Inspirado en una referencia clásica de 1957, el nuevo Flagship Heritage Moonphase mantiene la línea de Longines de relanzar algunas de sus referencias históricas reajustándolas a las preferencias y estándares más contemporáneos, combinando a la perfección la estética clásica y tradicional de los relojes vintage con la tecnología relojera moderna.
El diámetro de 38,5 mm de la caja de acero es comedido, un tamaño que nos retrotrae a los viejos tiempos. Pero a la hora de hablar de la medida de un reloj también debemos tener en consideración su grosor, y en este caso es de 12,40 mm. Ciertamente, si tenemos en cuenta la proporción diámetro/espesor estamos ante un guardatiempo bastante grueso. Además, la arquitectura del calibre implementa el módulo de fase lunar en la parte superior y relega el módulo base a la inferior, por lo que la corona se dispone en la carrura derecha en una posición realmente baja, lo que incrementa esa sensación de «verticalidad».
Las asas son un factor a valorar. Longines se ha tomado muy en serio los comentarios de los aficionados criticando la excesiva longitud de las asas en los últimos lanzamientos, y el Flagship Heritage Moonphase sin duda se beneficia de este cambio de filosofía, siendo ligeramente más cortas para evitar que sobrevuelen la muñeca, al tiempo que ayudan a compactar el conjunto. Sin embargo, es la combinación de los diferentes acabados el que le confiere un indudable atractivo: bisel estrecho y superficies superiores pulidas, junto al suave cepillado de la carrura y el lateral de las asas
La corona a las 3 en punto es un poco más pequeña de lo habitual y se encuentra debajo de la línea central de la caja como resultado del antes citado diseño modular del movimiento. La firma remata la caja con un fondo ciego de acero con un marca remata esta caja con un diseño de fondo de caja sólido y un medallón, una representación en oro y esmalte de un barco de guerra con el velamen desplegado. El nivel de detalle del grabado es realmente sorprendente, pudiendo destacar elementos como los banderines en lo alto del palo mayor y del trinquete, junto con cada una de las bocas de los cañones a lo largo de las tres cubiertas. Sin embargo, a pesar de esta temática náutica, el Flagship Heritage Moonphase ofrece una hermeticidad de únicamente 30 metros.
En sus tres versiones, la equilibrada esfera del Longines Flagship Heritage Moonphase tiene una decoración clásica que le da el aspecto refinado que cabría esperar encontrar en un reloj de vestir de mediados de siglo. La superficie de la esfera opalina, azul medianoche o plateada con acabado rayos de sol está elegantemente apagada con un brillo suave y satinado que enfatiza la sutil curvatura abovedada cerca del borde de la esfera. Longines juega con la proporción de múltiples formas para esta esfera. El perfil cónico de las clásicas y anchas manecillas Dauphine se refleja en los índices en forma de cuña, aunque mucho más estrechos. Esto le da a la esfera un aspecto unificado y dirige la atención visual hacia las manecillas, enfatizando la legibilidad.
El equilibrio de la esfera también viene definido por el uso de círculos concéntricos. Por supuesto, el más grande es el propio perímetro, pero el posicionamiento de la minimalista escala de minutos impresa en el borde interior de los índices forma un efectivo límite visual para los elementos de la función horaria y ayuda a que la esfera se sienta más acogedora y llena.
Por último encontramos la subesfera con la fase lunar a las 6 en punto, la más pequeña pero a la vez densa en cuanto a indicaciones. Este anillo está sumamente bien equilibrado con el resto de la esfera, destilando los detalles visuales más intrincados del reloj en un solo punto focal. El anillo de fecha exterior agrega su propia textura de rayos de sol. El acabado pulido para la luna y las estrellas en el disco de fase lunar le aporta un toque más brillante, que además lo unifica con el resto de la esfera.
En el interior del Longines Flagship Heritage Moonphase late el movimiento automático con la complicación de fase lunar L899.5. Fabricado por ETA exclusivamente para Longines, presenta muchas de las características que implementan los movimientos de Longines en los últimos años. Por ejemplo, una amagnética espiral de silicio, una poco ortodoxa frecuencia de 25.200 alternancias por hora y una remarcable reserva de marcha de 72 horas.
Para completar su estilo clásico, el Flagship Heritage Moonphase se entrega con una correa de piel de aligátor azul medianoche. Su textura mate y su coloración apagada contribuyen en gran medida a reforzar la sensación de calidad. Su precio es de 3.250 €.
