Los Blancpain Ladybird Colors sigue una tendencia relativamente reciente, que es la de ofrecer una determinada referencia del catálogo en diversas variantes que se caracterizan por su estética colorida. La histórica manufactura suiza de Villeret lo hace de forma contundente ya que lo aplica a dos de los relojes de su colección femenina y con cinco versiones de cada uno de ellos.
De todos modos, conceptualmente esto no es nada nuevo en Blancpain ni en la colección Ladybird, que bajo el mismo nombre de Colors ya presentó en el 2021 (artículo) siete versiones de esta gama femenina de relojes. No obstante, hay una diferencia fundamental entre las versiones del 2021 y estas que ahora anunciamos; las primeras justificaban el concepto «Colors» por los colores de sus correas y las del 2023 lo aplican también a sus esferas.
Otra gran diferencia es que las versiones coloridas del 2021 eran todas del modelo «solo hora» de esta colección y las que ahora tratamos lo hacen en él y además en la gama Phases de Lune. Personalmente me parece mucho más coherente el concepto de estas nuevas versiones, ya que una correa jamás puede identificar un modelo de reloj al ser siempre intercambiable.
El concepto básico estilístico de los Ladybird se mantiene, con su característica geometría redonda de caja, el engaste de diamantes en diversas de sus partes y la base de esfera realizada con nácar. De las cinco versiones que ofrece Blancpain de cada gama, dos recurren al oro blanco para su caja y tres al oro rosa. Con un diámetro de 34,9 mm y un grosor de 10,43, las dimensiones con idénticas en todas las variantes.
El factor diferencial de estos Ladybird lo encontramos en su esfera, ya que ahora los números romanos de los índices horarios presentan la misma tonalidad de color que la correa. Su fondo recurre al nácar blanco, un material que se ha convertido en casi exclusivo de relojes femeninos.
Los Ladybird Colors «solo hora» equipan el calibre 1163 y los Phases de Lune recurren al calibre 1163L, que toma la base del primero y le añade en su anverso el módulo mecánico de la fase lunar (L). Por lo demás se trata de movimientos idénticos, cuyo volante oscila a una frecuencia de 3 Hz y ofrece una más que generosa reserva de marcha de 100 horas.
El cristal de zafiro que equipa el fondo de la caja nos permite admirar la gran calidad de los acabados de todos los componentes del movimiento. Visualmente destaca la elegante masa oscilante esqueletizada, lo que permite una máxima visibilidad del resto de componentes del reverso de este calibre.
La imagen anterior nos muestra las 10 versiones del Ladybird que nos ha presentado Blancpain. En la fila superior tenemos los «solo hora» y en la inferior los Phases de Lune. Podemos comprobar que con una sola excepción, Blancpain ha optado por los tonos azules y muy especialmente por los verdes. Desconozco el motivo de esta clara segmentación, pero es posible que la manufactura de Villeret se haya reservado la posibilidad de futuras ediciones con la gama cromática que aquí se ha obviado.
De todos modos, estas tonalidades azules y verdes tienen la cualidad de aportar un importante grado de frescura sin caer en extravagancias. Lo que su propietaria no podrá disimular es el profuso y elegante engaste de diamantes talla brillante que adorna su bisel, sus asas, el círculo central de la esfera y el pequeño segundero. Son 59 diamantes los que adornan la caja y 70 los que decoran la esfera, que en total suman 2,22 quilates.
El precio de los Blancpain Ladybird «solo hora» es de 33.000 €. El de las versiones Phases de Lune es de 35.200 €.
