de hallar la solución deseada sin el correspondiente asesoramiento profesional de un experto, por este motivo se puso en contacto con LeCoultre nada más regresar a Suiza.

Calibre 410 – Modelo 204
Versión con pequeño segundero

De Trey viajó al Valle del Joux, lugar en el que se asentaba la manufactura LeCoultre & Cie. desde 1833. Alrededor de mediados del siglo dieciocho en este valle situado en los Alpes a mil metros de altura sobre el nivel del mar, los padres habían enseñado a sus hijos todo cuanto había que saber acerca de las diminutas ruedas de los engranajes, los mecanismos de conmutación y les habían transmitido todo su conocimiento en el exigente oficio del tratamiento de los metales.

Un inmenso tesoro de experiencia maduró lentamente durante los largos inviernos de este apartado valle donde sus habitantes disponían de un montón de tiempo, ya que con frecuencia se veían aislados en el interior de sus casas por la nieve durante días e incluso semanas. Gracias a su paciencia y persistencia, estas gentes manufacturaban aquello que tan ansiadamente se esperaba cada primavera, a más de 50 km de distancia, en las fábricas de relojes de Ginebra: ébauches, componentes y complicados dispositivos como cronógrafos, calendarios y mecanismos de repetición.

Aún tratándose de un época tan cercana, la primera mitad del siglo veinte, los residentes del Valle de Joux (conocidos como «Combiers») estaban muy lejos de la por entonces emergente apertura de miras y sofisticación cosmopolita. Por el contrario, preferían permanecer en su contemplativo entorno, donde tenazmente manipulaban los mecanismos que combinaban el diseño inteligente con un rendimiento fiable.

Anuncio1A diferencia de los típicamente introvertidos “cadatruriers” (los especialistas de las complicaciones), el carácter empresarial de LeCoultre hizo que se anticipara a lo que estaba por venir y entendió el mensaje: la modernidad.

A finales del verano de 1930, de Trey y LeCoultre se sentaron delante de una mesa para discutir la planificación de un proyecto que a la larga tendría consecuencias de gran alcance . El invitado de LeCoultre de manera franca y sin rodeos le reveló su idea, que, esperaba, resolvería el problema que tanto preocupaba a los militares destacados en la India. LeCoultre se entusiasmó inmediatamente con el proyecto, creyendo que le ofrecería el potencial de mercado que precisaba para reorientar su manufactura.

Nadie sabe con exactitud cuando se concibió por primera vez la idea de una caja reversible. Los dos hombres hablaron acerca de las creaciones que LeCoultre había desarrollado en colaboración con Établissements Jaeger en París, que había sido su socio preferente desde 1903. Jacques-David LeCoultre explicó los detalles de esta productiva colaboración, que se había traducido en notables inventos, no sólo en el campo de relojes de bolsillo, sino también en el contexto de los relojes de péndulo de estilo Art Déco y de los relojes de pulsera. Pablo Lebet, oriundo de Suiza, era una figura destacable en la manufactura de LeCoultre & Cie, ya que, había dirigido los talleres Jaeger desde 1915. Otro ingenioso inventor entre el personal de Établissements Jaeger fue Auguste Rodanet, sobrino del fundador de la escuela de relojería en París.

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Tank de Cartier – la versatilidad intemporal https://watch-test.com/cartier/tank-de-cartier-la-versatilidad-intemporal/ https://watch-test.com/cartier/tank-de-cartier-la-versatilidad-intemporal/#comments Wed, 28 Mar 2012 06:22:00 +0000 https://watch-test.com/?p=201 En la primera parte del artículo sobre el legendario Tank de Cartier mencionábamos su versatilidad, un adjetivo que junto con el de intemporal son los que mejor definen este reloj. Para demostrar gráficamente estas dos cualidades del Tank, en esta segunda parte utilizaremos una serie de imágenes que abarcan 95 años de su inigualable historia. [...]

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En la primera parte del artículo sobre el legendario Tank de Cartier mencionábamos su versatilidad, un adjetivo que junto con el de intemporal son los que mejor definen este reloj.

Para demostrar gráficamente estas dos cualidades del Tank, en esta segunda parte utilizaremos una serie de imágenes que abarcan 95 años de su inigualable historia. En ellas veremos a personajes de toda índole, todos ellos muy conocidos en su ámbito, luciendo su Tank. Es realmente asombrosa la intemporalidad de este reloj que, sin cambios aparentes en su diseño, fue objeto de deseo y orgullo en 1918 y lo sigue siendo en el 2012.

Las dos imágenes que mejor plasman la versatilidad de este Cartier son las de Simone Signoret e Yves Montand. Este último viste su Tank en dos situaciones y ambientes totalmente opuestos: en una ceremonia de gala y en la playa. ¿Acaso desentona en alguna de ellas?

Tank de Cartier - Boniface de Castellane - Marajá Indore

 

Tank de Cartier - Rodolfo Valentino

Rodolfo Valentino
© United Artists Associated/Sunset Boulevard

 

Tank de Cartier - Duke Ellington

Duke Ellington
With permission of the Estate of Duke Ellington
© Collection F. Driggs/Magnum Photos

 

Tank de Cartier - Gary Cooper

Gary Cooper
With permission of Maria Cooper Janis
© Rue des Archives/RDA

 

Tank de Cartier Clark Gable - Granger

Tank de Cartier - Simone Signoret - Yves Montand

 

Tank de Cartier - Andy Warhol

Andy Warhol
© Arnold Newman/Getty Images
The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc./2011 ProLitteris, Zurich

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Tank de Cartier - Ingrid bergman

Ingrid Bergman
With permission of the Estate of Ingrid Bergman
Bill Ray © Time & Life Pictures/Getty Images

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Tank de Cartier - Truman Capote

Truman Capote
With permission of Truman Capote Literary Trust
© Rue des Archives/ Farabolafoto/Ital

 

Tank de Cartier - Rampling - Kennedy

Tank de Cartier - Rudolf Nureyev

Rudolf Nureyev

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César
With permission of Stéphanie Busuttil
© Arnaud Baumann

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James Jagger
David Bailey © Cartier 2012

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Tank de Cartier - Lucy Liu

Lucy Liu
David Bailey © Cartier 2012

 


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https://watch-test.com/cartier/tank-de-cartier-la-versatilidad-intemporal/feed/ 2 Watch Test Alain Delon y Jean-Pierre Melville
Tank de Cartier: la leyenda interminable https://watch-test.com/cartier/tank-de-cartier-la-leyenda-interminable/ https://watch-test.com/cartier/tank-de-cartier-la-leyenda-interminable/#comments Tue, 27 Mar 2012 05:23:00 +0000 https://watch-test.com/?p=203 Antes incluso de la aparición de Tank de Cartier, el primer reloj de pulsera de la historia lo creó en 1904 Louis Cartier para su amigo, el pionero de la aviación, Santos Dumont. Cierto es que a finales del siglo XIX, especialmente para fines militares, ya se utilizaron algunos relojes ceñidos a la muñeca de [...]

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Antes incluso de la aparición de Tank de Cartier, el primer reloj de pulsera de la historia lo creó en 1904 Louis Cartier para su amigo, el pionero de la aviación, Santos Dumont. Cierto es que a finales del siglo XIX, especialmente para fines militares, ya se utilizaron algunos relojes ceñidos a la muñeca de algún oficial, pero no eran más que relojes de bolsillo con el típico apaño de unas asas soldadas para poder sujetar la correa. Por tanto, en justicia, se debe considerar a Cartier como el pionero del reloj diseñado desde cero para ser portado en la muñeca de su propietario.

El reloj Santos, cuyos descendientes siguen habitando el catálogo actual de Cartier, ha sido desde un inicio un reloj cuadrado con unas asas integradas en la carrura de la caja. En 1917, claramente inspirado en el Santos, Cartier diseña el Tank, que con los años se ha convertido en el principal icono relojero de Cartier y de la historia misma de la relojería. Hay demasiados parámetros subjetivos para coronar un reloj como el más legendario o el más icónico, pero si nos atendemos únicamente a datos objetivos, como son la fecha de creación, o su longevidad, sin duda el mayor candidato es el Tank de Cartier.

Louis Cartier
© Ministère de la Culture – Médiathèque du Patrimoine,
Dist. RMN / Atelier de Nadar

Fechas y cifras aparte, lo que distingue a Cartier en general y al Tank en particular, es el diseño. Desde su creación en 1917 hasta nuestros días, Cartier ha realizado innumerables variantes de este reloj, pero ha tenido la gran habilidad de que cualquiera de ellas, con un simple golpe de vista, se identifica fácilmente como un Tank, incluso por personas poco introducidas en el mundo de la relojería.

El exitoso y en su día revolucionario diseño del Tank se inspiró en temas militares, concretamente en lo tanques blindados utilizados en la Primera Guerra Mundial, de los cuales toma su nombre. De hecho, al final de la guerra, el primer prototipo de 1917 fue obsequiado al general John Pershing, comandante de la Fuerza Expedicionaria Estadounidense en Europa. La comercialización del Tank tuvo que esperar a 1919, con una producción inicial de seis ejemplares, que se inscribieron en el inventario de Cartier entre el 15 de noviembre y el 26 de diciembre.

En mi opinión hay cuatro rasgos distintivos que forman parte del ADN del Tank: la geometría de su caja, los números romanos, el índice tipo ferrocarril y el cabujón de zafiro en su corona. Cierto es, como veremos más adelante, que no siempre se han mantenido estos cuatro conceptos en todas las evoluciones del Tank, pero los restantes han sido suficientes para conservar su carácter.

Según Louis Cartier, la caja del Tank se inspira en un tanque blindado observado desde arriba. Las angarillas corresponderían a las orugas y la caja al habitáculo del tanque. Como veis, incluso es necesario introducir nuevos términos para referirse al Tank y omitir algunos presentes en casi todos los relojes. Uno de los que omitiremos es “bisel”, la pieza de la caja que sirve de unión entre la carrura de dicha caja y el cristal.

Cartier Tank Louis Cartier XL

Básicamente, el diseño del Tank consiste en una caja cuadrara o rectangular a la cual se le añaden en sus laterales (eje 3-9 horas) las angarillas que he mencionado. Un rasgo característico es que dichas angarillas deben ser predominantes en tamaño sobre las partes visibles de la caja (eje 12-6 horas), para reforzar así la imagen de orugas de tanque. Aunque como también veremos más adelante, en algún caso no se ha seguido este principio. En la mayoría de variantes del Tank observaremos unos tornillos en los laterales de las angarillas, que sirven como unión de estas a la caja.

A continuación os mostraremos las evoluciones más significativas que han derivado del Tank de 1917. En  muchas de ellas, especialmente en las más recientes, se han lanzado diversas variantes en cuanto a complicaciones y funciones del mismo modelo. Sin entrar en dichas complicaciones, se puede decir que esta primera parte sobre le Legendario Tank ya excede toda extensión que podamos considerar razonable para no agotar al lector, por lo que nos centraremos en los más básicos de horas y minutos, que al fin y al cabo son los que mejor conservan la genética del Tank original.

 

1917 – Tank de Cartier

El primer Tank, el que aporta todos los rasgos característicos de diseño y del cual partirán todas las posteriores evoluciones.

En este primer Tank, observaremos que la caja es cuadrada, proporción geométrica que curiosamente solo conservarán dos de sus descendientes. No obstante, las angarillas sobresalen de la caja en su eje norte sur, para crear el hueco donde se integrará la correa. Por tanto, en su conjunto, debido a la total integración de las partes, podemos afirmar que este Tank de 1917 es de forma rectangular.

La esfera es un elemento en el cual no influyen las angarillas y por ello es totalmente cuadrada. Se aprecia claramente el índice cuadrado tipo ferrocarril que indica los minutos y las horas en un trazo más grueso. En su exterior vemos los números romanos tan característicos de Cartier. Las agujas de acero azulado al fuego conjuntan a la perfección con el azul del cabujón de la corona.

Tank de Cartier - 1920 Tank de Cartier – 1920
Nick Welsh, Collection Cartier © Cartier

 

1921 – Tank Cintrée

Curiosamente, la primera evolución del Tank original, el Tank Cintrée, es de los que más se aparta del diseño inicial. Se conserva el principio básico de conjunción entre caja y angarillas, pero la geometría es ya totalmente rectangular, casi equivalente a dos cuadrados unidos.

