A pesar de que Audemars Piguet ha dedicado gran parte de sus esfuerzo en desarrollar la colección Code 11.59, el Royal Oak siempre es y será el modelo insignia de la firma: para muchos, Audemars Piguet es el Royal Oak. Es por ello que dentro de las novedades anuales, las nuevas versiones de los Royal Oak adquieren un gran protagonismo. Pero el hecho de tener un diseño tan icónico a veces puede ser un arma de doble filo, ya que se corre el riesgo de que con los cambios se pierda su esencia. Como resultado, casi todos los Royal Oak se basan (más o menos) en el mismo diseño central desde principios de la década de 1970, con sus esferas, materiales, tamaños de caja, y las complicaciones son los únicos factores diferenciadores reales y tangibles. Como parte del último lote de nuevos lanzamientos de la marca, Audemars Piguet ha presentado una nueva versión del Royal Oak de 37 mm elaborado completamente en oro amarillo y equipado con una esfera de turquesa, una piedra preciosa de tonalidades azuladas verdosas. El resultado, un Royal Oak de llamativo aspecto retro que no será del gusto de todos, pero que particularmente me encanta.
Las versátiles versiones de 37 mm se unieron a la colección en 2012 y se actualizaron el año pasado para conmemorar el 50 aniversario del Royal Oak, con una caja un 10% más delgada, biselados más anchos una nueva geometría del fondo de caja y un brazalete más cónico y ergonómico, mejoras que en nada comprometen la apariencia clásica del ícono. Esta nueva referencia es esencialmente el mismo reloj que la versión existente fabricado en un metal diferente e implementando una nueva esfera.
Al igual que el resto de modelos de la colección, la caja clásica mide 37 mm de diámetro por 8,9 mm de grosor y ofrece el diseño clásico del Royal Oak, con asas integradas, bisel octogonal y ocho tornillos hexagonales con las ranuras alineadas circunvalando la esfera. Junto a la corona con la misma geometría, la hermeticidad alcanza los 50 metros. Sin embargo, el regreso del oro amarillo a la colección Royal Oak de 37 mm (inédito desde 2018) es parte de lo que lo hace especial, aunque todo el protagonismo se lo lleva la preciosa esfera azulada de turquesa. Tras ser tallada en un disco fino, la turquesa ha sido molida, arenada y pulida para luego integrarla en un revestimiento metálico de latón dorado, con un grosor final de sólo 0,75 mm. No hay dos esferas iguales, dado que cada piedra tiene una composición natural, una textura y un color propios. El uso de piedras preciosas para realizar las esferas no es en absoluto desconocido para Audemars Piguet, que ya recurrió a ellas en las décadas de 1960 y 1990, con diales hechos de lapislázuli, aventurina, granate, nácar, ópalo, rubí o amatista.
Por sus tonalidades azules-verdosas, la turquesa ha sido una gema muy apreciada desde la antigüedad por culturas tan dispares como los incas, egipcios, Mesopotamia o China, y probablemente fue la primera en ser introducida a Europa a través de Turquía junto con otros productos provenientes de la ruta de la seda. La turquesa no se convirtió en una piedra ornamental importante en nuestro continente hasta el siglo XIV, y su nombre deriva del francés pierre turquoise (piedra turca), una denominación que proviene de un error: en Turquía no hay yacimientos de turquesa, pero asumió su nombre debido a que era el principal centro comercializador.
En oro pulido, los índices horarios luminiscentes de tipo bastón se aplican directamente sobre la esfera junto con una firma «Audemars Piguet» bajo las 12 horas. Para resaltar la belleza de la turquesa, la esfera carece por completo de cualquier texto adicional a excepción de una sutil y minimalista escala de minutos perimetral en negro y la firma «Swiss Made» a las 6 en punto. Una ventana de fecha rectangular se encuentra en la ubicación de las 3 en punto con un disco de color azulado similar al de la esfera para minimizar su impacto visual.
Al igual que el resto de referencia con hora y fecha de la línea contemporánea del Royal Oak de 37 mm, la nueva versión en oro amarillo con esfera turquesa está impulsada por el Calibre 5900, un mecanismo de remonte automático con 186 componentes que late a 28.8000 alternancias por hora (4 Hz) y ofrece una reserva de marcha de 60 horas. Presentado en 2022, este movimiento puede contemplarse a través del fondo de zafiro, revelando la masa oscilante de oro rosa y la ornamentación de los componentes, tales como cantos pulidos, satinado vertical, «Côtes de Genève», graneado y achaflanado.
Tal como era de esperar, la caja está equipada con el brazalete integrado característico de la colección. Con el número de referencia 15550BA.OO. 1356BA.01, su precio es de 61.200 €.
