Greubel Forsey

La tradición que aporta el propio bagaje histórico es uno de los principales valores en los que se apoyan muchas firmas de la alta relojería, tanto a nivel de imagen como de producción. Fundada en 2004, Greubel Forsey, a pesar de no disponer de este poderoso activo, implementa en su filosofía todo el savoir-faire de la mejor tradición relojera y la eleva a su máximo nivel técnico y artístico. Para ello, Robert Greubel y Stephen Forsey han adoptando a una de las máximas complicaciones existentes, el tourbillon, como el eje sobre el que giran sus creaciones. Pero su gran virtud no ha sido sumarse a la gran cantidad de marcas que recurren a este mecanismo inventado por Breguet hace casi 230 años, sino saber reinterpretarlo, desarrollarlo y perfeccionarlo hasta un punto nunca visto, ofreciéndose como un perfecto nexo de unión entre la tradición y la vanguardia relojera. Su lema “Art of Invention”, resume perfectamente el ADN de los relojes Greubel Forsey.

Su capacidad de innovación se refleja en el impresionante número de invenciones patentadas y creaciones extraordinarias que jalonan su corta existencia, sin olvidar los prestigiosos galardones acumulados durante este tiempo. Entre los relojes Greubel Forsey destacan su primera invención lanzada en el 2004, el Double Tourbillon 30 °, seguida del Quadruple Tourbillon o el Tourbillon 24 secondes. En el SIHH 2012, Greubel Forsey presentó su primer modelo sin tourbillon, el Double Balancier 35 °. Contando en su colección con una gran complicación como el calendario perpetuo, el Quantième Perpétuel à Équation, en el SIHH 2017 lanza su primer modelo con repetición de minutos, el Grande Sonnerie.