Quizás el rasgo más característico de este Tank Cintrée es que tanto la caja como las angarillas no son planas, sino que adquieren una considerable curva para adaptarse a la muñeca de su portador.

Del Tank Cintrée, incluso en sus inicios, se produjeron diversas variantes, que se diferenciaban por su esfera. Inicialmente se utilizaba el diseño del Tank de 1920 con sus emblemáticos números romanos, pero también se creó alguna versión con índices en forma de números árabes, como es el Tank de Fred Astaire que podemos ver en la imagen inferior.

Cartier Tank Cintrée

Tank Cintrée – Cartier Londres, 1929
Fabricado por Jaeger para EWC. Firma Cartier a las doce horas. Caja cimbrada en oro satinado. Corona perlada con cabujón de zafiro. Correa de piel, hebilla desplegable en oro amarillo y rosa. Esfera cimbrada blanca con números árabes luminiscentes, minutería interna tipo ferrocarril. Agujas tipo esqueleto luminiscentes.
En el reverso de la caja se puede leer la inscripción: Felix from Fred ’29. Este reloj Tank, adquirido por Fred Astaire en 1929, forma parte de la Colección Cartier desde 1988.
N. Welsh, Collection Cartier © Cartier

 

1922 – Tank Chinoise

Desde una óptica purista, el Tank Chinoise es probablemente el más transgresor de todos los Tank. Ello se debe a que es el único en el que las angarillas pierden su predominancia y por tanto toda emulación visual de las orugas de un tanque. Podríamos decir que es el único Tank en el que nadie, ni la más imaginativa de las personas, puede apreciar que su diseño se inspire en un tanque.

Las culpables de esta transgresión son lo que podríamos denominar dos falsas angarillas, con el mismo grosor y dispuestas sobre las originales, que emulando a estas, tambien sobresalen con respecto a la caja. Aunque sobresalen algo menos, la primera impresión visual es que el conjunto de la caja del Chinoise es totalmente cuadrada

Paradójicamente, la esfera es prácticamente idéntica a la del Tank original de 1917. Su forma totalmente cuadrada, indices, números romanos e incluso la forma tipo pomo de las agujas son indistinguibles del primer Tank.

Según Cartier, el diseño de este Tank, especialmente las barras horizontales que se instalan sobre las angarillas, se inspira en la arquitectura tradicional de los templos chinos, una cultura exótica muy de moda en el occidente de los años 20.

Cartier Tank Chinoise

Tank Chinoise – Cartier, 1930
Caja en oro satinado y pulido. Corona perlada, con cabujón de zafiro. Correa de piel, hebilla ardillón. Esfera cuadrada color crema con números romanos, minutería interna tipo ferrocarril. Agujas en acero azulado en forma de pomo.
N. Welsh, Collection Cartier © Cartier

 

1922 – Tank Louis Cartier

Con el reloj Tank Louis Cartier, se consolida la elección de la geometría rectangular, tanto para la caja como para la esfera. Los ángulos se suavizan y la redondez predomina en todos su elementos. Particularmente es mi Tank favorito, especialmente por la sutileza de las proporciones de todos sus elementos. Se mantiene más que nunca la misión estética de las angarillas, pero su grosor, aunque predominante, es el perfecto para no llegar a otorgarle un aire excesivamente tosco.

La esfera, tambien ligeramente rectangular, mantiene todos los códigos estéticos de la versión original. El Louis Cartier es el único Tank que ha sobrevivido desde su creación en 1922 hasta nuestros días, aunque evidentemente ha sufrido ligeras y sutiles variaciones a lo largo de todos estos años. Una prueba de ello la podemos observar en la imagen inferior, en la que vemos que el modelo del año 44 sustituye las agujas tipo pomo por otras tipo bastón. El logotipo Cartier también se moderniza.

La última evolución de este Tank la ha presentado Cartier en el reciente SIHH 2012. Este Louis Cartier XL, que ya hemos presentado en un anterior artículo, a pesar de su clasicismo y fidelidad con el original, es desde mi punto de vista una de las novedades más atractivas del salón ginebrino de este año.

Cartier Tank Louis Cartier

Tank Louis Cartier – Cartier, 1925 (izquierda)
Firma Cartier a las 12 horas. Caja en platino pulido y satinado. Corona perlada con cabujón de zafiro. Hebilla desplegable en oro blanco. Esfera blanca con números romanos. Agujas de acero azulado en forma de pomo.
N. Welsh, Collection Cartier © Cartier
Tank Louis Cartier – Cartier Paris, 1944 (derecha)
Fabricado por Jaeger. Firma Cartier a las doce horas, Swiss a las seis horas. Caja en oro satinado y pulido. Corona perlada, con cabujón de zafiro. Correa de piel, hebilla ardillón. Esfera rectangular blanca con números romanos, minutería interna tipo ferrocarril. Ajugas de acero azulado en forma de bastón.
E. Sauvage © Cartier

 

1928 – Tank à Guichets

El primer y único Tank digital que se ha creado. Con el término digital no me refiero al que erroneamente se asocia con un movimiento de cuarzo, sino a la indicación de horas y minutos mediante dígitos, omitiendo las típicas agujas.

A pesar de su esfera totalmente opaca, de la que tan solo son visibles las ventanillas de horas y minutos, este Tank a Guichets conserva la predominancia visual de sus angarillas laterales, y por tanto su diseño básico. Otro elemento atípico es su corona, que se ubica a las 12 y que en el modelo de la imagen carece del típico cabujón de zafiro.

Visualmente, el conjunto de la caja y su acabado satinado hacen de este Tank el más robusto de cuantos se han creado.

Cartier Tank à Guichets

Tank à Guichets – Cartier Paris, 1928
Caja en oro satinado y pulido. Corona plana muescada a las doce horas. Correa de piel, hebilla desplegable en oro amarillo y rosa. Visualización en dos ventanillas, números árabes para las horas, minutería tipo ferrocarril con números árabes de 5 en 5.
N. Welsh, Collection Cartier © Cartier

 

1932 – Tank Basculante

Casualmente, o no, este Tank Basculante casi coincide en el tiempo con el también icónico Reverso de Jaeger-LeCoultre. De hecho solo le separa un año del primer Reverso lanzado en 1931. Más que tratarlo de intento de copia, creo más en el factor de la amistad que unía a Louis Cartier con Edmund Jaeger. También se podría decir que Jaeger se inspiró en el Tank para diseñar la geometría de la caja e incluso la esfera de su Reverso. Sea como fuere, el resultado es positivo, ya que ambos tomaron lo mejor del otro.

Una vez asentado en la sociedad el concepto de reloj de pulsera, la finalidad de la caja giratoria o reersible es la misma tanto en el Tank basculante como en el Reverso: la de proteger el reloj de impactos derivados de actividades rudas, ya sean bélicas o deportivas.

Aunque el objetivo de ambos relojes es el mismo, la forma de implantarlo es muy distinta, casi se podría calificar de geométricamente opuesta. Mientras en el reverso la caja bascula en el eje horizontal, en el Tank lo hace en el vertical. Además de su función estética, las angarillas del Tank sirven como base y soporte de todo el mecanismo por el que bascula la caja.

La esfera, por sus índices parcialmente curvados a las 12 y a las 6, nos recuerdan al Tank Cintrée del que ya hemos hablado. Por lo demás, conserva todos sus rasgos típicos, como puedan ser los números romanos y las agujas azuladas, en este caso con forma tipo Pera Stuart.

Cartier Tank Basculante

Tank reversible basculante – Cartier Paris, 1936
Firma Cartier a las doce horas, France a las seis horas. Caja rectangular en oro satinado y pulido que pivota alrededor de un eje seis horas-doce horas en un marco de oro satinado y pulido. Corona plana muescada a las doce horas. Asas pico de águila, correa de piel, hebilla desplegable en oro amarillo y rosa. Esfera rectangular en plata graneada con números romanos, minutería interna tipo ferrocarril. Agujas de acero azulado en forma de pera Stuart.
N. Welsh, Colección Cartier © Cartier

Tank de Cartier Basculante 1936

Tank basculante – Cartier Paris, 1932
Caja en oro amarillo. Corona plana muescada a las doce horas. Correa de piel, hebilla desplegable en oro amarillo. Números romanos para las horas, minutería tipo ferrocarri .
N. Welsh, Collection Cartier © Cartier

1936 – Tank Asymétrique

A pesar de romper prácticamente todos los códigos del Tank, este Asymétrique conserva ligeramente la imagen de asociación visual angarillas-orugas, aunque eso sí, tendremos que imaginar un tanque blindado más de «pasarela» que de campo de batalla.

Cartier Tank Asymetrique 1936Se puede decir que en el resto, salvo la forma rectangular, todo parecido con el original es pura coincidencia. Probablemente es el Tank donde Cartier ha dejado expresar al máximo su creatividad. Aun y casi perdiendo toda genética, el resultado estético me parece sumamente original y elegante.

Hay algún otro caso de relojes con el sentido de las indicaciones de la esfera desplazado con respecto a lo habitual, pero Cartier además altera el sentido geométrico de la caja con su oblicuidad. Los números romanos desaparecen y se recurre a una tipografía árabe con un diseño típico de la época. Tambien desaparecen los índices de los minutos. Se podría decir que lo único que se mantiene es el cabujón de zafiro en la corona.

El sentido de este diseño lo podemos interpretar como creatividad y originalidad puras o, como es el caso de otros relojes parecidos, de pura funcionalidad destinada a conservar la misma dirección de lectura cuando el conductor de un automóvil sujeta el volante.

Del Tank Asymétrique, Cartier ha realizado a lo largo del tiempo diversas variantes o versiones, entre ellas el «Oblique» que podemos ver debajo de estas lineas.

Cartier Tank Oblique

Tank Oblique – Cartier Londres, 1963
Caja en oro satinado y pulido. Corona de cuerda octogonal, un zafiro facetado. Correa de piel, hebilla desplegable en oro amarillo y rosa. Esfera en forma de rombo en ángulo de 45 grados, números árabes e índices alternados. Agujas en acero azulado en forma de espada.
N. Welsh, Colección Cartier © Cartier

 

1952 – Tank Rectangle

Decididamente Opulento. En este Tank Rectangle, por primera vez, se ensancha el bisel de la caja hasta adquirir un grosor que equivale al de las angarillas. El resultado estético es un Tank muy robusto, casi emulando al Tank à Guichets.

En esta caso las indicaciones son convencionales ya que se conservan fielmente los índices tipo ferrocarril y los números romanos del Tank original. Un cambio significativo es que, también por primera vez, se prescinde del fondo blanco de la esfera y se opta por un dorado que se integra visualmente con la caja, aumentando si cabe su aspecto de bloque robusto.

Cartier Tank Rectangle

Tank Rectangle (modelo grueso) – Cartier Paris, 1952
Fabricado por Jaeger. Firma Cartier a las doce horas, Swiss Made a las seis horas. Caja en oro satinado y pulido, angarillas en oro pulido. Corona de cuerda octogonal, un zafiro facetado. Correa de piel, hebilla desplegable en oro amarillo y rosa. Esfera rectangular dorada satinada con números romanos, minutería interna en ferrocarril. Agujas doradas en forma de espada.
N. Welsh, Colección Cartier © Cartier

 

1960 – Tank Allongée

El Tank Allongée toma unas proporciones rectangulares muy parecidas a las del Tank Cintrée de 1921. Por lo demás se parecen poco, ya que su caja es plana y utiliza número romanos para indicar las horas. En este modelo también desaparecen los índices tipo ferrocarril para indicar los minutos.

Se trata de un modelo muy estilizado y de dimensiones reducidas, destinado principalmente al público femenino. Se realizan algunas variantes con diamantes engastados en las angarillas.

Cartier Tank Allongée

Tank Allongée – Cartier Londres, 1974
Firma Cartier a las doce horas, London a las seis horas. Caja en oro satinado y pulido, angarillas en oro pulido. Corona de cuerda perlada, un cabujón de zafiro. Correa de piel, hebilla hebijón. Esfera rectangular color crema con números romanos. Agujas en acero azulado en forma de espada.
Inscrito en los archivos de la Maison con el nombre Elongated JJC Tank; JJC son las iniciales de Jean-Jacques Cartier, hijo de Jacques Cartier.
E. Sauvage © Cartier

 

1977 – Tank Must de Cartier

El revuelo creado por Cartier en los años 70 con su estética Must también llega al Tank. El resultado, en mi opinión, es el Tank menos agraciado de cuantos se han creado. Del código estético del Tank original solo conserva la geometría de su caja, prácticamente identica en proporciones y formas al Tank Louis Cartier.

