Hace escasamente cuatro meses, asistimos a la presentación de Bremont en The Watch Gallery, celebrando así su entrada al mercado español de la mano de este prestigioso establecimiento barcelonés. La firma británica nacida en 2002 y afincada en Henley-on-Thames, puso en nuestras manos algunos de sus referencias más destacadas. Personalmente, la colección ALT1-C Classic fue una de las que me causó mejor impresión, aunque una vez conocidos todos los modelos que la conforman, me quedé con la sensación de que estaba incompleta: con cinco referencias en acero satinado y una el oro, si esta es su colección más clásica de Bremont, no debería faltar una versión en acero… con acabado pulido.
Cuando le comenté esta reflexión a Giles English, co-fundador de Bremont junto a su hermano Nick, su reacción fue una simple sonrisa, un gesto cómplice que precedió a la aclaración de que en breve ese hueco quedaría cubierto. Pues bien, es ahora cuando Bremont lanza el ALT1-C/PW, el nuevo modelo cuya principal novedad reside en que su caja de acero presenta, por fin, un acabado pulido. Junto a la esfera blanca que ya implementaba el AL1-C/RG en oro rosa lanzado el año pasado, se ofrece como uno de los guardatiempos más atractivos de la firma, gracias a un diseño de estética vintage que nos remite directamente a la fabulosa edición limitada Victory, un espectacular cronógrafo de diseño vintage con segundero y fecha retrógrados que implementaba madera y cobre procedentes del histórico HMS Victory, el buque insignia del Almirante Nelson en la Batalla de Trafalgar.
Pese a que el ALT1-C/PW mantiene elementos como los numerales arábigos, la minutera chemin de fer o las manecillas lanceoladas, nos encontrarnos ante un guardatiempos de diseño más atemporal. La caja mantiene los 43 mm de diámetro y 16 mm de grosor del resto de la colección, unas medidas que se amoldan perfectamente a la mayoría de muñecas a pesar de situarse un poco por encima de lo que se podría considerar el tamaño adecuado para un reloj de corte clásico, aunque como veremos, sólo la esfera responde a este adjetivo.
De suaves formas redondeadas, la caja acoge en su carrura los ya característicos surcos paralelos con acabado en DLC negro satinado que lucen la mayoría de las creaciones de Bremont; sólo las colecciones MB y U-2 prescinden de él, sustituyéndolo por un tramado romboidal vivamente coloreado en tonos metalizados (naranja, bronce, negro, azul, antracita…). Puede gustar o no, pero sin duda esta singularidad les imprime un fuerte carácter que los identifica rápidamente con la firma. En el modelo que nos ocupa, el nítido clasicismo del dial se contrapone con la imagen actual de la carrura, ofreciendo una miscelánea que quizás resulte demasiado moderna para aquellos que busquen un reloj eminentemente clásico.
Como todos los Bremont, recurre a una caja de construcción Trip-Tick patentada por la marca que consta de tres partes: el bisel, el cuerpo central o carrura que acoge el anillo en DLC o titanio, y la trasera, que en este caso implementa un cristal de zafiro que nos permite admirar el corazón de este guardatiempos. La hermeticidad conseguida es de unos correctos 100 metros.
Gracias al minimalismo y nitidez de las indicaciones, la proporcionada esfera de configuración bi-compax nos ofrece una legibilidad intachable. Con el contador de 30 minutos a las 3, el pequeño segundero a las 9 y la pequeña ventana de fecha ubicada sobre las 6, la simetría vertical es total. El contenido tamaño de los subdiales, apoyado en las generosas proporciones de la esfera, permiten implementar la totalidad de los numerales arábigos excepto en la posición de las 6 horas, en la que se muestra la inscripción «London» marcando terreno frente al habitual Swiss Made que exhibe los relojes fabricados en Suiza. El hecho de que el calibre ostente el certificado COSC, permite a Bremont implementar sobre la ventana de fecha la leyenda «Chronometer». La escritura en la esfera se completa con el nombre de la firma sobre su logo en forma de hélice, esta vez bajo las 12 horas.
El monocromatismo presente es total excepto por dos pequeños detalles: el modesto triángulo invertido en rojo a las 12 horas de la minutera «chemin de fer» en el realce inclinado perimetral, y el minúsculo tramo final de la aguja del pequeño segundero. Como hemos comentado antes, las estilizadas agujas negras de horas y minutos tienen forma lanceolada. En cambio, tanto la trotadora cronográfica central como las manecillas de los contadores son de tipo bastón, simples y finas, todas ellas también de color negro.
El mecanismo que late en su interior es el calibre automático BE-50AE, un movimiento cronógrafo basado en el archiconocido Valjoux 7750 que vibra a 28.800 alternancias por horas y presenta una reserva de marcha de 42 horas. La personalización más evidente es la que presenta la masa oscilante con un diseño calado en abanico que encontramos ampliamente implementado en la mayoría de las referencias de la firma. Si tenéis un momento, pasaros por su web y echad un vistazo a los rotores que implementan algunas ediciones limitadas de Bremont como el Wright Flyer, el P-51 o el EP120: espectaculares!.
Consecuentemente a su estética clásica, el ALT1-C/PW se entrega con una correa de aligator negra; junto con su versión en oro y el Victory, son los únicos guardatiempos de Bremont que recurren a este material.
En definitiva, con esta versión en acero pulido, Bremont lanza una de sus piezas más recomendables si buscáis un reloj de corte clásico y elegante, aunque muy marcado por la modernidad que le otorga la carrura en DLC negro. Sus principales virtudes residen en el atractivo diseño minimalista de su esfera, muy proporcionado y de gran legibilidad, junto a un correctísimo nivel de acabados. El acero pulido le confiere una polivalencia muy superior frente al clasicismo del oro. Esta misma cualidad la presenta respecto al resto de modelos de look deportivo, fruto de combinar varios colores de esfera con una caja de acabado satinado. Y por si os interesa, ya se encuentra disponible en los establecimientos autorizados.
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