Alpina

Fundada por Gottlieb Hauser en 1883,  Alpina se ha asociado desde sus inicios con la innovación relojera. Ya fuera por su forma innovadora de crear un ambiente de trabajo excelente, o al introducir nuevos criterios de control de calidad antes que nadie, la firma siempre ha buscado maneras de mejorar cómo se hacen las cosas.

Convencido de que Alpina crecería para convertirse en un éxito supremo en todo el mundo por la calidad, durabilidad, precisión y diseño de sus relojes, Hauser quería proporcionar a los deportistas, ingenieros, técnicos y aventureros el reloj ideal. Hauser convirtió su visión en realidad con la introducción del concepto «Alpina 4» en 1938, revolucionando el reloj deportivo imponiendo los cuatro principios esenciales para cualquier reloj que quería ser considerado un verdadero «reloj deportivo». Insistió en que un reloj deportivo debía tener cada una de las siguientes cuatro características: amagnético, anti-shock, resistente al agua y fabricado en acero.
La continua demanda de los relojes Alpina y sus innovadores requisitos de fabricación hizo que la empresa alcanzara un éxito sin precedentes hasta la década de 1970, cuando la denominada «Crisis de Cuarzo» tuvo un fuerte impacto negativo en los relojeros mecánicos suizos. Sin embargo y a pesar de las dificultades, Alpina siguió siendo una empresa independiente y regresó en 2002 para continuar el legado de Gottlieb Hauser.

Hoy en día, los ideales y la innovación sobre los que se fundó Alpina siguen vivos en su nueva sede situada en Ginebra, inaugurada en 2006. En 2015, Alpina inventa el Horological Smartwatch , un reloj inteligente conectable a un smartphone, con la ventaja de que su esfera es la convencional de los relojes mecánicos/analógicos y que por tanto no incorpora pantalla digital.