Se realizan numerosas variantes en el color de la esfera de este Must, que quieren evocar los materiales preciosos utilizados en joyería: ónice, coral, marfil, lapislázuli, carey y granate. El resultado estético varía mucho en función de cada una de estas versiones. Si tomamos como ejemplo el reloj de la imagen inferior, el rojo de su esfera es ciertamente atractivo, casi espectacular, pero por el mismo motivo pierde gran parte de la discreción inherente a un reloj Tank. Ello le penaliza gravemente en una de las mayores cualidades de este icono de la relojería: su versatilidad.

Por encima de cuestiones tonales en la esfera, mi mayor crítica de este Must es la total ausencia de índices, ni siquiera encontramos los más báscios de las horas. El gran mérito de Cartier ha sido y es saber aunar funcionalidad con creatividad, sin que nunca el segundo concepto penalice al primero. El Tank Must es una evidente excepción a esta regla, aunque para la clientela poco relojera este puede ser un parámetro casi superfluo. De hecho, este Must fue uno de los mayores éxitos comerciales de la historia del Tank.

Tank Must de Cartier

Tank Must de Cartier – Cartier, 1977
Firma Must de Cartier a las doce horas, doble C entrelazada y Swiss a las seis horas. Caja en vermeil satinado y pulido, angarillas en vermeil pulido. Corona de cuerda perlada, un cabujón de espinela azul. Correa de piel, hebilla desplegable. Esfera rectangular en laca color coral. Agujas doradas en forma de espada.
N. Welsh, Colección Cartier © Cartier

 

1987 – Tank Américaine

Diseñado en 1987 y lanzado en 1989, el reloj Tank Américaine es el más claro descendente del Tank Cintrée. De él hereda la forma curva de la caja, pero gracias a los avances de la tecnología, consigue que además sea hermética, algo sumamente difícil de obtener cuando nos apartamos de un cuerpo plano.

Además de las proporciones y la geometría de la caja, también conserva la forma de los índices tipo ferrocarril, curvados en las zonas norte y sur. Las agujas siguen la forma de espada de los últimos Tank, pero en este caso son más finas que nunca, contrastando en su delicadeza con el caracter robusto de su caja.

Cartier Tank Américaine

Tank Américaine – Cartier, 1993
Firma Cartier a las doce horas, Swiss a las seis horas. Caja cimbrada en oro satinado, angarillas en oro satinado y pulido, hermético hasta 30 metros. Corona de cuerda octogonal, un zafiro facetado. Correa de piel, hebilla hebijón. Esfera rectangular cimbrada blanca con números romanos, firma secreta Cartier en una barra del VII, minutería interna en ferrocarril. Agujas en acero azulado en forma de espada.
N. Welsh, Colección Cartier © Cartier

 

1996 – Tank Française

Probablemente el Tank más fiel en sus códigos genéticos al Tank original. Junto con el Chinoise, este Tank Française es el único que conserva la geometría cuadrada de la esfera del modelo de 1917. Todos los demás rasgos estéticos siguen presentes: angarillas predominantes, números romanos para indicar las horas e índices tipo ferrocarril para los minutos. Lo único que difere son las agujas tipo espada que siguen la linea de todos los Tank creados desde el Asymétrique de 1936.

La gran originalidad de este Tank Française es conjuntar todos estos códigos originales con una caja arqueada y con un brazalete que se integra a la perfección en ella a través de sus angarillas laterales.

Junto con el Louis Cartier, el Française es la versión que más y mejor optimiza la vocación de versatilidad de un reloj Tank.

Cartier Tank Française

Tank Française, modelo pequeño – Cartier, 1996
Firma Cartier a las doce horas, Swiss Made a las seis horas. Caja arqueada en oro satinado y pulido, angarillas en oro pulido, hermético hasta 30 metros. Corona octogonal con cabujón de zafiro. Brazalete de eslabones en oro pulido, triple cierre desplegable en oro amarillo y rosa. Esfera cuadrada plata graneada con números romanos, firma secreta Cartier en una barra de la X, minutería interior con índices.Agujas de acero azulado en forma de espada.
N. Welsh, Colección Cartier © Cartier

 

2002 – Tank Divan

Aparte del nuevo Tank Anglaise presentado este año, el Diván es la más reciente variación del este reloj legendario. Para la ocasión, Cartier decide destapar el tarro de las esencias e invierte la proporción geométrica rectangular de la mayoría de los Tank. Ahora la parte más larga de la caja y esfera es la horizontal.

Esta opción, que curiosamente no se ha implantado hasta hace muy poco en los relojes de forma, es la más lógica desde el punto de vista funcional. Permite aumentar el tamaño de la caja y consecuentemente de la esfera, sin que ello penalice a los usuarios con muñecas de reducido tamaño. La consecuencia es que se puede proporcionar una mayor legibilidad sin penalizar la comodidad ni la ergonomía del reloj.

Los índices, del tipo ferrocarril, heredan la forma del Américaine y del Cintrée con su forma curvada en los extremos, aunque en este caso, siguiendo la lógica estética, se aplica en el eje horizontal. Se mantienen los número romanos y las agujas azuladas tipo espada.

Cartier Tank Divan

Tank Divan, modelo grande – Cartier, 2003
Caja en oro amarillo de 18 quilates. Corona octogonal en oro amarillo y cabujón de zafiro. Correa de piel de aligátor mate color marrón. Hebilla hebijón en oro amarillo. Esfera guilloché con números romanos. Manecillas en acero azulado en forma de espada. Cristal de zafiro resistente a los arañazos. Hermeticidad: 30 metros / 100 pies / 3 bares. Movimiento automático calibre Cartier 120, funciones horas, minutos y segundos.
J.L Drigout © Cartier

 

Hasta aquí la primera parte de los artículos dedicados a este Legendario reloj creado por Cartier en el año 1917. Habréis observado que en diversas ocasiones incido en la versatilidad del Tank. Para mi, esta es una de las cualidades que más valoro en un reloj. Si el posible comprador no es coleccionista ni entusiasta de los relojes mecánicos, como sí es mi caso, este cualidad se convierte en fundamental. Es una virtud irrenunciable para quien solo posea un reloj de calidad.

Muy pocos relojes representan tan bien como el Tank la polivalencia desde el punto de vista estético de un reloj. La mejor forma de demostrarlo es observar a usuarios de muy distinta personalidad y carácter luciendo un Tank en su muñeca. Esto lo plasmaremos en la segunda parte de este monográfico sobre el Tank de Cartier, en el cual publicaremos numerosas imágenes de personajes públicos de toda índole y de todas las épocas con su Tank. Veréis que una vez más, una imagen, en este caso serán muchas, vale más que mil palabras.

Tank de Cartier – la versatilidad intemporal

 

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Patek Philippe Nautilus: la evolución, de 1976 a 2012 https://watch-test.com/patek-philippe/patek-philippe-nautilus-la-evolucion-de-1976-a-2012/ https://watch-test.com/patek-philippe/patek-philippe-nautilus-la-evolucion-de-1976-a-2012/#comments Thu, 05 Jan 2012 09:14:00 +0000 https://watch-test.com/?p=362 En esta segunda parte del artículo sobre el legendario Patek Philippe Nautilus trataremos su evolución desde el primer 3700/1A de 1976 hasta nuestros días. Omitiré entrar en detalle sobre los modelos de oro, ya que tal y como comenté en la primera parte, una de las características especiales de este Patek Philippe “deportivo” era y es el [...]

La entrada Patek Philippe Nautilus: la evolución, de 1976 a 2012 se publicó primero en Watch Test.

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En esta segunda parte del artículo sobre el legendario Patek Philippe Nautilus trataremos su evolución desde el primer 3700/1A de 1976 hasta nuestros días. Omitiré entrar en detalle sobre los modelos de oro, ya que tal y como comenté en la primera parte, una de las características especiales de este Patek Philippe “deportivo” era y es el estar realizado en acero.

Esta evolución no ha sido ni mucho menos lineal, incluso podríamos decir que en algunos momentos ha sido desconcertante. Analizando los modelos que suceden o conviven con el primer “Jumbo” (apelativo cariñoso que hace referencia a su tamaño inhabitual para la época), se desprende que el grado de confianza o interés de Patek Philippe en su revolucionario modelo sufre altibajos un tanto erráticos, hasta llegar a la consolidación definitiva que se ha producido en años recientes.

 

Fechas clave en la evolución del Nautilus

1976 – Presentación del primer Nautilus, apodado Jumbo (ref. 3700/1A). Cese de producción en 1990.

1981 – Lanzamiento del modelo mediano (ref. 3800/1A ). Cese de producción en 2006.

1981 – Lanzamiento del modelo femenino. (ref. 4700/1A). Cese de producción en 2006.

1998 – Relanzamiento del Jumbo. Modelo con indicador de reserva de marcha IZR (ref. 3710/1A). Cese de producción en 2006.

2004 – Lanzamiento del modelo Jumbo en oro blanco (ref. 3711/1G). Cese de producción en 2006.

2005 – Lanzamiento del primer Nautilus con caja grande y tres complicaciones (ref. 3712/1A). Cese de producción en 2006.

2006 – Lanzamiento de la una nueva colección totalmente rediseñada.

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El Patek Philippe Nautilus Nautilus “Jumbo” originó reacciones contrapuestas desde su creación. Había clientes habituales de Patek Philippe que lo rechazaban por su transgresión a los modelos habituales de la firma ginebrina. Otros se entusiasmaban por su modernidad. Lo que parece claro es que el interés general fue creciente, lo que llevo a Patek, en 1981, a lanzar dos modelos derivados del primer 3700/1A: el 3800/1A y el 4700/1A.

La diferencia de ambos modelos con el “Jumbo” original era su tamaño, que en ambos se veía reducido. Un hecho un tanto atípico, ya que precisamente el tamaño era uno de los grandes atractivos para muchos clientes. Parece que Patek Philippe quiso contentar a todo el mundo, desde los defensores del concepto inicial en todos sus aspectos, hasta incluso la clientela femenina, pasando por quien se sentía atraído por un reloj de lujo realizado en acero pero intimidado por su tamaño.

Patek Philippe Nautilus 3710/1A

Nautilus 3710/1A

A este último grupo se destino el 3800/1A, que mantenía todas las características del 3700/1A, pero que decrecía en su tamaño hasta los 37,5 mm de diámetro. Simultáneamente se lanzó la referencia 4700, de tan solo 29 mm, equipado con un movimiento de cuarzo y destinado al público femenino. El Jumbo convivió en el mercado con sus hermanos menores hasta 1990, año en el que de forma un tanto inexplicable cesó su producción.

En 1998 parece que Patek Philippe recobra la confianza en el modelo original, o bien el mercado se lo demanda, y relanza de nuevo el Jumbo. Además introduce un nuevo modelo, también de tamaño “Jumbo”, pero con complicaciones adicionales. Si hasta ahora todos los Nautilus se limitaban a las funciones básicas de horas, minutos, segundos y fechador, el nuevo modelo de referencia 3710/1A le añade un indicador de reserva de marcha pero omite el segundero.

Además, el 3710/1A también omite los índices rectangulares de las horas y los substituye por números romanos. Una decisión que a mi parecer y a la de muchos incondicionales de Patek les parece una incongruencia. No se trata tan solo de un cambio estético poco acorde con un reloj deportivo, sino que la rápida legibilidad que ofrecían los índices del 3700/1A se va al traste.

En 2005, el Patek Philippe Nautilus Nautilus da uno de los pasos más significativos en su futura evolución con el 3712/1A. Este nuevo reloj parece tomar todos los elementos positivos y característicos del primer Nautilus y los lleva más allá. Se trata de un modelo con caja de tamaño original pero cuyas funciones le permiten ostentar el calificativo de “complicado”, algo inherente a Patek Philippe desde su fundación. Así, a las funciones habituales del “Jumbo” se les añade una indicación de reserva de marcha, un fechador por aguja y una indicación de fases lunares.

