Aunque Bell & Ross ha ampliado su portafolio mucho más allá de su ADN primigenio, los diseños inspirados en los instrumentos de la cabina siguen siendo la base sobre la que descansa la filosofía de la firma. A lo largo de los años, estos relojes de estilo aeronáutico han abarcado toda una serie de estilos que van desde una estética vintage hasta originales piezas que simulan instrumentos reales del cockpit. El último lanzamiento de la marca sin duda cae en la última categoría, con un diseño gráfico, colorido y muy poco ortodoxo inspirado en el radiocompás, una herramienta de navegación guiada por baliza utilizada por los pilotos de aviones para determinar su dirección y ubicación en condiciones de poca visibilidad. En una edición limitada a 999 piezas, el Bell & Ross BR 03-92 Radiocompass se une a la emblemática colección Flight Instruments que, creada en 2010, traslada instrumentos de navegación aérea a piezas relojeras.
La caja de cerámica negra mate de 42 mm de ancho del Bell & Ross BR 03-92 Radiocompass se hereda del resto de la línea BR 03-92, con una forma cuadrada redondeada que juega con el aspecto de la caja de instrumentos de la cabina de un avión. Si bien la forma general puede ser simple, Bell & Ross complementa con detalles como la corona fuertemente estriada, el bisel uniforme que rodea el borde superior de la caja y la posición simétrica de los cuatro tornillos que ensamblan la caja. De acuerdo con el estilo agresivo del reloj, el BR 03-92 Radiocompass ofrece una respetable hermeticidad de100 metros.
Con sus colores brillantes y sus estilizadas manecillas, la esfera del BR 03-92 Radiocompass puede necesitar de unos momento de «aclimatación» para leer las indicaciones. El diseño base es simple y muy legible, con una sencilla escala de minutos y numerales arábigos Isonorm impresos (una popular tipografía simple y nítida creada en 1980 para gráficos técnicos). Sin embargo, de acuerdo con el motivo de inspiración, tanto los números de las horas como los de los minutos están orientados hacia el centro en lugar de estar alineados con el eje vertical, lo que puede provocar cierto desconcierto inicial. A pesar de ello, los elementos más llamativos son, con diferencia, las manecillas.
Tanto la aguja horaria como la de minutos cuentan con contrapesos que son tan largos como la parte indicadora, aunque las anchas puntas de flecha ayudan a identificar rápidamente cuál es cuál. Del mismo modo, tanto la manecilla de hora esqueletizada con luz naranja como la delgada manecilla amarilla de minutos implementan las letras «H» y «M» respectivamente, un detalle que particularmente no me gusta: sin ellas, la estética mejoraría en equilibrio y limpieza, y no creo que sean elementos necesarios para una buena y rápida legibilidad.
El vibrante segundero central en forma de aguja verde lima es mucho más convencional, pero agrega un llamativo color adicional que refuerza la sensación instrumental. Por su parte, la discreta ventana de fecha redondeado ocupa su posición habitual a las 4:30. En su conjunto, la esfera del BR 03-92 Radiocompass probablemente generará divisiones, pero es innegable que es coherente con la filosofía e historia de Bell & Ross.
En su interior encontramos el BR 03-92 Radiocompass con el movimiento automático BR-CAL.302 basado en Sellita SW300-1. El BR-CAL.302 es un elemento básico de larga data de la línea de la marca y, si bien proporciona un sólido rendimiento, su reserva de marcha de sólo 38 horas palidece cuando se la compara con algunos de sus competidores. Bell & Ross entrega el reloj con una ancha y ahusada correa de caucho negro que enfatiza su aspecto deportivo. Su precio es de 3.900 €.