Patek Philippe Nautilus 3712/1A

Nautilus 3712/1A

Evidentemente, todas estas funciones requieren un calibre distinto del 315SC y se recurre al idolatrado calibre 240 PS IRM C LU. La característica más importante de este mecanismo es que utiliza un pequeño rotor descentrado para cargar su automatismo. Al estar dicho rotor a la misma altura que los distintos puentes, le permite añadir complicaciones adicionales  manteniendo el mismo grosor.

En este nuevo 3712/1A, los segundos ya no son centrales y pasan a indicarse mediante un pequeño segundero ubicado entre las 4 y las 5 horas. Afortunadamente se retoman los índices horarios originales, aunque al igual que las agujas, aumentan su tamaño, especialmente su grosor. Pero lo más rompedor de este nuevo modelo es que desecha la famosa caja en dos partes para recurrir a una nueva y convencional de tres piezas con fondo roscado. Ello le permite montar en dicho fondo un cristal de zafiro que permite contemplar el mecanismo.

Solo un año más tarde descubriríamos que estas modificaciones en la esfera y en la caja del 3712 probablemente eran un test de mercado antes de lanzar la primera evolución general y trascendente en la historia del Nautilus. Esta mini-revolución llegaría en el año 2006.

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2006 – El nuevo Nautilus

Conmemorando el 30 aniversario del Nautilus, Patek Philippe decide actualizar la colección en su totalidad. Así, todos los modelos que hemos  descrito con anterioridad desaparecen del catálogo y son sustituidos simultáneamente por nuevos Nautilus. Se mantienen todas su referencias, pero la primera cifra pasa del 3 al cinco. Así nacen el 5700/1A, 5800/1A y 5712/1A. Este último es el sustituto del anteriormente mencionado 3712/1A, que por tanto solo sobrevive 1 año en el mercado. Ello reafirma la teoría de que fue un modelo lanzado con la clara finalidad de analizar la reacción del mercado ante cambios significativos con respecto al modelo original de 1976. Por otra parte, como es habitual en Patek Philippe, la corta vida y por tanto escasa producción del 3712 hacen que su valor en el mercado se triplique de forma instantánea.

Patek Philippe Nautilus despiece

despiece del nuevo Nautilus

Partiendo de la base del 3712, todos los nuevos modelos sustituyen la caja monocasco por una realizada en tres partes, lo que permite exhibir sus mecanismos. La principal función de la caja original, que era obtener una gran hermeticidad, se mantiene ya que la evolución en los materiales de las juntas así lo permite. Así, desde el año 2006 hasta hoy en día, los Nautilus cuentan con un fondo transparente al tiempo que mantienen su hermeticidad de 12 bares.

Patek Philippe conserva el mismo sistema de cierre por bisagras para la sujeción del bisel. No obstante, dichas bisagras ya no son rectilíneas como antes, sino ligeramente convexas siguiendo la curva del bisel. Un detalle que tiene como consecuencia que la anchura objetiva del nuevo Nautilus aumente en 1 mm con respecto al original, aunque medido en sentido vertical su diámetro sigue siendo el mismo.

El modelo de tamaño mediano, el 5800/1A, es objeto de los mismos perfeccionamientos en materia de diseño, pero sigue ostentando la construcción clásica de dos piezas con fondo/carrura monocasco y bisel.

Patek Philippe Nautilus 5711/1A

Nautilus 5711/1A

La estrella de la nueva colección es el sobrio y purista 5711/1A, descendiente directo del 3700 original. Al igual que este, proporciona unas funciones prácticas y “simples”: horas, minutos, segundero central y calendario por ventanilla situado a las 3 horas. Como hemos comentado en la primera parte de este artículo, inicialmente se equipó al 3700 con el calibre automático 315 SC para posteriormente ser reemplazado por el 324 SC, que es el que utiliza en la actualidad.

El 3712/1A del 2005 también se encarna en un descendiente, denominado ahora 5712/1A. En este caso, el calibre no cambia y sigue siendo el mismo 240 PS IRM C LU, con su célebre mini-rotor descentrado, lo que le permite mantener un mínimo grosor, más aun si tenemos en cuenta las tres complicaciones que alberga.

Si bien todos estos cambios en la colección pueden considerarse casi una revolución en términos Patek Philippe, la guinda del pastel y la clara muestra de la confianza de Patek en el concepto Nautilus, la constituye la adición de un nuevo modelo con una función inédita en esta colección: el cronógrafo de referencia 5980/1A.

Patek Philippe Nautilus 5980/1A

Nautilus 5980/1A

Un año antes, en el 2005, Patek Philippe había lanzado su calibre de cronógrafo automático de manufactura, el CH 28-520 IRM QA 24H. Este mismo calibre en su variante 28-250 C es el que se instala en el nuevo Nautilus Chronographe. Este calibre cuenta con una sofisticada arquitectura de rueda de pilares y embrague vertical, pero además aporta la función  flyback, la cual permite realizar dos mediciones consecutivas sin prácticamente perder un instante. Otra de las innovaciones de este moderno movimiento de cronógrafo es la de recurrir a un innovador sistema de monocontador para indicar el las horas y los minutos medidos por el cronógrafo.

Este movimiento va dotado de un mecanismo de cronógrafo inédito, que prescinde del sistema tradicional de tres ruedas dentadas y acciona la puesta en marcha y parada del cronógrafo por medio de un embrague de discos vertical. Dado que este sistema funciona prácticamente sin rozamiento, y por lo tanto con el mínimo consumo de energía, se puede utilizar de forma continua la aguja trotadora del cronógrafo como segundero habitual.Con sus 44 mm de ancho (contando las orejas), el cronógrafo es hasta el momento el Nautilus de mayor tamaño de la colección. Con este 5980/1A, ya nadie podrá criticar la falta de la función más deportiva en el más deportivo de los Patek Philippe.

 

Los cambios en la colección Patek Philippe Nautilus 2006

  • Caja de nueva construcción (en tres partes en lugar de dos), con fondo y corona atornillado
  • Bisagras redondeadas convexas
  • Fondo de cristal de zafiro para todos los modelos de la colección
  • Corona más grande para todos los modelos
  • Agujas más largas y gruesas para todos los modelos
  • Indices de las horas más gruesos del 5711 con respecto del Jumbo original
  • Forma actualizada de los índices para cada posición, en función del trazado del bisel octogonal
  • Pequeños cambios en las proporciones del brazalete
  • Cajas ligeramente más grandes:
    Tamaño mediano (ref. 5800): pasa de 37.5 mm a 38.4mm
    Tamaño Jumbo (ref. 5711): pasa de 42 mm a 43 mm
    Tamaño del Cronógrafo (ref. 5980): 44 mm
  • Cajas ligeramente más gruesas:
    Tamaño mediano (ref. 5800): pasa de 7.60mm a 7.85mm
    Tamaño Jumbo (ref. 5711): pasa de 7.60mm a 8.30mm
    Fases de Luna: pasa de 8.37mm (ref. 3712) a 8.52mm (ref 5712)
  • Nueva complicación: Nautilus cronógrafo flyback automático (ref. 5980/1A)

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Nautilus 5980/1A esfera negra

En estos últimos cinco años se han lanzado al mercado nuevos Patek Philippe Nautilus, realizados en distintas variantes de oro blanco, rosa y amarillo, todos ellos con correa de aligator. Pero los modelos Nautilus en acero presentados en el 2006 se mantienen inalterados hoy en día. También se lanzó en el 2009 una completa y nueva colección femenina. Pero como ya he comentado, este tipo de Nautilus no son el objeto de este artículo y posiblemente les dediquemos uno específico en un futuro.

Desde el año 2006, el único cambio menor aunque significativo en los modelos de acero, ha sido la adición en 2010 de una variante del cronógrafo 5980/1A con esfera de color negro. Un detalle menor pero trascendente, es que el fondo del fechador de esta nueva esfera es también negro y cuenta con un fino ribete blanco. Así, se trata del primer Nautilus desde su creación cuyo fechador no es blanco. Afortunadamente esta nueva versión convive con la clásica y camaleónica esfera azul, la cual ha sido desde un inicio uno de los signos identitarios del Patek Philippe Nautilus. Quizás se trate de un nuevo test de mercado, tal como hizo Patek Philippe con el 3712/1A. El tiempo lo dirá.

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Solo para connoisseurs

La producción del Nautilus, en cualquiera de sus variantes, siempre ha sido extremadamente reducida. El promedio actual de Nautilus que llegan a cada uno de sus distribuidores oficiales no llega a las tres piezas anuales. En una de mis visitas a la manufactura Patek Philippe pregunté sobre la intención o posibilidad de aumentar la producción anual de relojes. La respuesta no pudo ser más atípica ni sincera: “Si por nosotros fuera doblaríamos de inmediato la producción. Si no lo hacemos es porque no contamos con el suficiente personal cualificado para que la calidad final del producto no se vea afectada”.

La muy especial genética del Nautilus dentro de la filosofía de Patek Philippe, junto con su escasa disponibilidad, hacen que se al reloj más deseado por los amantes de la Alta relojería. Las listas de espera se cuentan por años, e incluso así, solo los clientes más importantes y habituales son incluidos en ellas. Ello ha originado un curioso fenómeno de demanda insatisfecha y, porque no decirlo, de especulación. El coleccionista de Patek Philippe ya sabe y asume, que aun y en el difícil supuesto de que la marca “admita” venderle una repetición de minutos, deberá esperar en una lista un mínimo de 3 años. Pero una espera similar para un “simple” reloj de acero, ya es más difícil de asumir, especialmente para los nuevos aspirantes, habituados a la disponibilidad inmediata de las piezas que han adquirido. Si su ansiedad no permite tales esperas o inseguridades, la única solución es acudir al mercado paralelo y pagar un enorme sobreprecio sobre el recomendado de tarifa.

Patek Philippe Nautilus advertising

El gran público anhela poder presumir algún día de un Rolex en su muñeca, un símbolo de lujo y exclusividad, aunque paradójicamente su producción anual ronda el millón de ejemplares. Un gran volumen de clientes se decantan por los modernos y gigantescos relojes deportivos que inundan los catálogos de casi todas las marcas. Pero el coleccionista, el auténtico aficionado a la Alta Relojería, en suma, el “connoisseur”, cuando se refiere a un reloj deportivo solo tiene un anhelo, y este se llama Nautilus. Solo él y un reducido número de personas conocen lo que representa y lo que hay detrás del discreto reloj que luce en su muñeca, y así lo prefiere.

PARTE 1 – Patek Philippe Nautilus: hijo pródigo de los años 70, objeto de culto del siglo XXI

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Durante siglos, las grandes firmas habían competido por crear nuevas complicaciones, o por implementar varias de ellas en un reloj de pulsera. La precisión también había sido un importante caballo de batalla y de marketing, enfrentándose en los diversos concursos de cronometría con el fin de acumular galardones y atraer con ellos a nuevos clientes. No podemos olvidar tampoco el constante perfeccionamiento de los acabados de cada una de las piezas del reloj, uno de los aspectos que diferencian a los grandes de los no tan grandes.

Pero lo que ocurrió en 1972, de la mano del diseñador Gerald Genta, no tuvo nada que ver con esto. No fue una innovación técnica ni una mejora en procesos o calidades. Fue un cambio radical de concepto en lo que que sería a partir de entonces el reloj de pulsera: El reloj de lujo diseñado para ser utilizado en casi cualquier ocasión sin riesgo de ser dañado. Este camino ya iniciado años antes por Rolex con su Submariner, pero Patek Philippe, Audemars Piguet y Vacheron Constantin, el triunvirato que había reinado durante siglos la Alta Relojería, se mantenía inamovible, centrado en perfeccionar sus relojes de oro con pulsera de piel.

El nacimiento del Patek Philippe NautilusCuando en 1972 Audemars Piguet recurrió a Gerald Genta para diseñar el primer Royal Oak, ni la misma empresa era consciente del fenómeno que acababa de iniciar. Supongo que la clave del éxito se debió a una mezcla de intuición y de observación del entorno. La Alta Sociedad, los clientes naturales de estas marcas, estaba cambiando su modo de vida de forma radical. Ya se estaba convirtiendo en habitual, incluso en moda, que los personajes de alcurnia practicaran regularmente el deporte y las actividades de aventura, unas actividades nada recomendables para los delicados relojes de oro y sus correas de aligator. Casi se puede afirmar que el primer Royal Oak “Jumbo” fue un reloj experimental, lanzado inicialmente en una serie muy corta para prevenir un posible rechazo de los clientes habituales de la marca. inesperadamente se produjo el fenómeno contrario y no solo estos clientes “de toda la vida”, sino un gran número de nuevos compradores convirtieron al Royal Oak en objeto de deseo y de prestigio.

¿En que consistía este cambio tan radical de concepto?. Se podría resumir en tres términos: acero, pulsera integrada y hermeticidad. Hasta la fecha, salvo alguna rara y corta edición especial, ninguna de las grandes marcas había utilizado en sus relojes metales que no fueran nobles, y el acero quedaba relegado para firmas de producción menos artesanal y exquisita. El problema es que estos metales nobles se caracterizan por su escasa dureza, indefensos ante los impactos y roces inevitables en la práctica de ciertas actividades. La pulsera de piel, a pesar de su gran elegancia, se deteriora y llega a partirse, originando con ello la caída y daño del reloj, o aun peor, su pérdida. En cuanto a la hermeticidad, la mayoría de relojes de lujo eran simplemente “resistentes a la humedad” o como mucho alcanzaban los 3 bares.

Nautilus 3700/1A

Nautilus 3700/1A
imagen propiedad de Antiquorum

El nuevo Royal Oak estaba realizado íntegramente en acero. Su pulsera, también en acero, ya no era un accesorio de la caja, sino que estaba diseñada para ser totalmente integrada en ella. Finalmente, su hermeticidad alcanzaba uno eficientes 5 bares.

Patek Philippe, el rey entre reyes, no podía quedarse mucho tiempo cruzado de brazos. No solo era una cuestión de negocio, sino que su prestigio podía verse afectado. Incluso su inmaculada imagen, clásica pero innovadora, podía quedar relegada al peligroso concepto de “demodé”. Pero la decisión no era fácil. Patek Philippe no podía limitarse a copiar el Royal Oak, aunque tampoco podía alejarse mucho de un concepto y diseño que había triunfado de forma tan espectacular. La respuesta fue la más pragmática posible.

Patek Philippe Nautilus 3700/1A frontPatek Philippe recurrió a Gerald Genta, el mismo diseñador que había creado el Royal Oak. Creó un reloj que también era de acero, también constaba de una pulsera metálica integrada y también alcanzaba unos niveles de hermeticidad superiores a lo habitual en relojes de lujo. Incluso la forma de su bisel también huía de la típica forma redonda para seguir la geometría octogonal del Royal Oak. La diferencia, es que Patek Philippe llevo estos cuatro conceptos a niveles mucho más extremos y complejos. Así nació el legendario Nautilus, cuya primera referencia fue 3700/1A.

La caja del primer Nautilus medía 42 mm de diámetro por 7,60 mm de grosor. Solo con estas dos cifras ya se había alcanzado el primer objetivo. Un reloj más grande de lo habitual, pero que mantenía el escaso grosor de sus hermanos clásicos de oro.

La consecuencia de ello a nivel práctico y estético, es un reloj con bisel más grueso, que mantiene la legibilidad y que gracias a su finura no pierde la elegancia inherente a cualquier Patek Philippe. Pero estos logros no se alejaban de los conseguidos por Audemars Piguet con su Royal Oak. Había que hacer algo más y aquí es donde Patek Philippe puso toda la carne en el asador.

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Omega Speedmaster Professional: The Moon Watch https://watch-test.com/omega/legendario-omega-speedmaster-professional-the-moon-watch/ https://watch-test.com/omega/legendario-omega-speedmaster-professional-the-moon-watch/#comments Wed, 21 Dec 2011 08:00:00 +0000 https://watch-test.com/?p=378 Se podría decir que es el reloj que más lejos ha viajado de la historia y su destino le valió su sobrenombre: “The Moon Watch”. Ha desafiado las tendencias permaneciendo en el catálogo de Omega, sin interrupción, durante más de medio siglo. Para algunos aficionados, continúa siendo uno de los mejores mecanismos de cronógrafo de [...]

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Se podría decir que es el reloj que más lejos ha viajado de la historia y su destino le valió su sobrenombre: “The Moon Watch”. Ha desafiado las tendencias permaneciendo en el catálogo de Omega, sin interrupción, durante más de medio siglo. Para algunos aficionados, continúa siendo uno de los mejores mecanismos de cronógrafo de carga manual que se ha fabricado. Por todo ello se plantea una cuestión difícil de responder: ¿Puede algún reloj ser más icónico que el Omega Speedmaster Professional?.

Inicialmente, cuando Omega concibió el Speedmaster no lo hizo pensando en el espacio exterior ni en los astronautas. Aunque 1957 fue el año del Sputnik y el mundo entero estaba obsesionado con la carrera espacial, el Speedmaster entró en producción 10 meses antes que el vuelo del Sputnik, en enero de ese mismo año. Pensando en términos más generales, la manufactura asentada en Biel/Bienne desarrolló el Speedmaster con el propósito declarado de crear “un nuevo tipo de cronógrafo, diseñado para la investigación, la industria y el deporte”.

En este punto de su historia, Omega ya tenía una trayectoria ilustre de relojes militares, deporte y aviación, incluyendo, en 1942, un cronógrafo de aplicación militar con un contador de 12 horas. A esta receta se añadieron características que mejorarían tanto la utilidad como la robustez, aunque la supervivencia en el espacio no se encontraba entre los programas de pruebas iniciales. Los mejoras originales del Speedmaster iban a incluir una caja robusta, sobredimensionada y resistente al agua; un dial y manecillas diseñados para una óptima legibilidad, y una mayor utilidad y facilidad de uso gracias a una gran corona y a unos pulsadores fáciles de usar.

Omega Speedmaster Professional Ref.145.012 - Año 1967

Omega Speedmaster Professional Ref.145.012 – Año 1967

Equipado con un brazalete de acero adquiría una bella robustez, a pesar de que luego este hecho no influiría tanto en su utilidad en el espacio como en el atractivo aspecto que le conferiría en tierra firme. Parte de su característico look fue debido a otra peculiaridad clave: la inclusión de una escala taquimétrica grabada en la que se inspiró su nombre: Speedmaster, el nombre perfecto para el que sería el hermano de los ya existentes Seamaster y Railmaster. El término Professional se añadiría posteriormente en el dial en el año 1965, acreditando su papel en el espacio.

El interior del Speedmaster albergaba, también, algo muy especial. Identificado como el Calibre Omega 321, se trataba de un mecanismo de cronógrafo con rueda de pilares diseñado por Albert Piguet en la compañía Lemania. Por aquel entonces Lemania era suministradora de los mejores mecanismos de cronógrafo del momento y una compañía hermana de Omega, aunque también producía relojes que llevaban su nombre incluyendo una serie para la Royal Air Force de Gran Bretaña. Al incorporar el calibre de estos relojes de uso militar, el cual se consideraba más robusto y fiable, el Speedmaster fue, genéticamente, un miembro indiscutible de la verdadera aristocracia de la relojería.

Calibre 321

Calibre 321

Piguet comentaba que cuando se le solicitó el diseño de un nuevo calibre de cronógrafo compacto de carga manual y con contadores de 30 minutos y 12 horas, supuso que los clientes a los que iba destinado eran los procuradores, abogados, médicos y arquitectos. Sin embargo, las primeras señales fueron buen augurio para los usuarios más críticos, con los primeros indicios de que el reloj resultaría fiable: su colega en Lemania, Jacques Reymond, relató que el nacimiento del nuevo movimiento fue rápido y sin problemas iniciales.

Un sucesor del movimiento 27 CHRO C12 de 1942, el calibre 321 (el primer calibre de cronógrafo de Omega con contadores de 12 horas y de 30 minutos) apareció en 1946, su llegada justo después de la posguerra supuso un salto cuántico en términos de precisión y calidad. Las partes de este nuevo movimiento se fabricaban con tolerancias de micrón, característica que pudo jugar un importante papel en su posterior selección por la NASA debido a una razón muy simple: estas tolerancias implicaban un control de calidad superior a los existentes hasta el momento. En su búsqueda por producir un movimiento merecedor del apelativo “Professional”, Omega utilizó nuevas metodologías adicionales destinadas a mejorar la fiabilidad del reloj, incluyendo el uso de herramientas especiales para su montaje.

4.LegendarioSpeedy

Ref. 3570.50.00 – Modelo actual.

El cristal del reloj se fabricó en Hesalite (Plexiglas), hecho que se ha considerado como una de las claves de su éxito ya que el cristal que protegía el reloj fue el componente crucial que ocasionó los fallos de los principales contrincantes del Speedmaster. Para la NASA, una de las principales ventajas del tipo de cristal escogido por Omega era que en su uso en el espacio, en caso de romperse o quebrarse, no estallaba en pequeños fragmentos los cuales flotarían en un entorno de gravedad cero y representarían un riesgo de seguridad considerable para los astronautas.

El cristal se acopló de manera segura siguiendo los estándares de los relojes de buceo a una caja de fondo atornillado y de hermeticidad 60 metros, diseñada por Claude Baillod y cuyo prototipo fue confeccionado por Georges Hartmann, el mecanizado fue obra de Désiré Faivre y la fabricación responsabilidad de Huguenin Frères. La corona incorporaba el logotipo de Omega y, por encima y por debajo de ella, se ubicaban los dos pulsadores del crono: arranque y parada a las dos y puesta a cero a las cuatro. El fondo de la caja, grabado con el caballito de mar emblema de la marca, presionaba contra la sobrecubierta interior soportando el movimiento y actuando como dispositivo amortiguador de golpes. La caja fue concebida evitando cualquier aspecto superfluo o de decoración innecesaria, sin embargo y al mismo tiempo, poseía una estética que a día de hoy conserva su atractivo.

Lo que hizo posible la transformación del reloj pasando de ser simplemente un cronógrafo superlativo a convertirse en el reloj definitivo de los astronautas es el entramado de los sueños de un guionista – una mezcla de procedimientos convencionales de adquisición técnica, feliz casualidad y suerte. Al acometer el proceso detallado para definir las necesidades de los paseos espaciales del Proyecto Géminis, entre los elementos a seleccionar por la NASA se encontraba un reloj de pulsera totalmente probado y aprobado para los viajes espaciales. Dado que la NASA no estaba dispuesta a diseñar un reloj a partir de cero, y la sensación de que el procedimiento de solicitar ofertas a los potenciales proveedores requeriría demasiado tiempo (y, posiblemente, supondría objeto de abuso), se tomó la decisión de adquirir una selección de relojes ya existentes que tuvieran el potencial de satisfacer todos los requisitos exigidos.

Ediciones Especiales Gemini IV y Gemini VII

Ediciones Especiales Gemini IV y Gemini VII

Entre estos requisitos se encontraban las funciones de cronógrafo para medir el tiempo exacto de las operaciones, y que fuera de carga manual. Esto último porque se suponía que los mecanismos de carga automática podrían no funcionar correctamente en condiciones de gravedad cero. Aun cuando un sistema de remonte automático pudiera trabajar adecuadamente en gravedad cero, existía el problema del movimiento físico de los astronautas y surgía la duda razonable de pensar que podía darse el caso de que estuvieran inmóviles durante el tiempo suficiente que provocara que el escaso movimiento del brazo permitiera el correcto remonte del guardatiempos. La alternativa de remonte manual podría resultar mucho más fiable. Para asegurar el hecho de que los astronautas remontaban sus relojes diariamente durante sus misiones, los ordenadores ubicados en Houston les enviarían un recordatorio cada 24 horas.

En 1961, dos ingenieros de sistemas de la NASA adquirieron una selección de cronógrafos en Houston, Texas. La compra se realizó de forma anónima en vez de hacerla de manera oficial. Su tarea era encontrar un cronógrafo para soportar cualquier castigo que la NASA considerara necesario para poderlo cualificar de cara a los próximos programas espaciales Géminis y Apolo. A diferencia del anterior programa, el Mercurio, Géminis y Apolo implicarían actividad en el exterior de la nave, por lo que los astronautas necesitarían los relojes más fiables en la tierra y, literalmente, fuera de ella. Para estos ensayos, la NASA compró un Omega Speedmaster de serie en un distribuidor de Houston llamado Corrigan’s, junto con otras piezas de Longines, Rolex, Hamilton y otras marcas conocidas.

Speedmaster Professional Apollo XI

Speedmaster Professional Apollo XI

A diferencia de las pruebas a las que se someten los relojes de buceo, como hacer frente a una gran presión y a la entrada de helio o agua, el reloj de pulsera ideal para la actividad en el espacio tendría que tolerar la condición de trabajar en el vacío, a gravedad cero, la exposición a los rayos no filtrados de la luz del sol y soportar temperaturas extremas de más de 212 grados Fahrenheit (100°C). Los planes de la NASA incluían también andar sobre la superficie de la Luna lo cual implicaba soportar un rango de temperaturas que iban desde los -256 grados Fahrenheit (-160°C) hasta los +248 grados Fahrenheit (+120°C). Y, por supuesto, este reloj ideal tendría que hacer frente a los rigores de los viajes espaciales, incluidas las fuerzas G de despegue y reentrada.

LOS ENSAYOS.

Omega no era consciente de que la NASA había estado sometiendo a su Speedmaster a los viajes espaciales desde 1962. Cuando una docena de Speedmaster fueron adquiridos el 21 de octubre de 1964, sin brazaletes, en el distribuidor de Omega en EE.UU., Norman M. Morris Corporation, en Nueva York, se le dijo al proveedor que los relojes estaban siendo comprados “con propósitos de prueba y evaluación”, sin ningún tipo de aclaración adicional. La NASA pagó el precio de venta vigente de 82,50 $ por reloj.

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La NASA llamó a su régimen de pruebas “Qualification Test Procedures” y se trataba de una extensa serie de ensayos diseñados para detectar cualquier debilidad o fallo del reloj ensayado. Estos procedimientos incluían los siguientes pasos:

A – Cada reloj se carga justo antes de cada prueba.

B – El cronógrafo debe estar en funcionamiento de manera ininterrumpida durante y entre las pruebas; la función específica del cronógrafo debe ser puesta a cero antes y después de cada prueba, o bien en períodos iguales, no menores de dos ni mayores de seis horas, si las pruebas se interrumpen por un tiempo mayor del programado.

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C – La precisión de marcha debe controlarse antes y después de cada prueba y, si es posible, a cada hora durante cada prueba y en períodos iguales, no menores de dos ni mayores de seis horas, entre prueba y prueba. Antes de cada fase de evaluación hay que:

  • Activar la función de cronógrafo.
  • Identificar el reloj.
  • Anotar la hora oficial.
  • Tomar nota de las indicaciones proporcionadas por el reloj a probar (horas, minutos, segundos).

9.LegendarioSpeedy

Para controlar la precisión durante cada prueba, no ha de interrumpirse la función de medida del tiempo. Es necesario:

  • Identificar el reloj.
  • Anotar la hora oficial.
  • Tomar nota de la hora que indica el reloj controlado.
  • Registrar el grado de error del cronógrafo.

 

Después de interrumpir la función de cronógrafo al finalizar cada prueba se debe:

  • Identificar el reloj.
  • Anotar la hora oficial.
  • Anotar las indicaciones del reloj sometido a prueba (horas, minutos, segundos).
  • Registrar las diferencias entre el tiempo real y el cronometrado (horas, minutos, segundos).

 

D – En cada control de precisión se debe comprobar también que la caja, el cristal, las agujas y los pulsadores no hayan sufrido ningún daño y que no haya rastros de humedad bajo el cristal. Toda anomalía debe ser puntualmente registrada.

E – Si el reloj probado presenta alguna de las anomalías siguientes, debe ser excluido del procedimiento de evaluación:

  • El reloj se ha parado y puede volver a ser puesto en marcha.
  • La indicación de cronógrafo se ha parado y no puede volver a ser puesta en marcha.
  • El reloj ha podido ser puesto en marcha, pero se ha parado por segunda vez.
  • El vástago de corona o el pulsador de arranque/parada se han roto.

 

Los cronógrafos que superaban la preselección descrita debían pasar once pruebas.

Calor. 48 horas a una temperatura de 71ºC, seguidas de 30 minutos a 93ºC. Durante esta prueba, los relojes son sometidos a una humedad del aire no superior al 15% y a un vacío parcial de 5,5 psi (libras por pulgada cuadrada), lo que corresponde a 0,35 atmósferas.

10.LegendarioSpeedyFrío. 4 horas a una temperatura de -18ºC.

Vacío. Sometidos a una presión de 1,47 x 10-5 psi (10-6 atmósferas), los relojes han de soportar primero una temperatura de 71ºC durante 45 minutos y, después, una temperatura de -18ºC durante otros 45 minutos, para pasar de nuevo a 71ºC por 45 minutos más. Esta prueba se repite hasta un total de quince veces en total.

Humedad. 240 horas a una temperatura que oscila entre los 20ºC y los 71ºC, con una humedad de, al menos, el 95%. El pH del vapor de agua debe situarse entre 6,5 y 7,5.

Atmósfera saturada de oxígeno. 48 horas a una temperatura de 71ºC y una presión de 5,5 psi (0,35 atmósferas) en oxígeno puro. La formación de gases tóxicos, el desprendimientos de olores acres o el deterioro de las juntas significan que el reloj ha fracasado en la prueba.

Impacto. 6 golpes de 40G (40 veces la fuerza gravitatoria), con una duración de 11 milisegundos cada uno y en 6 direcciones diferentes.

Aceleración. Lineal de 1 a 7,25G en 333 segundos. Después, aceleración constante de 16G, 30 segundos horizontalmente, 30 segundos verticalmente y 30 segundos en oblicuo.

Descompresión. Presión de 1,47 x 10-5 psi (10-6 atmósferas), 90 minutos a 71ºC y 30 minutos a 93ºC.

Superpresión. Presión de 23,5 psi (1,6 atmósferas) durante 60 minutos.

Vibraciones. Tres pruebas de 30 minutos (oblicuamente, verticalmente, horizontalmente). La frecuencia de oscilación varía entre 5 y 2.000 Herzios, la aceleración media por impulso debe ser, al menos, de 8,8G.

Ruido. 130 decibelios en una banda de frecuencia situada entre los 40 y los 10.000 Herzios, durante 30 minutos.

11.LegendarioSpeedyÚnicamente el Omega Speedmaster superó todas y cada una de las pruebas, tal y como muestran los resultados en los archivos de la NASA: “passed with flying colours”, lo que condujo a los probadores de la NASA a cualificar al Speedmaster el 1 de marzo de 1965, para todas las misiones espaciales tripuladas, y los relojes se entregaron a los tres miembros de la tripulación del Gemini Titan III. Aunque el primer vuelo oficial se llevó a cabo después de la prueba, el Speedmaster ya había aparecido en la muñeca de muchos astronautas desde que Walter Schirra usó uno por cuenta propia cuando voló en el Sigma 7, el 3 de octubre de 1962. Sin embargo, el primer uso en una misión cualificada después de superar los ensayos se llevó a cabo el 25 de marzo de 1965, cuando Virgil Grissom y John Young usaron el Speedmaster en el lanzamiento del Gemini Titan III.

Poco más de dos meses después, el 3 de junio, el Speedmaster hizo su primera incursión en el espacio, cuando Edward White se convirtió en el primer astronauta estadounidense en llevar a cabo un paseo espacial. Fue después del éxito de estas maniobras cuando Omega finalmente se enteró de su papel en el espacio. Se percataron, al ver las fotos de prensa de la misión, de que la muñeca de White lucía un Speedmaster. La empresa solicitó la confirmación de la NASA, la cual se recibió un año después, en abril de 1966.

Anuncio Omega 1972 Anuncio Omega 1965

Anuncio Omega 1972 (a la izquierda). Anuncio Omega 1965 (a la derecha).

La NASA debió de estar más que satisfecha con el Speedmaster, ya que fue probablemente el componente más fiable y sin embargo el menos costoso del programa espacial. No fue necesario ningún tipo de desarrollo por su parte, ya que se trataba de un producto completamente terminado antes de la adquisición de los primeros ejemplares. El único cambio realizado fue el consistente en la sustitución del brazalete metálico por una correa larga de tela que se convertiría, además, en una de las primeras aplicaciones del Velcro, y que tenía por finalidad abarcar el grueso existente en la manga de un traje espacial. Omega, por su parte, sólo cambió una cosa en reconocimiento de la superación satisfactoria del reloj del régimen de pruebas de la NASA y sus primeras incursiones en el espacio: añadió la palabra «profesional» al dial en el verano de 1965.

DESAFIANDO A LA OPOSICIÓN.

12.LegendarioSpeedySin embargo, la decisión de la NASA de optar por el Omega no quedó exenta de reacción y la política y alzó su cabeza. Siguiendo la tradición, la NASA fue presionada para utilizar un reloj de pulsera de fabricación estadounidense. A pesar de que la búsqueda de un reloj adecuado ocurrió una década antes de que el cuarzo transformara la industria relojera mundial, la industria relojera estadounidense ya estaba en decadencia. Mucho antes de la década de 1960, Suiza se había alzado con la hegemonía de la producción de los mejores relojes del mundo, especialmente cronógrafos, mientras que los relojeros norteamericanos centraban sus políticas comerciales, principalmente, en los modelos más económicos destinados al mercado de grandes masas.

A pesar de que el Omega Speedmaster ganó merecidamente y sin ningún tipo de dudas su lugar en las misiones espaciales, la compañía de relojes americana Bulova, dirigida nada menos que por el legendario héroe de la Segunda Guerra Mundial, el general Omar Bradley, trató de persuadir a la NASA para utilizar sus relojes, a pesar de la falta de experiencia de la compañía con los cronógrafos. Bradley presionó a los gobiernos de Kennedy y Johnson para forzar que la NASA utilizara relojes Bulova, y nuevamente en 1972 para las misiones del Apolo 17.

En esta ocasión, usaron el Congreso «Buy American» (que se podría traducir como “compre productos americanos”) celebrado en 1933 como palanca, esta iniciativa reclamaba a las organizaciones que se financiaban con impuestos a utilizar los productos hechos en Estados Unidos cuando estos se consideraban iguales a los de origen extranjero. En cuanto a Omega, siendo extranjero y para soportar la oposición, tuvo que probar su superioridad en un gran número de maneras. En concreto, la ley declaraba que, cuando los órganos del gobierno de EE.UU. adquirían bienes, los requisitos del «Buy American» sólo se podían eludir en tres casos: que la compra del material en el país penalizara al gobierno con un coste no razonable, que el producto no estuviera disponible en el país en cantidad o calidad suficiente, o que la compra del material en el extranjero supusiera un hecho de interés público.

Speedmaster Professional Ref. 3565-80.00 Edición Especial

Speedmaster Professional Ref. 3565-80.00 Edición Especial

Una vez más, los relojes fueron sometidos a pruebas similares durante los años 1964-1965, con la prueba adicional de resistencia magnética. Y de nuevo, el Speedmaster fue el único reloj que soportó las pruebas. Para mantener su posición, y para defender la elección del Speedmaster, la NASA envió a su administrador jefe, James Webb, a una serie de audiencias en el Senado de EE.UU., donde se presentó con éxito en el caso de lo que fue descrito por Donald K. Slayton, quien fue responsable para las operaciones en vuelo, “como un cronógrafo de pulsera cualificado para el uso en un ambiente hostil existente en la superficie lunar». La NASA detuvo las aspiraciones de Bradley y Bulova, y el Omega Speedmaster Professional se mantuvo como la opción elegida.

LA LLEGADA A LA LUNA.

Primer anuncio del Speedmaster. Año 1958.

Primer anuncio del Speedmaster. Año 1958.

Lo que siguió a la certificación del Speedmaster por parte de la NASA fueron una serie de «aventuras» en la vida real que ningún otro reloj en la historia puede igualar. Mientras cada una de las misiones era y sigue siendo un logro importante, el estado casi mítico del Speedmaster Profesional se alcanza en su llegada a la Luna. Tan poderoso fue este evento que Omega fue capaz de crear algunas de las frases más importantes en publicidad en la historia de la relojería, entre ellas el grupo de diez palabras que decía: «Probado en Suiza. Probado en Houston. Probado en la Luna» (“Tested in Switzerland. Tested in Houston. Tested on The Moon”). Tal vez la más eficaz, sin embargo, fue la que apareció el 25 de abril de 1968: «El mismo Omega que los astronautas del Apolo van a usar cuando lleguen a la Luna puede ser hoy suyo». Este anuncio se avanzó a los hechos 15 meses cuando, el 21 de julio de 1969, «Buzz» Aldrin llevó su Speedmaster en la Luna, aunque Neil Armstrong fue quien hizo el primer paseo lunar. Armstrong había dejado su Speedmaster dentro del módulo de aterrizaje Eagle, por lo que fue Aldrin quien proporcionó al Speedmaster Professional el derecho a grabar en su parte trasera la inscripción, «El primer reloj usado en la Luna» (“The First Watch Worn On The Moon”), por debajo de la igualmente impresionante leyenda, “calificación de vuelo por la NASA para todas las misiones espaciales tripuladas» (“Flight Qualified By NASA For All Manned Space Missions”).

15. LegendarioSpeedy

Speedmaster Professional 35 Aniversario del Alunizaje – Ref. 3569.31.00

De manera inmediata, el reloj llegó a ser conocido popularmente como «The Moon Watch». A día de hoy, entre coleccionistas, puristas y aficionados, este nombre está reservado exclusivamente a la edición de acero de cuerda manual correspondiente, en la medida de lo posible, a la versión utilizada por los astronautas a pesar de que a partir de entonces han existido diversas variantes del Speedmaster, incluso con mecanismos de carga automática.

Pero había más por venir, incluyendo un suceso que fue tan espectacular – como si el paseo lunar no lo hubiera sido lo suficiente – que inspiró una importante película, con el mayor papel de actor de reparto interpretado por un reloj de pulsera en Hollywood.

HOUSTON, WE HAVE A PROBLEM.

18.LegendarioSpeedy

Edición Especial Apolo XVII

Hoy en día es difícil encontrar a alguien que no conozca la película de 1995 «Apollo 13». En abril de 1970, el Omega Speedmaster Professional se convirtió en el componente que permitió a la tripulación del Apolo 13 maniobrar su nave dañada en la operación de reentrada a la atmósfera terrestre. De todas las situaciones de vida o muerte subsanadas por un reloj de pulsera, esta se encuentra entre las más extraordinarias. «Houston, tenemos un problema».

Una explosión en el módulo de servicio del Apolo 13 hizo saltar uno de los paneles exteriores de la nave, causando graves daños a la fuente de alimentación principal y cortando el suministro de oxígeno a la tripulación formada por Fred Haise, James Lovell y John Swigert. Los tres astronautas se trasladaron al módulo lunar, diseñado sólo para dos personas, y desconectaron todos los equipos excepto el receptor de radio. A pesar de que sólo tenían energía para dos días de operación, el retorno a la tierra era de cinco. Mientras el pánico se apoderó del control en Houston, los astronautas mantuvieron la calma.

Debido a que el mecanismo de control automático de posicionamiento no era funcional, la re-entrada en el ángulo correcto no se podía asegurar. El hecho de reingresar en la atmósfera de la tierra de manera incorrecta habría dado lugar a cualquiera de estas dos catástrofes: el rebote de la aeronave en la atmósfera hacia el espacio o su incendio debido al aumento de la fricción. De este modo, Lovell y la tripulación tuvieron que hacer la reentrada de forma manual, y la clave para esto radicaba en el momento preciso de la ignición del motor para ajustar la posición.

19.LegendarioSpeedy

Speedmaster Professional Snoopy Edition – Ref. 3578.51.00

Debido a que el procedimiento requería de una total precisión, y a que los instrumentos de la nave estaban fuera de servicio, Swigert utilizó el Speedmaster Professional para controlar los 14 segundos de ignición del motor, mientras que Lovell arrancaba y paraba los motores de manera precisa. Como resultado de este cronometraje impecable, el Apollo 13 aterrizó a salvo en el Pacífico y su tripulación fue rescatada por el USS Iwo Jima.

En octubre de 1970, y con motivo de haber salvado al Apolo 13 del desastre, los astronautas de la NASA honraron al Omega Speedmaster Professional con el «Snoopy Award», su más alta y afectuosa distinción dedicada a personas y organizaciones que hicieran una importante contribución al programa espacial estadounidense.

Menos cargados de peligros, pero iguales en importancia, otros eventos cuentan también con la aparición del Omega Speedmaster Professional. En julio de 1975, el reloj fue usado tanto por el astronauta estadounidense Tom Stafford como por el cosmonauta ruso Alexei Leonov en la cita espacial Apolo-Soyuz en el momento culminante de la Guerra Fría. Esta fue la primera ocasión en la que los cosmonautas utilizaron el Speedmaster Professional.

PIEZAS DE MUSEO.

A medida que el programa espacial avanzaba, el Omega Speedmaster Professional se mantuvo como denominador común, siendo seleccionado por la NASA en 1978 como el cronógrafo oficial para el programa del transbordador espacial. Para prepararse para este programa en el que una nave espacial reutilizable podría llevar carga al espacio regresando intacta, la NASA reevaluó toda su gama de equipos partiendo desde cero e incluyendo la revisión de los relojes oficiales. Alrededor de 30 fabricantes de cronógrafos presentaron sus candidatos en junio de 1978, al igual que Omega hizo con el Speedmaster Professional.

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Speedmaster Professional de W. Schirra (Mercury Sigma 7, 1962), T. Strafford (Gemini 6, 1965) y R. Gordon (Apollo XII, 1969)

Esta vez, sin embargo, Omega no presentó únicamente el Speedmaster Professional sino que lo hizo de manera adicional con otras versiones: un prototipo especial Ref. 11.003 con el Calibre 1045 de cronógrafo automático y el Speedsonic Ref. ST188.0002 con el Calibre 1255 electrónico. Para esta serie de pruebas, los procedimientos se llevaron a cabo en varios laboratorios independientes, como el Observatorio de Neuchâtel, el Laboratoire Suïsse de Recherches Horlogères, y el Approved Engineering Test Laboratories en Chatsworth, California.

Después de cuatro meses la prueba se completó. El 2 de noviembre la NASA hizo su elección descartando los relojes de funcionamiento automático y electrónico y optando de nuevo a favor del Speedmaster Professional. La NASA compró 56 relojes por el precio simbólico de 1 centavo cada uno.

Aunque el cuarzo estaba considerablemente implantado en ese momento, la NASA consideró que los cristales de cuarzo eran demasiado delicados para hacer frente al entorno hostil del espacio, sobre todo a las temperaturas extremas.

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El número de Speedmasters genuinos usados por la NASA, así como sus homólogos rusos oficiales, es de unos pocos cientos. Al igual que sucede con cualquier material de la NASA, los relojes siguen siendo propiedad del gobierno y deben ser entregados una vez que los astronautas regresen a la Tierra. Sin embargo, a algunos astronautas se les permitió mantener sus relojes. Por desgracia, algún desalmado robó el usado por «Buzz» Aldrin y que fue el primer Omega Speedmaster Professional en la Luna, durante su transporte hacia el Museo Nacional del Aire y del Espacio en 1970. Nunca ha sido recuperado.

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Speedmaster Professional Edición «From the Moon to Mars» (Ref. 3577.50.00)

Sin embargo, medio siglo de producción regular implica que los Speedmaster Professional de uso civil abunden. Según información facilitada por Omega, se han editado más de 250 variantes durante la vida del reloj, que abarca todo tipo de movimientos disponibles desde 1957, con funciones que van desde las fases de la luna hasta el calendario perpetuo.

Existen en oro y platino, con numerosos colores de esfera, y con los emblemas de las principales misiones realizadas por la NASA. Han sido aprobados por alpinistas y por campeones del mundo de Fórmula 1, e incluso han sido rechazados como regalo por un Presidente y Vice-Presidente de los EE.UU., quienes estaban preocupados por la percepción pública ante la aceptación de tales presentes. Estos Speedmaster, y muchas otras piezas históricas, residen ahora en el Museo Omega.

Es sin embargo el clásico, y de hecho el icónico de cuerda manual y acero inoxidable, Omega Speedmaster Professional el que fue el primer y único reloj que se usó en la superficie lunar.

LOS CALIBRES DEL SPEEDMASTER.

A lo largo de la vida del Speedmaster han sido dos los principales calibres implementados en la versión conocida con el sobrenombre de “The Moon Watch”.

El primero de los movimientos que hizo latir al Speedmaster original fue el Calibre 321. Este movimiento estaba basado en el proyecto de desarrollo de diseño conjunto entre Omega y Lemania titulado “27 CHRO C12” (27 mm de diámetro, cronógrafo de rueda de pilares y contador adicional de 12 horas. El material base para la construcción de este calibre era el oro rosa). Fue en la década de 1940 cuando Albert Piguet y Jacques Reymond concibieron este calibre que vio la luz en el año 1942. Más tarde sería conocido también como el Lemania 2310.

Calibre 321

Calibre 321

El Calibre 321 fue utilizado en el Omega Speedmaster desde 1957 hasta mediados de 1965 y, posteriormente, en el Omega Speedmaster Professional desde mediados de 1965 hasta mediados de octubre de 1968. Otros modelos implementaron este movimiento como por ejemplo los correspondientes a la colección DeVille y Seamaster, además de otros cronógrafos de Omega a principios de la década de los 50 bajo el nombre original de 27 CHRO C12.

En el año 1965 Lemania inició el desarrollo del Calibre 861 que se convertiría en el sucesor del Calibre 321 a finales de 1968. La base para esta modificación realizada por Albert Piguet fue el mismo calibre Lemania 2310. Los principales cambios aplicados entre ambos calibres fueron:

  • La implementación de la función del cronógrafo se simplificó pasando del uso de la rueda de pilares al correspondiente a un sistema de leva y palanca.
  • Se eliminaron los tornillos de regulación del volante.
  • La frecuencia de oscilación del volante se incrementó desde las 18.000 alternancias/hora (2,5 Hz) hasta las 21.600 alternancias/hora (3 Hz).
  • La espiral del volante pasó a ser del tipo plano.
  • El puente del volante pasó de tener forma de Y a adoptar forma trapezoidal.

 

El material utilizado continuaba siendo el oro rosa y el número de rubíes integrados de 17.

El nuevo calibre desarrollado fue aceptado por Omega de manera que el Speedmaster empezó a implementarlo en octubre/noviembre de 1968. Este nuevo movimiento fue conocido como Calibre Omega 861 o también Lemania 1873.

Calibre 861

Calibre 861

En el año 1996 el material de base de construcción del calibre pasa de ser el oro rosa a material rodiado. Adicionalmente, la pieza que activa el freno del cronógrafo pasa de ser metálica a producirse en un material sintético de Nylon que mejora sus prestaciones debido a un menor desgaste en su uso. Este calibre incorpora los 17 rubíes del anterior Calibre 861 más uno de adicional en el pivote de la rueda de acoplamiento del cronógrafo. Así pues el número total de rubíes del movimiento pasa a ser de 18. Este calibre, que toma como base a su antecesor, el Lemania 1873, recibe la denominación de Omega 1861 y es el que implementa a día de hoy el Speedmaster Professional Ref. 3570.50.00 (cristal de Hesalite y fondo ciego).

Calibre 1861

Calibre 1861

A día de hoy existe otro calibre que monta la versión del Speedmaster Professional con cristal de zafiro en el dial y fondo visto (también con cristal de zafiro) Ref. 3573.50.00. Este calibre se conoce con el nombre de Omega 1863 y es exactamente igual al Omega 1861 excepto por el hecho de que conserva el freno del cronógrafo en el original material metálico del Calibre 861. Omega quiso introducir esta variación para evitar que, al tratarse de un reloj con fondo visto, fuera visible un componente fabricado en material sintético al observar el movimiento del guardatiempos.

Calibre 1863

Calibre 1863

Aunque los calibres implementados actualmente por el Speedmaster Professional no poseen el certificado de cronómetro, cumplen con las especificaciones cronométricas con una desviación por día de -4/+6 segundos.

LA EVOLUCIÓN DEL DIAL.

27.LegendarioSpeedyLos primeros Speedmaster, con la referencia del catálogo de Omega CK2915, incorporaban la hoy codiciada manecilla de las horas «Broad Arrow» que fue sustituida más tarde las agujas rectas y en forma de bastón, ya que de este modo obstaculizaba en menor medida los tres diales subsidiarios cuando pasaba por las posiciones de las 3, las 6 y las 9. El bisel tenía la escala taquimétrica grabada sobre la superficie de acero cepillado, característica que sería reemplazada, tan solo dos años después, por el ahora familiar bisel negro para ofrecer una mejor legibilidad, a la vez que aumentaba el diámetro hasta los 40 mm en lugar de los 38,5 mm del original. En 1963, este nuevo modelo con la caja completamente redonda se convertiría en el «Moon Watch» y, en ese mismo año se introdujo la caja asimétrica que incorporaba el protector integrado de corona y pulsadores. Estos dos modelos serían certificados por la NASA siendo la caja del “Moon Watch” de estilo idéntico al del Speedmaster actual.

28.LegendarioSpeedyEl dial Speedmaster ha permanecido prácticamente invariable desde su lanzamiento en 1957, con el posicionamiento clásico “tri-compax” del contador de 30 minutos a las 3 en punto, el contador de 12 horas a las 6 y el segundero en la posición de las 9. El dial del reloj era negro mate con el logotipo de Omega aplicado en material metálico en la posición de las 12. En 1968, al ser introducido el Calibre 861, el logotipo se cambió a impreso en color blanco.

Podéis encontrar más información sobre las misiones espaciales en las que ha participado el Omega Speedmaster Professional y datos adicionales en este minisite de Omega.


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Audemars Piguet Royal Oak https://watch-test.com/audemars-piguet/legendario-audemars-piguet-royal-oak/ https://watch-test.com/audemars-piguet/legendario-audemars-piguet-royal-oak/#comments Fri, 18 Nov 2011 22:30:00 +0000 https://watch-test.com/?p=438 El año próximo se cumplen 40 años del nacimiento del Royal Oak de Audemars Piguet. Su aparición en el año 1972 marcó un giro radical en la concepción de los relojes de lujo, convirtiéndose con el paso del tiempo en uno de los relojes más admirados de toda la historia relojera. Hasta la fecha, la fabricación [...]

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El año próximo se cumplen 40 años del nacimiento del Royal Oak de Audemars Piguet. Su aparición en el año 1972 marcó un giro radical en la concepción de los relojes de lujo, convirtiéndose con el paso del tiempo en uno de los relojes más admirados de toda la historia relojera.

Hasta la fecha, la fabricación de los relojes de alta gama estaba asociada al oro como metal utilizado. Este noble metal transmitía elegancia, lujo y clase a raudales, mostrando el elevado status social de su poseedor.

Pero el oro tiene una propiedad fantástica que a la vez es su debilidad: posee una alta maleabilidad, o sea,  una gran capacidad de deformarse. Esto implica que un reloj de oro tiene muchos números de rayarse al mínimo roce. Así pues, los relojes de lujo no eran apropiados para ciertas actividades físicas como el deporte. La gran virtud del Royal Oak fue llenar ese vacío al escoger el acero como materia prima y utilizar un diseño geométrico marcadamente deportivo y totalmente alejado de los cánones que marcaban la estética de los relojes de lujo de principios de los setenta.

Vamos a centrarnos primero en el origen de su nombre y sus formas tan características. En 1651, tras la batalla de Worcester, el rey Carlos II de Inglaterra, Escocia y Gales se refugió de sus perseguidores en el hueco de un viejo roble, más tarde conocido como “Royal Oak” , convirtiéndose en un símbolo de protección y poder. Entre 1769 y 1914, el nombre de Royal Oak fue adoptado por la Royal Navy para bautizar a cuatro de sus buques. El casco de uno de ellos fue reforzado con planchas de acero, diseñando las troneras de los cañones en forma octogonal. Esta es la herencia antigua, real y naval que inspiró a Audemars Piguet en la creación de este reloj legendario, plasmada en la forma de la caja imitando la geometría de dichas troneras.

Audemars Piguet es una de las casas líderes en la relojería suiza, uno de “los tres grandes” junto a Patek y Vacheron. Desde sus inicios en 1875, ha resistido todas las crisis sin interrumpir su producción, ya sea la peor de ellas a principio de los años treinta (sólo trabajaban tres relojeros), o la del cuarzo de los setenta y principios de los ochenta. Ésta última tuvo un impacto limitado en la manufactura, debido en gran parte al cambio de rumbo que toma de la mano de Georges Golay y su apuesta por fabricar el primer reloj deportivo en acero de la alta relojería, y para ello contrató a Gerald Genta, uno de los más grandes diseñadores de relojes de la historia, recientemente fallecido.

Gerald Genta

Audemars Piguet, con una producción de menos de 5.000 relojes anuales, presentó el Royal Oak en la feria de Basilea de 1972 y comenzó su producción con una serie de 1.000 piezas y un número de referencia 5402ST. Si no acertaban con su apuesta, la continuidad de la manufactura de Le Brassus quedaría amenazada. Era arriesgado: ¿un reloj de lujo en acero, y encima no han sido capaces de esconder los tornillos?. Además, con un precio de 3.200 dólares, era exageradamente caro, sobretodo si lo comparamos con otro icono, el Rolex Submariner, que se vendía por 270 dólares.

El resultado fue inmediato y espectacular. Audemars Piguet tuvo que fabricar otra serie A adicional de 1.000 piezas más. De repente, se había puesto de moda el hecho de llevar un reloj deportivo en acero que costaba más que un Patek Philippe de oro. El éxito de ventas y la certeza de que el Royal Oak había abierto un nuevo espacio dentro de la relojería mundial, forzó a los competidores de Audemars Piguet a diseñar sus propios relojes deportivos de lujo en acero: Patek con el Nautilus, Vacheron con el Overseas e IWC con el Ingenieur. Todos ellos acudieron a Gerald Genta para diseñarlos, el cual se volvió a inspirar en el mundo de la navegación, e incluso utilizó el mismo calibre de origen Jaeger como corazón del Nautilus.

Nautilus vs. Royal Oak

La caja se realizó a partir de un solo bloque de acero y contaba, por primera vez, con un brazalete integrado. Con unas dimensiones mayores de lo acostumbrado para la época, el Royal Oak fue conocido por los aficionados como “Jumbo”. Además de elegir el acero para su construcción, diseñó una caja atípica para la época, con formas rectilíneas y ángulos marcados dando forma a su inconfundible geometría octogonal, con tornillos hexagonales visibles que lo fija a la carrura y al fondo de la caja. La corona, en consonancia con la angulosidad del conjunto, también tiene forma hexagonal.

El acero de la caja y el brazalete es satinado, ofreciendo un espectacular contraste con el biselado pulido a mano. Dicho brazalete es una auténtica obra de arte por sí mismo. Por primera vez se integra en la caja, formando un conjunto visualmente continuo, con los eslabones decreciendo individualmente en tamaño desde la caja hasta el cierre. Los brazaletes de la serie A fueron construidas por Gay Frères, una empresa ginebrina que también suministra, entre otros, a Rolex y Patek Philippe. La decoración del dial es del tipo «Grande Tapisserie». Las agujas e índices aplicados son de tipo «bastón», muy estilizados y de color metalizado. La ventana de la fecha se sitúa a las 3 horas. El logo de AP se sitúa discretamente a las 6 horas, y encima de éste encontramos la obligatoria inscripción del nombre de la marca a las 12 horas. Justo debajo encontramos la definición del sistema de carga «automátic».

Audemars Piguet Royal Oak 1972

El movimiento que dio vida a este guardatiempo es el no menos famoso calibre 2121. Se trata de un movimiento automático de origen Jaeger LeCoultre, el 920. Ultraplano con indicación de fecha y sin segundero, tiene un diámetro de 28 mm y una altura de 3,05 mm. La reserva de marcha es de 45 horas. Una de las cosas más interesantes de este movimiento es que el rotor no está equipado con rodamientos en el centro sino que gira sobre cojinetes de rubí, situados en la parte exterior del rotor, desplazándose por encima de un anillo.En aquel momento, Audemars Piguet era propietaria del 40% de las acciones de JLC, traspasadas el año 2000 al grupo Richemond cuando este grupo compró la empresa. Como parte del acuerdo, Audemars Piguet logró quedarse con los derechos y la maquinaria precisa para elaborar este calibre.

La primera fabricación, conocida como serie A, tiene ciertas diferencias respecto a las series posteriores, B y C. La forma más rápida de identificar un serie A es por la colocación de la insignia “AP” en el dial: en todos los ejemplares de esta serie se colocó encima de las 6 horas. Más tarde, incluyendo piezas modernas, llevan el logotipo a las 12 horas, aunque los primeros relojes de la serie B fabricados entorno el 1975, también pueden presentar el logo “AP” a las 6 horas. Otro aspecto importante del dial es la palabra “swiss” que aparece en los modelos de la serie A, mientras que en la B y C se puede leer “swiss made”.

De izq. a dcha.: Jumbo actual ref. 15202 / RO serie A ref. 5402 / RO 20º Aniversario ref. 14802

Multitud de versiones del Royal Oak han salido a la luz, utilizando regularmente nuevos materiales e introduciendo todo tipo de complicaciones relojeras: cronógrafo, indicador de reserva de marcha, tourbillón, esqueleto, calendario perpetuo (1984) e incluso el año 1996 presentan la proeza de aunar en un solo reloj tres de las mayores complicaciones que existen: la repetición de minutos, el calendario perpétuo y el cronógrafo rattrapante.

También ha habido espacio para los Royal Oak con maquinaria de cuarzo, en tamaños más pequeños y con pedrería destinados al mundo femenino.

Con la aparición del Royal Oak Offshore en 1993, Audemars Piguet toma un camino diferente, más radical. Manteniendo las formas básicas de la caja octogonal y sus ocho tornillos, el Offshore cuenta con un diseño más deportivo y extremo. Se usan materiales como el caucho, tanto en el bisel como en las correas, experimentando con combinaciones de índices y colores de esfera. Las dimensiones, tanto en diámetro como en grosor aumentan considerablemente, remarcando la robustez del reloj.

Royal Oak Offshore Alinghi Polaris Chronograph (2005)

 

El año 2002, bajo el aniversario de sus 30 años, Audemars Piguet presenta el Concept CW1. Su estética estaba resueltamente orientada hacia el futuro, los materiales de su caja, el titanio y alacrita 602 (una aleación de la era espacial), procedían de las más recientes investigaciones tecnológicas. Con un nuevo y revolucionario diseño de absorción de impactos de la jaula del tourbillón, su mecanismo inédito, el calibre 2896, superaba los límites de la alta tecnicidad. Aún así, el ADN del primer Royal Oak aparece perfectamente delineado en sus formas.

Concept CW1

La última versión, presentada el año 2003, es el Royal Oak 15300. La principal novedad es que incorpora un nuevo movimiento manufactura: el calibre 3120. La reserva de marcha aumenta hasta 60 horas. El diámetro de la caja mantiene los 39 mm del original, pero crece hasta los 4,25 mm de grosor, en parte debido a la incorporación del segundero central. También encontramos pequeñas diferencias en la caja, brazalete y cierre. Las características e impresiones del Royal Oak 15300 las podréis leer en el Test que publicaremos dentro de unos días.

Audemars Piguet mantiene actualmente la fabricación del «Jumbo» bajo la referencia 15202. Debido a que el calibre 2121 es muy costoso de producir, su precio supera en un 50% al del 15300. Además, el número de unidades producidas es muy bajo comparado con el 15300, por lo que hacerse con una de estas piezas es realmente complicado. Este calibre 2121 y el 2120 (sin fechador) también se utiliza en piezas de gama alta.

Cuarenta años son muchos, pero el Royal Oak ha logrando llegar a nuestros días como uno de los pocos iconos dentro de la alta relojería moderna. El efecto revolucionario que causó su aparición en el sector, no tiene igual. Elegante, discreto, austero y con carácter, el Royal Oak demuestra una polivalencia que permite satisfacer todas nuestras necesidades. Pertenece, con todo merecimiento, al selecto grupo de los relojes legendarios.

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